Se quemaron casi
10 mil hectáreas. Fue la menor superficie afectada en Córdoba en
los últimos 15 años. La superficie quemada fue similar a la
registrada en 2014. Están aumentando los focos en verano.
por Fernando Colautti
El año 2016
figurará como el de menor superficie quemada por incendios
forestales y rurales en Córdoba, desde que en los últimos 15 se
lleva un registro oficial.
Según
estimaciones oficiales, aunque no definitivas, durante 2016 el fuego
quemó unas 9.800 hectáreas. La cifra representa la mitad que la
relevada para 2015 y es muy similar a una levemente superior (10.800
hectáreas) registrada en 2014.
Los tres últimos
años contrastan con el muy complicado 2013, cuando las llamas
afectaron casi 152 mil hectáreas, en su mayor parte en zonas
serranas de alta complejidad forestal y ambiental.
En el balance,
los años 2003, 2009 y 2013 fueron los peores en materia de incendios
en Córdoba. En cambio, los de menor superficie afectada resultaron
2007, 2012, 2014 y 2016.
El Plan
Provincial de Manejo del Fuego fue creado por ley en 1999 y desde
2004 se sumó el impuesto que lo financia, aportado por todos los
cordobeses con las facturas de energía.
La comparación
de superficies quemadas por año aporta información relevante para
el diagnóstico, pero no visibiliza un dato clave: en el impacto
ambiental y económico cuenta la sumatoria histórica, porque las
áreas afectadas tardan años, o décadas, en recuperarse.
Claudio Vignetta,
secretario de Gestión del Riesgo de la Provincia, respondió a este
diario que para el cálculo de superficie total afectada en 2016
restaba que llegaran unas imágenes satelitales de la Comisión
Nacional de Actividades Espaciales (Conae), pero apuntó que el
análisis propio del Plan Provincial del Fuego en base a
relevamientos también satelitales ubicaba la cifra en “casi 10 mil
hectáreas”.
Apuntó que unas
cinco mil corresponderían a las zonas de riesgo (las sierras y el
noroeste provincial) y otro tanto a las regiones del llano, casi sin
forestación ya aunque el fuego afecta sus suelos.
Impresiones
Vignetta señaló
que en 2016 “casi no hubo incendios grandes” y que los focos que
se generaron “pudieron ser controlados antes de que se
expandieran”.
Fabián Vargas,
bombero y coordinador de la Regional 7 que abarca dos áreas serranas
de alto riesgo como Calamuchita y Paravachasca, apuntó que “resultó
un año con bajo fuego”, y citó que en su zona “no hubo focos
que superaran las 10 hectáreas”. Adjudicó esa situación a dos
razones: un invierno más húmedo que lo habitual en 2016, que bajó
los riesgos de combustión, y la mejora que ha implicado la
metodología de “ataques rápidos” adoptada. Sobre ese punto,
Vargas indicó que “está ayudando el esquema, aplicado desde hace
unos años, de tener cinco bomberos por cada cuartel en zona de
riesgo, trabajando varias horas por día como vigías del fuego y
listos para salir urgente ante un foco incipiente”.
Esos bomberos son
los 310 que en las Sierras y el noroeste, a cambio de esa tarea,
cobran hoy 6.500 pesos por mes aportados por el Fondo del Fuego. En
2016, ese pago era de cinco mil pesos mensuales.
Vargas advirtió
que para 2017 los riesgos pueden ser altos en Córdoba: “Van tres
años seguidos con poco fuego y muchas lluvias, hay mucho pastizal
acumulado crecido, y si aciertan en el pronóstico de un invierno
seco, será para estar muy atentos”, planteó.
Gustavo Bettini,
experimentado bombero y hasta el año pasado jefe del cuartel de
Villa Yacanto, coincidió en que “fue un año tranquilo, sin
incendios grandes, con focos muy puntuales”, pero también advirtió
que en 2017 “no se puede bajar la guardia”.
Veranos calientes
Bomberos admiten
que llama la atención el aumento de incendios en verano. “Cada vez
hay más en meses en que eran poco frecuentes. El cambio climático
seguramente tiene parte de la explicación”, marcó Bettini. Vargas
aportó que este verano hubo mucho trabajo por fuego rural“sobre
todo en las zonas del llano”.
Un caso: al
iniciarse este febrero, se quemaron unas 600 hectáreas de pastizales
en la zona de Chaján, al sur de la provincia. Varios días demandó
sofocarlo y se adjudicó el inicio a un rayo.
El Foro Ambiental
Córdoba, que realiza un seguimiento de focos de fuego a través del
servicio abierto a la comunidad de Global Forest Watch –que detecta
incendios por rastreo satelital en todo el mundo– viene marcando
que durante el año, inclusive en verano, es extraño que pase un día
sin puntos con fuego en el mapa cordobés. La mayoría de los casos
se registran en el nordeste, sobre la zona de bañados de la laguna
Mar Chiquita, donde se presume que obedecen a quemas generadas para
la cuestionada práctica de rebrote de pastos.
Los alevosos
incendios de este verano en áreas rurales de La Pampa, cerca de
Córdoba, encendieron también luces de alerta.
Fuente:
Fernando Colautti, 2016, el año con menos fuego en toda la provincia, 16/02/17, La Voz del Interior. Consultado 16/02/17.
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