Las poblaciones
de estos animales, que contribuyen a la seguridad alimentaria y a
mantener la biodiversidad e integridad de los ecosistemas, están en
declive en el mundo.
La Declaración de Cancún sobre conservación y uso sustentable de la biodiversidad
para el bienestar fue firmada el 3 de diciembre de 2016 durante la
13º conferencia de las partes de la Convención de Diversidad
Biológica (COP13). Cuenta con el aval de 190 gobiernos y, en uno de
sus puntos, resalta la importancia de los polinizadores para los
cultivos y el ganado, y su rol en el manejo y preservación para las
poblaciones y el medioambiente.
La actividad de
estos animales atraviesa transversalmente a la sociedad, en sus
ámbitos culturales, sociales, económicos y alimentarios. Ellos
transportan, adherido a su cuerpo, el polen de una planta al estigma
de otra para fecundarla. Aunque la mayoría de los polinizadores son
insectos -abejas, moscas, escarabajos, mariposas y polillas-,
también hay otros animales que cumplen estas funciones, como las
aves, las lagartijas, los murciélagos y algunos mamíferos.
A pesar de su
importancia a nivel global se observa una tendencia hacia la pérdida
de sus poblaciones. Un informe publicado recientemente en la revista
Nature del que participaron Marcelo Aizen, investigador superior del
CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y
Medioambiente (INIBIOMA, CONICET- UNCO), y Lucas Garibaldi,
investigador independiente del CONICET y director del Instituto de
Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD-
UNRN), analizan los diferentes valores que tienen los polinizadores,
su estado, los riesgos a los que están sometidos y las proyecciones
a futuro.
Los autores,
investigadores de Argentina, Reino Unido, Brasil, Alemania, Holanda y
Australia, explican que en los últimos 50 años los cultivos que
dependen de los polinizadores crecieron a una tasa más baja en
cuanto a productividad y tuvieron más variabilidad que los que no y
advierten que ello “sugiere que los servicios de polinización
pueden estar comprometidos por la reducción de las poblaciones de
polinizadores”.
Economía
Más allá de los
beneficios para la alimentación y los ecosistemas, los polinizadores
afectan los mercados globales de alimentos, ya que los cultivos
polinizados por animales tienen usualmente un precio de venta más
alto que aquellos que no. Para dar un ejemplo, algunos de los más
importantes que dependen de ellos son el cacao, las almendras y el
café.
“Paradójicamente”,
explica Garibaldi, “por un lado estamos perdiendo muchas especies
de polinizadores silvestres, pero por el otro nuestra agricultura
depende cada vez más de polinizadores porque se plantan, en
relación, más cultivos que se ven beneficiados por la acción de
estos animales. Es decir que es un servicio que cada vez tenemos
menos y del que cada vez necesitamos más”.
Además de los
servicios asociados con la provisión de alimentos, las plantas
dependientes de polinizadores contribuyen directamente a la
producción de medicinas, biocombustibles, fibras, materiales de
construcción e instrumentos musicales, entre otros.
Salud
“Las flores que
no son polinizadas por animales desarrollan frutos con menor
contenido nutricional. Entonces la disminución de polinizadores no
sólo afecta la cantidad, sino también la calidad de los alimentos”,
explica Aizen. Y es que los frutos y semillas de los cultivos
dependientes de polinizadores -por ejemplo la gran mayoría de los
frutales y oleaginosas- representan la principal fuente de algunos
micronutrientes como las vitaminas A y C, el hierro, el calcio, el
flúor y el ácido fólico.
“Los problemas
asociados [a la disminución de las poblaciones de polinizadores] son
aquellos relacionados a la falta de alguno de estos micronutrientes
entre los que se incluyen, entre otros, ceguera por falta de vitamina
A, anemia por falta de hierro, desnutrición infantil y mortalidad
prenatal por falta de cualquiera de estos micronutrientes o
combinación de ellos”, agrega Aizen.
Panorama actual
El reporte,
además, analiza el estado actual de las poblaciones de polinizadores
. Según indican los autores, durante el último siglo se han
registrado disminuciones en las poblaciones de abejas en regiones
altamente industrializadas del noroeste de Europa y el este de
América del Norte. “Además, los polinizadores están cambiando
rangos a latitudes más templadas o a mayores altitudes, siguiendo el
cambio climático”, analizan en el trabajo.
En Argentina,
según Garibaldi, no se conoce mucho sobre el estado de los
polinizadores. A iniciativa de algunos investigadores se han relevado
regiones específicas y allí “se ha registrado una clara reducción
en los polinizadores nativos”, agrega.
“Lamentablemente
en los últimos años en la Argentina y en otros países la tendencia
es a perder diversidad y lo que se está fomentando es la
homogeneización del paisaje, a partir por ejemplo de la dominancia
de un solo cultivo o de una sola especie”, dice Garibaldi.
Acciones
“Las acciones
que se pueden implementar fueron resumidas en un artículo muy reciente publicado en la revista Science y del cual Leonardo Galetto,
investigador superior del CONICET en el IMBIV de Córdoba es coautor.
Las mismas incluyen, entre otras medidas, la promoción de sistemas
agrícolas diversificados, la implementación de estándares más
altos en el uso de pesticidas y la regulación del comercio de abejas
manejadas. Esto exige legislación del estado, su implementación por
parte de los productores lo que se traduce en muchos casos en cambios
en el uso de la tierra, así como compromisos por producir pesticidas
con menor impacto ambiental por parte la industria de agroquímicos”,
dice Aizen.
Además, agrega,
el público puede participar activamente comprando los alimentos
certificados como amigables con los polinizadores y cultivando en
jardines, balcones, y aún en macetas diferentes tipos de plantas con
flores, por ejemplo.
“Para promover
a los polinizadores las claves son proveer diversidad de plantas y de
hábitats, que aportan diferentes recursos, ya sean flores o espacios
para nidificar. De las flores obtienen polen y néctar, que es su
alimento, mientras que otros polinizadores más especializados
también obtienen aceite y otros recursos”, dice Garibaldi.
Y, en ese
sentido, Aizen agrega: “Las acciones que se pueden tomar tanto a
nivel local, como de país, y la implementación de convenios a nivel
global como los que se asumen en la Convención de Diversidad
Biológica son claves para mantener y promover esta diversidad”.
Fuente:
Polinizadores en alerta, 27/12/16, Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
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