lunes, 6 de marzo de 2017

Volcán: el pueblo que busca renacer luego de un trágico alud

Alud en Jujuy. Barrios enteros cubiertos de barro después de un alud causado por una tormenta en el pueblo de Volcán, en la provincia de Jujuy, Argentina, en fotos de los equipos periodísticos que cubren el Dakar 2017, el martes 10 de enero de 2017. Foto: Franck Fife/ Pool/ Reuters

En enero pasado, el fenómeno dejó cuatro muertos y afectó al 80 % de la localidad; hoy, luchan por salir adelante.

por Fernando Massa

Volcán, Jujuy.- Gustavo Vizuara camina por arriba de la casa de su abuelo. Va y viene sobre esa capa de lodo seco, de dos metros de alto, que cubre pasillos y habitaciones. Deambula entre discos, fotos, muebles, libros y recuerdos ahí enterrados. La casa, en plena zona roja del desastre, deberá demolerse al igual que toda esa manzana.

Una cuadra más al sur, como todos los días desde que pudo volver a su almacén, Elda Terán limpia entre lágrimas el barro depositado sobre las botellas de gaseosas con las que se había abastecido para el verano. Las tratará de vender a mitad de precio o las regalará. No lo decidió aún. Sólo sabe que el subsidio no le alcanzará para reponer todo lo que perdió. En un salón de la iglesia del pueblo, con la ayuda de dos voluntarios santafecinos y dos mujeres del Ejército, Nicolasa de Martínez acaba de organizar un almuerzo más para los miembros de las distintas fuerzas que trabajan en la zona y las 12 familias evacuadas que siguen ahí.

Cuadras más allá, decenas de soldados con palas levantan el barro que todavía se acumula en las calles, y otros tantos terminan de poner en condiciones la escuela para que esté lista en el inicio del ciclo lectivo.

A poco de cumplirse dos meses del alud, ese mar de lodo, piedras y agua que el 10 de enero pasado a la mañana bajó del cerro, cortó la ruta 9, destrozó casas y dejó cuatro muertos, Volcán, un pueblo jujeño de 1400 habitantes enclavado en la entrada de la Quebrada de Humahuaca, empieza a mostrar otra cara: la de la reconstrucción. Ese largo camino demandará meses.

Los vestigios del desastre, sin embargo, permanecen ahí. Las casas y comercios destruidos de cuatro manzanas, con su demolición completa sentenciada en aerosol al lado de la puerta. Las marcas en las paredes de aquellas que se salvaron y fueron limpiadas. El extenso terraplén de lodo seco al norte de este pueblo que sepultó el verde donde pastaban los animales. Las piedras al pie del cerro. El cráter en el pavimento de la ruta 9, que obligó a desviarla. Y ese miedo entre los pobladores cada vez que llueve, y les hace preguntarse si otra vez bajará el "volcán", como le llaman a lo que trae el alud y que dio nombre al pueblo.

"Hubo tres situaciones que evitaron que esto fuera una tragedia mayor: la alarma del pueblo funcionó, la evacuación se había ensayado, y ocurrió de día", explica el mayor Fabián Torrengo, quien estuvo al frente del Comité Operativo de Emergencia (COE) apenas ocurrió el desastre.

En ese entonces, la situación era dramática. Según detalla Torrengo, en el badén, a la vera de la ruta 9, había siete metros de lodo y piedras a lo largo de 500 metros. Y en la que fue declarada la zona roja de desastre del pueblo, un metro y medio de barro cubría calles y casas. El 80% del pueblo había sido afectado, unas 1000 personas fueron evacuadas, la ruta 9 permaneció cortada durante seis días. "En una primera etapa, el objetivo fue salvar vidas, restablecer los servicios básicos, y recuperar bienes esenciales. Ahora, estamos en la etapa de reconstrucción", dice Torrengo.

Vizuara sabe que parte de esa reconstrucción significa la demolición total de 42 casas -alrededor del 10% de las viviendas-, y entre ellas la de su abuelo, una construcción de adobe levantada en 1945, después de la gran inundación que sufrió el pueblo ese año. También sabe que al ser parte de la manzana uno, al menos se le respetará la misma fachada.

En un rincón de esa casa, cuenta Vizuara, los bomberos encontraron, hundidos en el barro y agarrados de la mano, los cuerpos de Elena Zambrano, de 77 años, y su hijo Carlos, de 59, después de varios días de búsqueda. Los otros dos muertos fueron un hombre de nacionalidad belga y su pareja arrastrados por el alud.

Anticipación
Frente a la escuela N° 17, el intendente de Volcán, Darío Chañi, dice que la prioridad hoy es que el edificio, que no sufrió daños estructurales, quede listo para recibir a los alumnos el primer día de clases. Además, cuenta que tanto en enero como en septiembre del año pasado había enviado notas al Ministerio de Infraestructura de la provincia, que no tuvieron respuesta, para advertirle sobre los dichos de los campesinos, que hablaban de grietas en lo alto del cerro.

El proyecto del gobierno provincial ahora es instalar seis defensas en la Quebrada de los Filtros -donde ocurrió el alud- para que, en caso de que vuelva a suceder, puedan ir frenando la caída y mitigar el impacto en el pueblo. Las defensas deberían limpiarse todos los años.

Dentro de la escuela, Olinda Salas y Olga Mendoza, la portera y una de las empleadas administrativas de la institución, cortan un pantalón de jean con una tijera para darle una repasada más al piso. "Nos quedamos sin trapos de piso, porque los tuvimos que pasar un montón de veces para terminar de limpiar. Queda una especie de arcilla que es muy difícil de levantar", cuentan.

Ahí, a unos pasos, está Juan Carlos Colque, el director de la escuela primaria. Dice que entre la primaria y la secundaria -una funciona a la mañana y la otra a la tarde- suman unos 300 alumnos. Pero este año, de los 140 que suelen asistir a la primaria sólo se anotaron hasta ahora unos 100. "Afuera, el barro llegaba a un metro de alto, pero por suerte la puerta resistió -dice-. Este año será muy importante la contención de los chicos, buscar espacios de recreación y diálogo más allá de la enseñanza directa".

Marcela Ortega acaba de inscribir en la escuela a su hijo Baltazar, de 9 años. Sabe que para él significará una distracción después de tanto estrés. "Cada vez que llueve él me dice: «Vamos mamá, va a bajar el volcán»". Aquella mañana, cuando sucedió, tuvieron que subir al techo de su vivienda hasta que los rescataron muchas horas después. Perdieron todo: su vivienda y su restaurante tendrán que ser demolidos. Ahora viven en la casa de un familiar. Así se la rebuscaron muchos a la espera de la reconstrucción, o de la apertura de unos contenedores-viviendas que envió la Organización de las Naciones Unidas (ONU). "Con los soldados me saco el sombrero", dice Marcela, antes de irse. Y con una sonrisa muestra su esperanza de volver pronto a una vida lo más normal posible.

Un paraje al pie de la Quebrada

Volcán forma parte del recorrido turístico de Jujuy

Declaración

En 2002, la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad a la Quebrada de Humahuaca. Volcán es la puerta de entrada a ese atractivo turístico.

Economía

La mayoría de los 1400 habitantes trabajan en la producción de cal. Una menor proporción se reparte entre el empleo público y la ganadería.

400 Viviendas

El 10 % de ellas serán demolidas como consecuencia del alud.

El Ejército, detrás de las tareas de recuperación

Un promedio de 100 militares trabajan contra reloj en el lugar.

Volcán, Jujuy.- Entre las 8 y las 10 del 10 de enero, habían llovido en esta localidad 170 mm, cuando la media anual es de 314 milímetros. Es decir, en dos horas llovió el 54 % de lo que suele precipitar en un año. Y desató el desastre. De la ladera de la Quebrada de los Filtros bajó un mar de lodo, piedras y agua sobre Volcán. Además, en otros dos pueblos cercanos, Bárcena y Tumbaya, cayó piedras en uno, y agua en el otro.

Ante la situación, el gobierno provincial decidió organizar un Comité Operativo de Emergencias (COE) integrado por distintas entidades del gobierno nacional y el provincial. Reunidos debajo de un árbol, en medio del caos, la decisión fue entregarle el mando del COE al Ejército. Así, la coordinación quedó a cargo del mayor Fabián Torrengo.

Según el militar, después de esa primera etapa enfocada en salvar vidas, recuperar bienes esenciales y restablecer los servicios básicos, se enfocaron en una "más específica y a largo plazo" como la reconstrucción. "Ahora se está trabajando con el destechado de las casas, lo que permitirá el derrumbe. Luego se sacarán chapas y vigas, y se entregarán a los mismos propietarios para que dispongan de ellas. La idea es llevar las construcciones nuevas a un estadio superior -dice-. Además, otro grupo está realizando una evaluación en la Quebrada de los Filtros para enviarle luego esa información a los geólogos".

Por día, hay un promedio de 100 hombres y mujeres del Ejército que trabajan en Volcán. Uno de ellos, el soldado Carlos José Cañizares, de 24 años, vivió una situación particular: su familia tiene su casa y vive aquí. Cañizares estaba en el cuartel, en San Salvador, cuando le llegó el llamado de un amigo. No se preocupó demasiado: siempre baja agua del cerro. Pero la situación cambió cuando llegó la llamada de su hermana, que estaba llorando.

Se subió al primer camión que salió hacia allá. Con el barro hasta la cintura logró llegar a su casa. Encontró a toda su familia: estaban bien. Su padre, guiado por la intuición, había subido días antes al cerro sus 40 vacas. Sólo perdió siete. Cañizares ya lleva casi dos meses de trabajo aquí. ¿Cómo hizo para afrontar el día a día? "Lo material va y viene -dice-. Acá si uno no trabaja no sale adelante".

Fuentes:

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