jueves, 22 de diciembre de 2016

Ley de bosques: para el oficialismo, la suspensión de la audiencia es "inadmisible"

El titular del bloque de UPC cuestionó la medida cautelar. Schiaretti prefirió no opinar sobre el tema.

Río Cuarto. El legislador Carlos Gutiérrez (el titular de la bancada de Unión por Córdoba) calificó como “una intromisión inadmisible” la decisión de la Justicia de suspender la audiencia pública que se iba a realizar este jueves en Villa María del Río Seco, para debatir cambios en la Ley de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo.

Hemos acatado la decisión de la jueza pero la vamos a recurrir porque estamos absolutamente seguros y convencidos de que esto supone una intromisión inadmisible del Poder Judicial en una decisión del Poder Legislativo”, argumentó.

En conferencia de prensa en Río Cuarto, el gobernador Juan Schiaretti se excusó de opinar respecto a la ley de bosques. Dijo que acatará lo que surja del Legislativo y que espera “que se busque el mayor consenso posible de todos los legisladores”.

Hay que escuchar a todos y buscar el equilibrio porque hay posiciones irreductibles, quienes quieren que se voltee todo y quienes no quieren que se toque nada ni un yuyo”, expresó.

Argumentó que el Ejecutivo lo que ha presentado ayer es una nueva ley de forestación, que exige que al menos el uno por ciento de los campos en explotación estén forestados en cinco años y prevé incentivos y multas.

"Podríamos tratar la ley sin la audiencia"
Sentado al lado del mandatario, Gutiérrez, dejó entrever que el oficialismo avanzará con el proyecto. “Vamos a seguir con el cronograma, ayer hemos pedido la preferencia correspondiente tanto para el tratamiento de la ley de bosques como para el proyecto de forestación que acaba de anunciar el gobernador. Nosotros podríamos tratar la ley sin que la audiencia pública opere, fue una decisión nuestra hacerla”, advirtió.

Sostuvo que “desde el primer día” se busca el “consenso mayoritario” con respecto a la norma. Justificó que se convoque a audiencia a 170 kilómetros de Córdoba Capital.

Argumentó que el objetivo de la audiencia pública es “que participe la gente afectada fundamentalmente donde existe el bosque nativo, esta es la razón porque pretendemos hacer la audiencia pública en Villa María del Río Seco, donde se anotaron casi 40 habitantes del lugar”.

La nueva ley prohíbe taxativamente el desmonte químico. Este proyecto remedia muchas situaciones que el bosque nativo en su degradación tiene, corrige sobredimensiones que se tomaron en un momento con respecto a las llamadas zonas rojas, pero de ninguna manera admite que exista un árbol menos en la Provincia”, defendió Gutiérrez.

Ni oídos ni dinero para los científicos

Aunque pueda resultar perverso, el razonamiento político tiene lógica: si no escuchamos a los científicos y a sus argumentos que intentan proteger el bien común, ¿por qué le vamos a dar dinero para que sigan investigando?

por Lucas Viano

El fin de año muestra un panorama oscuro para la ciencia argentina. En término reales, el presupuesto se redujo. En 2016, el Congreso asignó el 1,54 por ciento a la finalidad ciencia y técnica (CyT). Para 2017, esa proporción se reduce al 1,4 por ciento.

En dólares, el presupuesto para CyT de 2016 fue de 2.417 millones de dólares; en 2017, los fondos serán 2.060 millones de dólares.

La esperanza de poner en marcha el sistema científico puede apagarse. Iba a llevar décadas recuperar y superar aquella época dorada de la ciencia argentina previa a la Noche de los Bastones largos, hace 50 años.

Destruir este endeble sistema científico es muy fácil. Apenas hace falta una gestión que ignore la importancia de la investigación para el desarrollo del país. El resultado es conocido: decenas de científicos emigrarán, se desarmarán grupos de investigación consolidados y se esfumarán las incipientes industrias tecnológicas que crecieron con el respaldo de investigadores-empresarios.

Que el país tenga un tercio de pobres no es justificación para reducir el respaldo a la ciencia. El argumento de que hubo descontrol no parece suficiente, dada la necesidad de que Argentina recupere desarrollo científico.

Varias décadas atrás, ya lo refutó Bernardo Houssay, primer Premio Nobel en ciencia para América latina: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara: cara es la ignorancia”.

Además de dinero, los políticos actuales tampoco les prestan el oído a los científicos. La Provincia debate una nueva ley de bosques nativos que parece ser una carta blanca para arrasar con los restos que quedan en Córdoba de este ecosistema.

Los que se oponen no son terroristas ambientales. Son biólogos y ecólogos que han estudiado el monte autóctono a lo largo y a lo ancho, del derecho y del revés. Ellos son los que advierten que ya queda muy poco y que, sin nuestros bosques, las inundaciones y sequías se intensificarán y perderemos fertilidad en el suelo y aves en el cielo.

Este año también se discutió a nivel nacional y provincial una reforma electoral que pretende incorporar el voto electrónico. Otra vez fueron científicos quienes advirtieron que poner una computadora entre el ciudadano y su voto convierte en vulnerable a cualquier proceso electoral.

Aunque pueda resultar perverso, el razonamiento político tiene lógica: si no escuchamos a los científicos y a sus argumentos que intentan proteger el bien común, ¿por qué le vamos a dar dinero para que sigan investigando?

Ya se sabe, el sentido político puede ser el peor de los sentidos.

Lo mejor de todo esto es que por estos días usted puede cruzarse con el reclamo de los científicos en las calles. En nada se asemejan a locos despeinados refugiados en su laboratorio. Escúchelos.

Fuentes:

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