El presidente
ejecutivo de Acumar, Julio Torti, es hijo de un represor y defensor
de la dictadura. No estuvo en la audiencia de la Corte, donde quedó
en evidencia la falta de políticas del organismo. El Consejo
Directivo pedirá renuncias.
por Alejandra
Dandan
La audiencia
convocada por la Corte Suprema de Justicia por el saneamiento del
Riachuelo con autoridades del Acumar puso al desnudo un proceso de
parálisis, desbande y estancamiento de la Autoridad de la Cuenca
Matanza-Riachuelo desde el recambio de gobierno. Las respuestas
ofrecidas por sus autoridades a los ministros de la Corte fueron
malas, no contuvieron datos y resultaron tan pobres que uno de los
jueces les reprochó la falta de interlocutor para realizar los
seguimientos. Los funcionarios se pasaron unos a otros la obligación
de responder mientras buscaban salir a flote de lo que todos los
actores evaluaron como un papelón. La cabeza ejecutiva máxima ni
siquiera fue, decidido a tomar unos días de vacaciones en las
sierras de Córdoba. Y organismos de derechos humanos como el Centro
de Estudios Legales y Sociales (CELS) plantean que hay una ausencia
total de políticas de Estado sobre la cuenca. El jueves, luego de la
audiencia, hubo una primera señal de reacción. Los integrantes del
Consejo Directivo se reunieron de urgencia para convocar también de
urgencia una nueva reunión para el martes. Según la información
oficial, si ninguno de los directivos presenta sus renuncias, las
pedirán.
Uno de los
hombres más afectados por los resultados de la audiencia fue Julio
Torti. Torti es ingeniero químico y presidente ejecutivo de Acumar,
es decir su autoridad máxima. Es uno de los ex CEO colocados por el
Gobierno al frente de la gestión pública. En este caso, viene de
ser CEO Regional durante dos años de ERM Environmental Resources
Management, una compañía con localización global dedicada a la
gestión de recursos ambientales. Llegó al gobierno de la mano del
secretario de Obras Públicas, Daniel Chain.
Lo del miércoles
en la Corte fue el estallido de ese paradigma de esa gestión
tecnocrática, explica a PáginaI12 Eduardo Reese, director del área
de derechos económicos, sociales y culturales del CELS.
Fronteras adentro
del Acumar, Torti cultivó otros perfiles. Es un hombre con posturas
públicas violentas sobre la gestión kirchnerista. Negacionista del
terrorismo de Estado y reivindicador de sus alfiles. Es hijo,
además, del vicealmirante Julio Torti, una de las máximas
autoridades de la Armada a partir de 1976. Torti padre fue jefe del
Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de diciembre 1976 a
diciembre de 1977, comandante de la Fuerza de Tareas 3, de la que
dependía la ESMA. Y Comandante de Operaciones Navales, área de la
que dependían jerárquicamente todas las Fuerzas de Tareas a cargo
de la represión. Carlos Menem lo indultó en 1989 y murió en abril
de este año. Había sido proceso y estaba siendo juzgado en la
megacausa ESMA. En ese momento, su hijo, el ingeniero, se tatuó un
ancla en el brazo derecho como homenaje. En su perfil de Facebook
pueden leerse aún frases que no borró a pesar que vienen circulando
hace semanas en distintos espacios virtuales. Entre ellas, hay un
homenaje a su padre, de noviembre de 2012. “La opinión de una
mayoría no convierte en lo falso en verdadero. La dignidad de un
hombre no se afecta por una injusticia. La necesidad de una masa sin
valores, olvidadiza y cómoda no cambia los hechos. Si nuestro país
tiene algún futuro es gracias a hombres como mi viejo”. En los
textos también repite la lógica con la que los marinos justificaron
el exterminio. “Qué estoy pensando me pregunta Facebook”,
escribió ese mismo año. “Les cuento. Acabo de leer esta noticia y
pienso en que me da vergüenza este gobierno, asco el 54 por ciento
que votó y miedo por el país que se viene. Mañana se celebra el
día del asesino impune, o sea del Montonero, y este gobierno adhiere
al festejo. Lean”, y enlaza a una nota de La Nación. El 9 de
noviembre de ese año le dijo a Cristina. “Kretina”. Y Estela de
Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, vieja kretina.
Esa suerte de
odio no es clandestino ni desconocido por sus empleados del Acumar.
Desde el área de prensa, por ejemplo, le preguntaron si quería
salir a responder algo sobre la cantidad de mensajes de su autoría
que se habían viralizado en la web, pero dijo que no. No los borró.
No los niega. Sólo limitó el acceso a su Facebook. “Esa es su
manera de ver el mundo”, dicen quienes lo rodearon durante estos
meses. Tanto es así que este último fin de semana, mientras ardía
el organismo por los pases de factura ante la convocatoria de la
Corte, se encerró en las sierras cordobesas. Clausuró el teléfono.
Y escribió nuevamente en Facebook un mensaje en el mismo sentido.
La convocatoria
de la Corte agudizó su proceso de desgaste. Quienes trabajan con él
dicen que se borró. Quienes conocen el tema y las convocatorias de
la Corte, saben que una audiencia por la Cuenca es cuestión de
Estado. Torti designó a una de las directoras para reemplazarlo en
la ponencia. Y también buceó alternativas entre segundas y terceras
líneas. Durante el proceso de búsqueda de algún funcionario que
saliera a poner la cara, uno de los directores mandó un mensaje de
muy mal humor y puso a disposición la renuncia.
“Les comunico
que hoy a las 16 horas me enteré por un mail enviado por la
directora de Asuntos Jurídicos (Dra. Vallejos) que el Ing. Torti
mañana no concurrirá a la audiencia de la CSJN”, dijo en el
enojadísimo whastapp el director general de Administración, Martín
Prezioso. “En el mismo se nos consultaba tanto a Gabriela (Seijó)
como a mí quién sería el expositor de la presentación (…).
Teniendo en cuenta que Gabriela no dio respuesta y que en el escrito
presentado ante la CSJN se me puso a mí como suplente (sin siquiera
consultarme), entiendo que yo debo ser quien exponga. A su vez, a
esta hora todavía no existe la presentación final, ni un documento
relatorio de la misma que yo pueda estudiar para exponer”. Así las
cosas, el hombre dice que como la Corte sostiene que no iba a aceptar
que el relator principal pudiera hacer intervenir a otros directores,
tomó la decisión de no ir a la audiencia. “Dada la falta de
trabajo en equipo y la no respuesta de Julio y de Gabriela durante
todo el fin de semana y hasta ahora, ante mis reiterados pedidos de
información para exponer a tan importante audiencia de carácter
político e institucional, no cuento con las herramientas necesarias
de las ares que no son mi competencia para mañana defender al
Acumar”. Allí dice que no irá. Y pone a disposición su renuncia.
La audiencia se
hizo el miércoles. Tal como señaló este diario, luego de las
presentaciones, los cinco jueces del máximo tribunal preguntaron al
organismo sobre los indicadores para evaluar el proceso de
saneamiento. Gabriela Seijó, vicepresidenta ejecutiva de Acumar
respondió que después de un año aún no tienen indicadores
definitivos: “tras el nuevo ‘plan’ del organismo, se han estado
planteando nuevos indicadores, que dependen de cada proyecto en
particular, sin un carácter definitivo”. Cuando los jueces
quisieron saber respuestas concretas sobre asistencia a los niños
con problemas, los funcionarios tampoco supieron responder. Al punto
que el juez Horacio Rosatti observó que “si no se puede establecer
un diálogo con quien pueda responder preguntas es difícil hacer un
seguimiento como necesita esta Corte”. Como respuesta a la
presentación del informe, se lo escuchó también a Ricardo
Lorenzetti: “Y lo que nos dice el informe es que ya hay 5200
millones de dólares invertidos pero sólo se cumplió el 20 por
ciento de la sentencia, ¿qué se hizo con eso?”.
“Lo que sucedió
en la audiencia del jueves en la Corte fue que se desnudó la
incapacidad de trabajo sobre la complejidad de la cuenca, donde la
lógica de la tecnocracia propuesta por el gobierno de la derecha
demostró su rotundo fracaso”, explicó Reese. “Lo único que
tenían para decir fue excusarse en la lógica de la herencia
recibida, y cuando podían decir algo acerca para explicar lo que
hicieron ni siquiera tuvieron la capacidad de explicarlo. El fracaso
fue grosero. Lo dijimos. Demuestra la situación de desbande y
desastre en la gestión desde el cambio de gobierno que durante el
año no pudo dar respuesta a ninguna de las cuestiones expresadas en
las mandas de la Corte. Y las razones pueden ser varias, pero por un
lado lo que se observa es la falta de conducción en un organismo que
además tiene un segundo desafío que es el trabajo y la necesidad de
articulación con una multiplicidad de problemas y cuestiones
territoriales. Hay un universo múltiple de actores, 14 municipios,
provincia de Buenos Aires, Ciudad. Y que para coordinarlos, también
hay que tener capacidad de conducción y de liderazgo. Hubo muchos
errores previos pero se hicieron muchas cosas hasta diciembre del año
pasado. Había una lógica política subyacente. Acá no hay nada de
nada. Hoy Acumar no existe como institución con capacidad de
nuclear, coordinar y trabajar de modo asociado en un contexto y un
problema que además es muy difícil acá, en Alemania y en dónde
sea”.
Antollín
Magallanes fue vicepresidente del Acumar durante tres años, hasta
diciembre de 2015. “Lo que me preocupa es que aún no definieron
qué hacer de la gestión”, dice. “Nosotros dejamos listo un plan
con indicadores que siempre dijimos que debían ir variando porque
recuperar la cuenca es un tema complejo que requiere la
responsabilidad de múltiples actores. Tengo la sensación de que
todo ese proceso se cortó: cortaron todo lo que se había estado
instalando. Y es un límite muy fino pero hay un problema muy grande
cuando se te rompe la continuidad de la gestión en la cuenca y vos
estás trabajando con temas como la pobreza, carencias, marginación,
contaminación pero además situaciones muy técnicas como
territorio, espacios verdes, son múltiples relaciones para
armonizar”.
Cada 15 días,
los jueves se reúne en consejo directivo del Acumar, compuesto por
siete integrantes de las tres jurisdicciones que integran el
organismo. Por arriba de ellos está el ministro de Ambiente, Sergio
Bergman y por abajo, y hasta ahora, Torti. Ayer se reunieron cinco de
los siete. Sergio Federovsky, Ivan Kerr, María Fernanda Reyes,
Miguel Saredi y Alberto Términe. De acuerdo a la información
oficial, convocaron a la plana ejecutiva a una reunión
extraordinaria para el próximo martes. Ayer circularon rumores de
renuncias. Cuando PáginaI12 quiso confirmar si eran ciertos,
respondieron desde el organismo que si no hay renuncias el Directorio
va a pedirlas.
Fuente:
Alejandra Dandan, Un organismo que hace agua, 03/12/16, Página/12. Consultado 03/12/16.
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