jueves, 20 de octubre de 2016

Esto dijo el médico paranaense en La Haya

Mi nombre es Damián Verzeñassi, soy médico y soy profesor titular por concurso de la Unidad “Redes y Sistemas de Salud” de la Carrera de Medicina de la Universidad Nacional del Chaco Austral (ubicada en la provincia del Chaco, Argentina). En esta Universidad soy al mismo tiempo director de la carrera de Medicina.

También trabajo como profesor en la Facultad de Cs Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, donde en el año 2004 creamos la materia Salud Socioambiental, que se cursa en tercer año de la carrera de Medicina (de la que soy Responsable Académico) y desde el año 2009 soy Responsable Académico (Profesor Titular) del Ciclo Práctica Final de la Carrera de Medicina (que es el último tramo de formación que un estudiante debe transitar y aprobar para obtener su título de médico). En esta Facultad, soy el Director del Instituto de Salud Socioambiental creado en el año 2013.

Asimismo, pertenezco y participo de diversos movimientos por la defensa de la Salud, entre ellos la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (UCCSNAL)

Desde diciembre de 2010, en la Carrera de Medicina de la Facultad de Cs. Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, hemos implementado un dispositivo de evaluación final de la carrera de Medicina, denominado “Campamento Sanitario”.

Como parte de este dispositivo (que es la última evaluación que un estudiante debe aprobar para obtener su título de médico) nos trasladamos con todo el grupo de estudiantes que pretenden ser evaluados, mas el equipo docente de la Práctica Final de la carrera de Medicina, a una localidad de alrededor de 10.000 habitantes, o menos, y nos instalamos allí durante cinco días.

El dispositivo incluye diversas actividades que el estudiante debe realizar para lograr su acreditación: relevamiento epidemiológico, control de salud de los niños escolarizados de 4 a 12 años, realización de talleres de promoción de salud o de prevención de enfermedades abiertos a la comunidad, y finalmente, una devolución a la comunidad que nos recibió, de los resultados obtenidos.

Durante los primeros dos días, a cada estudiante se le asigna una manzana de la ciudad, y él mismo debe entrevistar a los habitantes que tengan su domicilio en esa manzana, siguiendo un formulario preestablecido, y con el objetivo máximo de cubrir el 100 % de los domicilios.

Una vez finalizado ese relevamiento domiciliario, las respuestas obtenidas en cada uno de los domicilios se cargan en un sistema informático para poder analizar los datos y construir un “Perfil Epidemiológico Referido de la Localidad” (es decir, construimos una información acerca de los problemas de salud y causas de muerte de la comunidad en cuestión, a partir de las referencias de la misma gente)

Técnicamente, realizamos un “Diagnóstico de Situación de Salud”, con una metodología de “Barrido”, utilizando como herramienta un cuestionario semiestructurado con preguntas abiertas y cerradas orientadas a identificas las morbilidades (enfermedades) y causas de muerte referidas por la comunidad. El cuestionario no tiene respuestas sugeridas en las preguntas respecto a las morbimortalidades, registrándose en cada entrevista la respuesta textual del entrevistado. Para evitar el doble registro de mortalidad y morbilidad referida, se explicita a los encuestados que las preguntas y las respuestas se limitan a miembros del grupo familiar que viviesen en el domicilio relevado al momento del fallecimiento y, en el caso de las enfermedades crónicas, en el momento de la encuesta. NO se realiza la encuesta a menores de 18 años, y se informa a todos los vecinos que responden, que pueden interrumpir en el momento que quieran el cuestionario.

Al día de hoy tenemos 27 localidades de Argentina, de 4 provincias diferentes, ya relevadas con este dispositivo. El total de personas que viven en esas ciudades es de 151.799, de las cuales hemos logrado obtener datos de 96.874, que son las que pertenecen a las familias que han aceptado realizar las entrevistas, las que nos han respondido y así nos permitieron construir el “Perfil Epidemiológico Referido” de cada una de las localidades relevadas. Es decir, tenemos relevadas el 63.82 % del universo total de estas 27 localidades.

A partir de este trabajo, nosotros hemos encontrado que, contrariamente a lo que muestran las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, hay enfermedades que en estos pueblos tienen una presencia mucho más importante que lo que ocurre a nivel nacional.

Me refiero específicamente a los problemas endócrinos y fundamentalmente de la glándula tiroides, que en nuestros registros es la segunda enfermedad crónica mas frecuente, mientras que a nivel nacional, ese lugar es ocupado por la Diabetes No Insulino Dependiente.

El hipotiroidismo, en lo que refiere la gente como un problema de salud y en las referencias de consumo de medicamentos (con lo cual le da fortaleza a la primer respuesta) es sin dudas la segunda enfermedad mas frecuente en el total de estas localidades.

Nosotros hemos, junto con esto, también identificado que ha habido un incremento a lo largo de los últimos años, de las enfermedades alérgicas respiratorias, enfermedades como asma o epoc (un grupo de enfermedades pulmonares obstructivas), ha habido un incremento de trastornos neurológicos (empezamos a ver gente de 65 o menos de 60 años, entre 50 y 59 que ya tienen alzheimer o parkinson -enfermedades que supuestamente aparecían cuando uno ya había avanzando mucho mas en la edad). Estamos viendo también con mucha preocupación que empiezan a aumentar los casos de mujeres que no pueden completar sus embarazos a término, hacen abortos espontáneos y abortos espontáneos a repetición.

Un ejemplo de esto último podemos verlo en los resultados de las localidades de Acebal, Alcorta y Chabás (todas de la Provincia de Santa Fe).

En la localidad de Acebal, en el quinquenio 1995-1999 cada 100 embarazos, terminaron en aborto 5,5, mientras que en el quinquenio 2000-2004 la tasa fue de 2,56/100, en el período 2005-2009 fue de 5,7/100 y en el quinquenio 2010-2014 los abortos fueron 7.7 cada 100 embarazos.

En Alcorta, el crecimiento de las tasas de aborto por cada 100 embarazos (por quinquenio) es exponencial entre los quinquenios 1995-1999 (6/100), 2000-2004 (3.8/100), 2005-2009 (7.5/100) y 2010-2014 (22.5/100)

En Chabás se observa también un crecimiento sostenido de esta misma tasa para los períodos 1995-1999 (5.8/100), 2000-2004 (6.6/100), 2005-2009 (8.2/100) y 2010-2014 (11.5/100).

Otro dato que llamó nuestra atención fue el incremento de las apariciones de malformaciones congénitas.

Siempre tomando como ejemplo las tres localidades mencionadas, los crecimientos de las tasas de incidencia de malformaciones congénitas cada mil nacidos vivos, se comporta de la siguiente manera:

Localidad
1995-1999
2000-2004
2005-2009
2010-2014
Alcorta
10.1/1000
6.1/1000
6.2/1000
7.6/1000
Chabás
Sin datos
2.8/1000
5.7/1000
6.2/1000
Acebal
9.7/1000
8.8/1000
21.9/1000
17.9/1000

En lo que respecta a las enfermedades como cáncer, linfomas, leucemias, también encontramos datos que nos preocuparon de sobremanera.

Mientras en Argentina (según datos del Ministerio de Salud de la Nación), en el año 2008 la incidencia anual de cáncer expresada en tasa brutas cada 100.000 habitantes fue de 206 casos, en el promedio de los primeros 11 Campamentos Sanitarios, nosotros pudimos evidenciar una tasa de 368,2 cada 100.000 habitantes (con un rango de 211,7/100.000 a 713,7/100.000), es decir que nuestro promedio es 1,79 veces mas alto que el de la media nacional.

Cuando, preocupados por este dato, quisimos graficar la evolución en el tiempo de esta incidencia, (para ver si es que siempre estas comunidades habían tenido tan alta tasa de incidencia) nos encontramos con que la incidencia de cáncer cada 100.000 habitantes, ubicada por quinquenios, en las localidades evaluadas por nosotros venía teniendo un crecimiento sostenido desde el quinquenio 1995-1999, hasta nuestros días, llegando los diagnósticos nuevos de cáncer en el período 2007-2011 a igualar, e incluso superar, la suma del total de casos diagnosticados en el período 1997-2006 (siempre expresados en tasas cada 100.000 habitantes).

La última comparación que hicimos, fue respecto a los datos oficiales del año 2012 que en Argentina dieron una tasa anual de incidencia de cáncer de 217 cada 100.000 habitantes (con un rango esperado que iba entre 172.3-242,9/100000 habitantes) y nosotros encontramos que en el año 2013 la tasa promedio de incidencia anual de cáncer en las localidades donde hicimos Campamentos Sanitarios después de ese año es de 397,4/100000 habitantes, es decir 1,83 veces mas que la media nacional, y 1,63 veces mas alta que el máximo esperado para nuestra país.

Ante la repetición de los patrones de instalación de estos problemas de salud, cuyos movimientos estadísticos se dan de manera similar en la mayoría de los pueblos que hemos relevado, y al ver que los perfiles epidemiológicos referidos que hemos construido con las comunidades, no coinciden con las estadísticas que existen oficialmente a nivel nacional, nuestra preocupación fue identificar que otras cosas (además de los perfiles epidemiológicos identificados) tenían en común estas localidades.

Entonces surgió como un elemento muy fuerte en común que casi todas ellas (menos una) han quedado en los últimos veinte años, en el medio del área de producción de eventos transgénicos venenodependientes.

Ese modelo de producción agroindustrial que se instaló en nuestro país y en nuestra región, y que trastocó radicalmente los modos de vida, así como los modos de producción y de manejo del territorio.

Entonces donde antes se producía alimento, donde antes había, por ejemplo, tambos porque había vacas lecheras, ahora hay evento transgénico veneno-dependiente. Donde antes había ganado a pasto, que recorría la llanura y comía pasto, ahora hay evento transgénico dependiente de venenos.

Estas miopías de la biotecnología transformaron los territorios en donde nosotros hicimos los Campamentos Sanitarios. Entonces nos empezamos a preguntar si podría caber la posibilidad de que algo de lo que estaba teniendo la gente como problema de salud, tuviese relación con esa transformación del modelo de producción.

Como es un modelo dependiente de venenos, fuimos a ver si existía bibliografía científica que hubiese estudiado si esos venenos que se usan para la producción agroindustrial de eventos transgénicos, tenían algún impacto en los sistemas biológicos, ya sea en seres humanos en el caso de que los hubiera, o de mamíferos o de otros tipos de especies, que pudiese ayudar a explicar los perfiles epidemiológicos que nosotros registramos.

Y para nuestra sorpresa no grata, encontramos que si, que hay bibliografía. Incluso desde el año 1979, ya había bibliografía que indicaba que algunas de las sustancias químicas que se utilizan en nuestros territorios, y que de hecho fueron presentadas en nuestros territorios como “nueva” tecnología (cuando en realidad, lo nuevo era la transgénesis para hacer resistencia a estos venenos), eran dañinas. Por eso, cuando en la década del ’90 del siglo pasado, se nos decía que esta “nueva” tecnología, estas “nuevas” químicas, eran mucho mas benévolas que las químicas anteriores, en realidad se nos mentía.

Se nos mentía porque se cambiaron las clasificaciones, tramposamente, unos años antes que se presente la patente de los eventos transgénicos dependientes o resistentes a venenos, y además se nos mentía porque no se nos decía que ya había trabajos científicos publicados desde la década del ’70, (específicamente del año ’79) que demuestran la asociación de la exposición de esas sustancias químicas, fundamentalmente el glifosato y sus coadyuvantes, con el desarrollo de alteraciones en el ADN y de células oncogénicas.

Se nos había mentido porque se nos decía que éstas eran sustancias con una clasificación toxicológica muy baja, cuando en realidad, hasta el año ’86, habían sido clasificadas por la misma agencia de clasificación de toxicidades internacionales, como categoría III, y en el año ’93, tres años antes de que se patente el evento transgénico “soja resistente a glifosato con surfactantes”, cambian la clasificación, misteriosamente, por una clasificación IV, y después, en el 2015 terminan teniendo que reconocer que no, que era clase IIA, ni siquiera III como dijeron en 1986. Y estas son informaciones que la Industria ya conocía y negó, ocultó, a propósito, sabiendo lo que estaba haciendo.

Los trabajos científicos del Profesor Doctor Andrés Carrasco (que es quien debería estar hoy aquí, en mi lugar de no haber fallecido hace dos años), demostraron sin lugar a dudas cual es el mecanismo por el cual el preparado de glifosato mas sus coadyuvantes, interfiere en la regulación del ácido retinoico, elemento esencial para la correcta expresión de los genes responsables de la organogénesis de los vertebrados. Y éste gran investigador también halló referencias bibliográficas que evidenciaban que el glifosato, contrariamente a lo que la empresa Monsanto y los laboratorios financiados por ella dijeron, si atraviesa la placenta, por lo que también ahí puede buscarse una relación con la dificultad de continuar un proceso gestacional normal en una embarazada expuesta directa o indirectamente a esa sustancia.

Los trabajos del Profesor Seralini serán mejor explicados por él mismo ante este Tribunal, por lo que solo diré que esos trabajos han sido y siguen siendo una referencia obligada para entender los impactos de la química y la transgénesis en nuestra salud, pero también son no solo un gran ejemplo de Ciencia Digna, sino que se han transformado en un Faro para todos los que creemos en el mundo entero que vale la pena mantenernos firmes en nuestras convicciones, mas allá de los golpes que recibamos.

En Argentina otros equipos de investigación, que hacen Ciencia Digna, han desarrollado trabajos científicos que, entre otras cosas, han demostrado:
daño genético en poblaciones humanas expuestas a agrotóxicos;
presencia de glifosato y su metabolito AMPA en mas del 80 % de las gasas y algodones que se usan en el sistema de salud y productos femeninos como tampones;
que el 76,6 % de las verduras y frutas que se comercializan tienen al menos un agrotóxico cuando llegan a la mesa familiar y el 27,7 % tiene entre tres y cinco;
presencia de glifosato y su metabolito (AMPA) en las aguas del Río Paraná (el segundo mas voluminoso de sud américa, que recibe todos los afluentes de la zona agroindustrial);
Señores Jueces, voy a hacer mías las palabras del investigador Adolfo Maldonado”, La ciencia, está tardando de entre 40 a 60 años para demostrar lo tóxico de los pesticidas y siempre llega a demostrarlo cuando hay otros productos que pueden sustituir las ganancias del producto a prohibir. Es el caso del DDT, del Lindano, del DBCP, del endosulfan,… del mismo glifosato. Todos estos productos hoy prohibidos o severamente cuestionados fueron anunciados desde su nacimiento como productos sin efectos negativos para el ser humano, pero se tardaron décadas en demostrar su agresividad”.

Es cierto que, desde los paradigmas de la Ciencia Normal y Positivista, nosotros no podemos afirmar categóricamente que es el glifosato y sus coadyuvantes son “la causa” de los daños en la salud de las comunidades que hemos relevado.

Eso es tan absolutamente cierto, como que hasta el día de hoy no hay un solo estudio publicado que evalúe en seres humanos el impacto acumulativo en mas de tres generaciones, de la química liberada, entre otros y fundamentalmente, por Monsanto (hoy Bayer) incrementada de manera exponencial en sus volúmenes a partir de la incorporación comercial de los eventos genéticamente modificados para resistir a sus venenos.

Es cierto que el Derecho Positivo exige la demostración de la “relación causal” entre una noxa y su efecto dañino para establecer vínculo “doloso o culposo”. También es cierto que desde fines del siglo pasado ya existen evidencias y modelos científicos en salud, que han dado por tierra con esa lógica lineal de “causa-efecto”, y hasta la misma OMS entiende hoy a los problemas de salud desde la mirada de los modelos complejos de determinación y condicionamiento de los procesos de salud-enfermedad.

En Argentina, desde la instalación del modelo de eventos transgénicos adictos a venenos (en el año 1996), la superficie de producción agroindustrial creció un 50 %, mientras que el uso de venenos para esa agroindustria creció un 848% según datos oficiales. Ese incremento es desmedido. No tiene relación alguna con nada…

Perdón, me he equivocado, si tiene relación con algo: con el incremento de los problemas de salud de las poblaciones expuestas que bien hemos logrado evidenciar con nuestros Campamentos Sanitarios, como parte del compromiso social que tenemos quienes entendemos que nuestra tarea como trabajadores de la salud y de la educación médica, debe estar al servicio de los pueblos, y no de las empresas, las corporaciones o los gobiernos.

Porque la Salud de los seres humanos, está absolutamente ligada a la de cada una de las formas de vida y estructuras materiales de este Planeta. Porque la Salud de los seres humanos y la de la Madre Tierra es Una Sola Salud.

Nosotros somos el emergente de un diálogo permanente de mas de 15.000 millones de años entre las diferentes estructuras que componen la materia del universo, que se va organizando y va transitando a lo largo del TIEMPO, que es una dimensión que hoy estamos olvidando y yo creo que necesitamos recuperar: la dimensión TIEMPO, que es la que permite que la evolución sea, y que nosotros seamos. Junto con la otra dimensión también pretendidamente olvidada o negada por alguna parte de la ciencia, que es la DIVERSIDAD.

Monsanto-Bayer, es parte de una compleja arquitectura corporativa que ha logrado crecer en este Mundo gracias a una lógica de despojo, de eliminación de la Diversidad, de “quemar” el Tiempo, alterando así toda la trama de la vida de este Planeta.

Por eso nosotros estamos diciendo hoy, que la industria química, la industria de la biotecnología encabezada por MONSANTO (ahora BAYER) es responsable del ECOCIDIO que estamos transitando hoy en este, nuestro único hogar, al que pertenecemos y que nos está mirando, cual Madre a sus Hijos, con la esperanza que reaccionemos a tiempo para que la Vida, tal como la conocemos, siga siendo posible.

Testimonio ante el Tribunal Internacional Monsanto del Prof. Dr. Damián Verzeñassi, Director de Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Cs Médicas de la Universidad Nacional de Rosario y Director de la Carrera de Medicina de la Universidad Nacional del Chaco Austral (Argentina).

Fuente:
Esto dijo el médico paranaense en La Haya, 18/10/16, Entre Ríos Ahora. Consultado 20/10/16.

No hay comentarios:

Publicar un comentario