sábado, 24 de diciembre de 2016

Ley de Bosques de Córdoba y algunos deseos para estas Navidades

por José Luis Aguirre

Al Gobernador de la Provincia. A los Legisladores que deciden este 28 de Diciembre el destino de nuestro Monte Nativo cuando se vote ley de bosques. Al pueblo de Córdoba en general:

Que el sonido del viento entre las ramas y la siesta que pronuncian las chicharras desde los Talares atraviese todas tus murallas y acaricie al niño que llevás dentro, para que sientas el barro que nos viene de andar la inocencia, descalzos, hasta la esencia misma que nos aúna con la Madre.

Ojalá el fresco de la noche, que sostienen los grillos y las flores con su aroma, te despeje los sentidos, la mirada y la conciencia, para que, desde el misterio de lo que no entendemos, reinado de la Serpiente, Atajacaminos, Lechuzas y Zorritos, hasta el simple hombre o mujer que eres, te preguntes: ¿Para qué más negociado? ¿Para qué más destrucción? ¿Qué más habré de llevarme de este mundo que no sea el cariño sincero y la belleza?

Que la luz de los trinos de los pájaros desalojados del Churly se te atraviese por el camino y te despeine la ternura y te despierte la inteligencia para saber que el círculo de la piedra que hoy arrojamos al estanque alcanzará a las generaciones venideras y por lo tanto a vos mismo en lo futuro, “En el Hijo se puede Volver, Nuevo” dijo el Poeta.

Que cada sutil movimiento de las raíces y el olor de los yuyos, que el dulzor de las abejas y el esquivo mirar de la gente del campo, que la gracia de una mariposa, del más mínimo ser que habita el monte, te enamoren, te magien el corazón, te detonen la humanidad, la humildad de saber que la plenitud no se alcanza en acumular si no en sembrar amor para todo lo existente, así ya no tengamos que vernos en ninguna movilización entorpeciendo el tránsito de las ciudades y el comercio peatonal, así ya no tengamos que enfrentarnos cuando avancen las topadoras, agobiados por el calor y el mal año que traemos encima.

Ustedes tienen el poder y la responsabilidad, como gobernantes, de defender lo que nos queda de verde autóctono. Nosotros, como Pueblo, debemos reaccionar. La inacción nos hace cómplices de la muerte y la destrucción. Ojala dejemos de ser los once gatos locos de siempre, ojalá todas las partes se activen, cada uno desde su lugar, desde un pequeño gesto, investigando, preguntando de qué se trata, desde una oficina o desde un aula educando, no se ama lo que no se conoce, en el almacén, desde el arte, en cualquier esquina, en los diarios y noticieros, desde un puesto público…

El Río siempre vuelve a su cauce, como la vida. No la obstruyamos, dejemos que siga su rumbo como es, libre, diversa, como venía siendo hasta nosotros. La tierra ha vivido milenios sin la presencia humana antes de cobijarnos en su vientre y seguirá haciéndolo cuando ya no estemos, cuando se haya sacudido aquello que la estaba dañando. Luchemos por nuestra propia supervivencia. El Ser Humano no puede existir sin ella.

Que la Madre Tierra ilumine el sentir de quienes deciden y decidimos el destino de lo que nos queda de bosque nativo en la provincia de Córdoba. Ojalá sea para bien de lo que importa, para bien de la inocencia.

Desde las sierras de Córdoba, José Luis Aguirre y Familia.

PD: El 28 nos vemos.

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