El histórico
líder ecologista mexicano, Premio Goldman en 2005, fue asesinado
después de recibir decenas de amenazas de muerte.
por Elena Reina
Isidro Baldenegro
sabía que lo iban a matar. Probablemente a balazos, como hicieron
con su padre en 1986, empeñado en preservar las tierras ancestrales
de su comunidad tarahumara, un grupo indígena de Chihuahua (norte de
México). Este domingo, el cuerpo de Baldenegro enfrentó hasta seis
impactos de bala, según las autoridades. Había ido a esconderse a
una casa remota de la sierra por las decenas de amenazas de muerte
que había acumulado. El que recibiera en 2005 el prestigioso premio
Goldman, ha sido asesinado brutalmente por defender el bosque. Es el
segundo líder ecologista reconocido con el mismo galardón al que
matan en menos de un año.
Desde que le
arrebataran a su padre, Julio Baldenegro, cuando tenía sólo 20
años, tomó el testigo de su lucha y con ella el alto precio de ser
ambientalista en uno de los países más peligrosos del mundo para
esa misión. Se convirtió en uno de los activistas indígenas más
reconocidos en América Latina, dedicado en cuerpo y alma a la lucha
por la preservación de los bosques de pino y roble de la Sierra
Madre Occidental. Férreo opositor de los intereses comerciales en la
zona, denunció a empresarios por estar aliados con narcotraficantes
y madereros y se acabó transformando en la piedra más molesta del
zapato de los poderosos.
Y Chihuahua no es
precisamente un lugar fácil para ese cometido. El Estado fronterizo
resiste una guerra contra el narcotráfico que el Gobierno de Felipe
Calderón emprendiera en 2006 y que ha continuado con el Ejecutivo de
Peña Nieto. Los ambientalistas de la zona denuncian que la violencia
se ha intensificado por este motivo y muchas familias indígenas han
tenido que abandonar sus comunidades por las amenazas explícitas de
quienes quisieron limpiar el bosque de árboles para plantar
marihuana.
Es el segundo
líder ambientalista, ganador de un Goldman, que asesinan en menos de
un año. La ecologista Berta Cáceres fue atacada en marzo del año
pasado por unos hombres que acabaron con su vida. Cáceres había
movilizado al pueblo de Honduras contra los planes de construcción
de una presa. Siete personas han sido detenidas por su caso hasta la
fecha, pero no hay ningún culpable definitivo.
Baldenegro sabía
que se jugaba la vida. Por eso, poco antes de su muerte buscó
refugio en la casa de un tío en una comunidad tarahumara al norte de
Chihuahua. El domingo por la tarde un hombre de 25 años -a quien
posiblemente conocía la víctima- sacó un arma, disparó sin
piedad y huyó. La Fiscalía estatal ha anunciado que tienen "plenamente identificado" al agresor, pero no han querido
ofrecer más información sobre el caso.
América Latina,
mortal para el ecologismo
Las comunidades
locales de Latinoamérica que se han enfrentado a la minería, al
sector energético, a los negocios agrícolas o a los intereses
forestales por defender sus tierras, han resistido los golpes más
duros. Un estudio del observatorio británico Global Witness concluyó
que América Latina era la región más mortífera del mundo para la
lucha por el Medio Ambiente. Del total de los asesinatos a
ecologistas en todo el mundo (185 en 2015), un 66 % se dio en esta
zona. 33 de ellos fueron en México.
Fuente:
Elena Reina, Seis balazos por defender el bosque: el brutal asesinato de Isidro Baldenegro, 20/01/17, El País.
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