Mi nombre es
Damián Verzeñassi, soy médico y soy profesor titular por concurso
de la Unidad “Redes y Sistemas de Salud” de la Carrera de
Medicina de la Universidad Nacional del Chaco Austral (ubicada en la
provincia del Chaco, Argentina). En esta Universidad soy al mismo
tiempo director de la carrera de Medicina.
También trabajo
como profesor en la Facultad de Cs Médicas de la Universidad
Nacional de Rosario, donde en el año 2004 creamos la materia Salud
Socioambiental, que se cursa en tercer año de la carrera de Medicina
(de la que soy Responsable Académico) y desde el año 2009 soy
Responsable Académico (Profesor Titular) del Ciclo Práctica Final
de la Carrera de Medicina (que es el último tramo de formación que
un estudiante debe transitar y aprobar para obtener su título de
médico). En esta Facultad, soy el Director del Instituto de Salud
Socioambiental creado en el año 2013.
Asimismo,
pertenezco y participo de diversos movimientos por la defensa de la
Salud, entre ellos la Unión de Científicos Comprometidos con la
Sociedad y la Naturaleza de América Latina (UCCSNAL)
Desde diciembre
de 2010, en la Carrera de Medicina de la Facultad de Cs. Médicas de
la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, hemos implementado un
dispositivo de evaluación final de la carrera de Medicina,
denominado “Campamento Sanitario”.
Como parte de
este dispositivo (que es la última evaluación que un estudiante
debe aprobar para obtener su título de médico) nos trasladamos con
todo el grupo de estudiantes que pretenden ser evaluados, mas el
equipo docente de la Práctica Final de la carrera de Medicina, a una
localidad de alrededor de 10.000 habitantes, o menos, y nos
instalamos allí durante cinco días.
El dispositivo
incluye diversas actividades que el estudiante debe realizar para
lograr su acreditación: relevamiento epidemiológico, control de
salud de los niños escolarizados de 4 a 12 años, realización de
talleres de promoción de salud o de prevención de enfermedades
abiertos a la comunidad, y finalmente, una devolución a la comunidad
que nos recibió, de los resultados obtenidos.
Durante los
primeros dos días, a cada estudiante se le asigna una manzana de la
ciudad, y él mismo debe entrevistar a los habitantes que tengan su
domicilio en esa manzana, siguiendo un formulario preestablecido, y
con el objetivo máximo de cubrir el 100 % de los domicilios.
Una vez
finalizado ese relevamiento domiciliario, las respuestas obtenidas en
cada uno de los domicilios se cargan en un sistema informático para
poder analizar los datos y construir un “Perfil Epidemiológico
Referido de la Localidad” (es decir, construimos una información
acerca de los problemas de salud y causas de muerte de la comunidad
en cuestión, a partir de las referencias de la misma gente)
Técnicamente,
realizamos un “Diagnóstico de Situación de Salud”, con una
metodología de “Barrido”, utilizando como herramienta un
cuestionario semiestructurado con preguntas abiertas y cerradas
orientadas a identificas las morbilidades (enfermedades) y causas de
muerte referidas por la comunidad. El cuestionario no tiene
respuestas sugeridas en las preguntas respecto a las
morbimortalidades, registrándose en cada entrevista la respuesta
textual del entrevistado. Para evitar el doble registro de mortalidad
y morbilidad referida, se explicita a los encuestados que las
preguntas y las respuestas se limitan a miembros del grupo familiar
que viviesen en el domicilio relevado al momento del fallecimiento y,
en el caso de las enfermedades crónicas, en el momento de la
encuesta. NO se realiza la encuesta a menores de 18 años, y se
informa a todos los vecinos que responden, que pueden interrumpir en
el momento que quieran el cuestionario.
Al día de hoy
tenemos 27 localidades de Argentina, de 4 provincias diferentes, ya
relevadas con este dispositivo. El total de personas que viven en
esas ciudades es de 151.799, de las cuales hemos logrado obtener
datos de 96.874, que son las que pertenecen a las familias que han
aceptado realizar las entrevistas, las que nos han respondido y así
nos permitieron construir el “Perfil Epidemiológico Referido”
de cada una de las localidades relevadas. Es decir, tenemos relevadas
el 63.82 % del universo total de estas 27 localidades.
A partir de este
trabajo, nosotros hemos encontrado que, contrariamente a lo que
muestran las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación,
hay enfermedades que en estos pueblos tienen una presencia mucho más
importante que lo que ocurre a nivel nacional.
Me refiero
específicamente a los problemas endócrinos y fundamentalmente de la
glándula tiroides, que en nuestros registros es la segunda
enfermedad crónica mas frecuente, mientras que a nivel nacional, ese
lugar es ocupado por la Diabetes No Insulino Dependiente.
El
hipotiroidismo, en lo que refiere la gente como un problema de salud
y en las referencias de consumo de medicamentos (con lo cual le da
fortaleza a la primer respuesta) es sin dudas la segunda enfermedad
mas frecuente en el total de estas localidades.
Nosotros hemos,
junto con esto, también identificado que ha habido un incremento a
lo largo de los últimos años, de las enfermedades alérgicas
respiratorias, enfermedades como asma o epoc (un grupo de
enfermedades pulmonares obstructivas), ha habido un incremento de
trastornos neurológicos (empezamos a ver gente de 65 o menos de 60
años, entre 50 y 59 que ya tienen alzheimer o parkinson -enfermedades que supuestamente aparecían cuando uno ya había
avanzando mucho mas en la edad). Estamos viendo también con mucha
preocupación que empiezan a aumentar los casos de mujeres que no
pueden completar sus embarazos a término, hacen abortos espontáneos
y abortos espontáneos a repetición.
Un ejemplo de
esto último podemos verlo en los resultados de las localidades de
Acebal, Alcorta y Chabás (todas de la Provincia de Santa Fe).
En la localidad
de Acebal, en el quinquenio 1995-1999 cada 100 embarazos, terminaron
en aborto 5,5, mientras que en el quinquenio 2000-2004 la tasa fue de
2,56/100, en el período 2005-2009 fue de 5,7/100 y en el quinquenio
2010-2014 los abortos fueron 7.7 cada 100 embarazos.
En Alcorta, el
crecimiento de las tasas de aborto por cada 100 embarazos (por
quinquenio) es exponencial entre los quinquenios 1995-1999 (6/100),
2000-2004 (3.8/100), 2005-2009 (7.5/100) y 2010-2014 (22.5/100)
En Chabás se
observa también un crecimiento sostenido de esta misma tasa para los
períodos 1995-1999 (5.8/100), 2000-2004 (6.6/100), 2005-2009
(8.2/100) y 2010-2014 (11.5/100).
Otro dato que
llamó nuestra atención fue el incremento de las apariciones de
malformaciones congénitas.
Siempre tomando
como ejemplo las tres localidades mencionadas, los crecimientos de
las tasas de incidencia de malformaciones congénitas cada mil
nacidos vivos, se comporta de la siguiente manera:
Localidad
|
1995-1999
|
2000-2004
|
2005-2009
|
2010-2014
|
Alcorta
|
10.1/1000
|
6.1/1000
|
6.2/1000
|
7.6/1000
|
Chabás
|
Sin datos
|
2.8/1000
|
5.7/1000
|
6.2/1000
|
Acebal
|
9.7/1000
|
8.8/1000
|
21.9/1000
|
17.9/1000
|
En lo que
respecta a las enfermedades como cáncer, linfomas, leucemias,
también encontramos datos que nos preocuparon de sobremanera.
Mientras en
Argentina (según datos del Ministerio de Salud de la Nación), en el
año 2008 la incidencia anual de cáncer expresada en tasa brutas
cada 100.000 habitantes fue de 206 casos, en el promedio de los
primeros 11 Campamentos Sanitarios, nosotros pudimos evidenciar una
tasa de 368,2 cada 100.000 habitantes (con un rango de 211,7/100.000
a 713,7/100.000), es decir que nuestro promedio es 1,79 veces mas
alto que el de la media nacional.
Cuando,
preocupados por este dato, quisimos graficar la evolución en el
tiempo de esta incidencia, (para ver si es que siempre estas
comunidades habían tenido tan alta tasa de incidencia) nos
encontramos con que la incidencia de cáncer cada 100.000 habitantes,
ubicada por quinquenios, en las localidades evaluadas por nosotros
venía teniendo un crecimiento sostenido desde el quinquenio
1995-1999, hasta nuestros días, llegando los diagnósticos nuevos de
cáncer en el período 2007-2011 a igualar, e incluso superar, la
suma del total de casos diagnosticados en el período 1997-2006
(siempre expresados en tasas cada 100.000 habitantes).
La última
comparación que hicimos, fue respecto a los datos oficiales del año
2012 que en Argentina dieron una tasa anual de incidencia de cáncer
de 217 cada 100.000 habitantes (con un rango esperado que iba entre
172.3-242,9/100000 habitantes) y nosotros encontramos que en el año
2013 la tasa promedio de incidencia anual de cáncer en las
localidades donde hicimos Campamentos Sanitarios después de ese año
es de 397,4/100000 habitantes, es decir 1,83 veces mas que la media
nacional, y 1,63 veces mas alta que el máximo esperado para nuestra
país.
Ante la
repetición de los patrones de instalación de estos problemas de
salud, cuyos movimientos estadísticos se dan de manera similar en la
mayoría de los pueblos que hemos relevado, y al ver que los perfiles
epidemiológicos referidos que hemos construido con las comunidades,
no coinciden con las estadísticas que existen oficialmente a nivel
nacional, nuestra preocupación fue identificar que otras cosas
(además de los perfiles epidemiológicos identificados) tenían en
común estas localidades.
Entonces surgió
como un elemento muy fuerte en común que casi todas ellas (menos
una) han quedado en los últimos veinte años, en el medio del área
de producción de eventos transgénicos venenodependientes.
Ese modelo de
producción agroindustrial que se instaló en nuestro país y en
nuestra región, y que trastocó radicalmente los modos de vida, así
como los modos de producción y de manejo del territorio.
Entonces donde
antes se producía alimento, donde antes había, por ejemplo, tambos
porque había vacas lecheras, ahora hay evento transgénico
veneno-dependiente. Donde antes había ganado a pasto, que recorría
la llanura y comía pasto, ahora hay evento transgénico dependiente
de venenos.
Estas miopías de
la biotecnología transformaron los territorios en donde nosotros
hicimos los Campamentos Sanitarios. Entonces nos empezamos a
preguntar si podría caber la posibilidad de que algo de lo que
estaba teniendo la gente como problema de salud, tuviese relación
con esa transformación del modelo de producción.
Como es un modelo
dependiente de venenos, fuimos a ver si existía bibliografía
científica que hubiese estudiado si esos venenos que se usan para la
producción agroindustrial de eventos transgénicos, tenían algún
impacto en los sistemas biológicos, ya sea en seres humanos en el
caso de que los hubiera, o de mamíferos o de otros tipos de
especies, que pudiese ayudar a explicar los perfiles epidemiológicos
que nosotros registramos.
Y para nuestra
sorpresa no grata, encontramos que si, que hay bibliografía. Incluso
desde el año 1979, ya había bibliografía que indicaba que algunas
de las sustancias químicas que se utilizan en nuestros territorios,
y que de hecho fueron presentadas en nuestros territorios como
“nueva” tecnología (cuando en realidad, lo nuevo era la
transgénesis para hacer resistencia a estos venenos), eran dañinas.
Por eso, cuando en la década del ’90 del siglo pasado, se nos
decía que esta “nueva” tecnología, estas “nuevas” químicas,
eran mucho mas benévolas que las químicas anteriores, en realidad
se nos mentía.
Se nos mentía
porque se cambiaron las clasificaciones, tramposamente, unos años
antes que se presente la patente de los eventos transgénicos
dependientes o resistentes a venenos, y además se nos mentía porque
no se nos decía que ya había trabajos científicos publicados desde
la década del ’70, (específicamente del año ’79) que
demuestran la asociación de la exposición de esas sustancias
químicas, fundamentalmente el glifosato y sus coadyuvantes, con el
desarrollo de alteraciones en el ADN y de células oncogénicas.
Se nos había
mentido porque se nos decía que éstas eran sustancias con una
clasificación toxicológica muy baja, cuando en realidad, hasta el
año ’86, habían sido clasificadas por la misma agencia de
clasificación de toxicidades internacionales, como categoría III,
y en el año ’93, tres años antes de que se patente el evento
transgénico “soja resistente a glifosato con surfactantes”,
cambian la clasificación, misteriosamente, por una clasificación
IV, y después, en el 2015 terminan teniendo que reconocer que no,
que era clase IIA, ni siquiera III como dijeron en 1986. Y estas son
informaciones que la Industria ya conocía y negó, ocultó, a
propósito, sabiendo lo que estaba haciendo.
Los trabajos
científicos del Profesor Doctor Andrés Carrasco (que es quien
debería estar hoy aquí, en mi lugar de no haber fallecido hace dos
años), demostraron sin lugar a dudas cual es el mecanismo por el
cual el preparado de glifosato mas sus coadyuvantes, interfiere en la
regulación del ácido retinoico, elemento esencial para la correcta
expresión de los genes responsables de la organogénesis de los
vertebrados. Y éste gran investigador también halló referencias
bibliográficas que evidenciaban que el glifosato, contrariamente a
lo que la empresa Monsanto y los laboratorios financiados por ella
dijeron, si atraviesa la placenta, por lo que también ahí puede
buscarse una relación con la dificultad de continuar un proceso
gestacional normal en una embarazada expuesta directa o
indirectamente a esa sustancia.
Los trabajos del
Profesor Seralini serán mejor explicados por él mismo ante este
Tribunal, por lo que solo diré que esos trabajos han sido y siguen
siendo una referencia obligada para entender los impactos de la
química y la transgénesis en nuestra salud, pero también son no
solo un gran ejemplo de Ciencia Digna, sino que se han transformado
en un Faro para todos los que creemos en el mundo entero que vale la
pena mantenernos firmes en nuestras convicciones, mas allá de los
golpes que recibamos.
En Argentina
otros equipos de investigación, que hacen Ciencia Digna, han
desarrollado trabajos científicos que, entre otras cosas, han
demostrado:
daño genético en poblaciones humanas expuestas a agrotóxicos;
presencia de glifosato y su metabolito AMPA en mas del 80 % de las gasas y algodones que se usan en el sistema de salud y productos femeninos como tampones;
que el 76,6 % de las verduras y frutas que se comercializan tienen al menos un agrotóxico cuando llegan a la mesa familiar y el 27,7 % tiene entre tres y cinco;
presencia de glifosato y su metabolito (AMPA) en las aguas del Río Paraná (el segundo mas voluminoso de sud américa, que recibe todos los afluentes de la zona agroindustrial);
Señores Jueces,
voy a hacer mías las palabras del investigador Adolfo Maldonado”,
La ciencia, está tardando de entre 40 a 60 años para demostrar lo
tóxico de los pesticidas y siempre llega a demostrarlo cuando hay
otros productos que pueden sustituir las ganancias del producto a
prohibir. Es el caso del DDT, del Lindano, del DBCP, del
endosulfan,… del mismo glifosato. Todos estos productos hoy
prohibidos o severamente cuestionados fueron anunciados desde su
nacimiento como productos sin efectos negativos para el ser humano,
pero se tardaron décadas en demostrar su agresividad”.
Es cierto que,
desde los paradigmas de la Ciencia Normal y Positivista, nosotros no
podemos afirmar categóricamente que es el glifosato y sus
coadyuvantes son “la causa” de los daños en la salud de las
comunidades que hemos relevado.
Eso es tan
absolutamente cierto, como que hasta el día de hoy no hay un solo
estudio publicado que evalúe en seres humanos el impacto acumulativo
en mas de tres generaciones, de la química liberada, entre otros y
fundamentalmente, por Monsanto (hoy Bayer) incrementada de manera
exponencial en sus volúmenes a partir de la incorporación comercial
de los eventos genéticamente modificados para resistir a sus
venenos.
Es cierto que el
Derecho Positivo exige la demostración de la “relación causal”
entre una noxa y su efecto dañino para establecer vínculo “doloso
o culposo”. También es cierto que desde fines del siglo pasado ya
existen evidencias y modelos científicos en salud, que han dado por
tierra con esa lógica lineal de “causa-efecto”, y hasta la misma
OMS entiende hoy a los problemas de salud desde la mirada de los
modelos complejos de determinación y condicionamiento de los
procesos de salud-enfermedad.
En Argentina,
desde la instalación del modelo de eventos transgénicos adictos a
venenos (en el año 1996), la superficie de producción
agroindustrial creció un 50 %, mientras que el uso de venenos para
esa agroindustria creció un 848% según datos oficiales. Ese
incremento es desmedido. No tiene relación alguna con nada…
Perdón, me he
equivocado, si tiene relación con algo: con el incremento de los
problemas de salud de las poblaciones expuestas que bien hemos
logrado evidenciar con nuestros Campamentos Sanitarios, como parte
del compromiso social que tenemos quienes entendemos que nuestra
tarea como trabajadores de la salud y de la educación médica, debe
estar al servicio de los pueblos, y no de las empresas, las
corporaciones o los gobiernos.
Porque la Salud
de los seres humanos, está absolutamente ligada a la de cada una de
las formas de vida y estructuras materiales de este Planeta. Porque
la Salud de los seres humanos y la de la Madre Tierra es Una Sola
Salud.
Nosotros somos el
emergente de un diálogo permanente de mas de 15.000 millones de años
entre las diferentes estructuras que componen la materia del
universo, que se va organizando y va transitando a lo largo del
TIEMPO, que es una dimensión que hoy estamos olvidando y yo creo que
necesitamos recuperar: la dimensión TIEMPO, que es la que permite
que la evolución sea, y que nosotros seamos. Junto con la otra
dimensión también pretendidamente olvidada o negada por alguna
parte de la ciencia, que es la DIVERSIDAD.
Monsanto-Bayer,
es parte de una compleja arquitectura corporativa que ha logrado
crecer en este Mundo gracias a una lógica de despojo, de eliminación
de la Diversidad, de “quemar” el Tiempo, alterando así toda la
trama de la vida de este Planeta.
Por eso nosotros
estamos diciendo hoy, que la industria química, la industria de la
biotecnología encabezada por MONSANTO (ahora BAYER) es responsable
del ECOCIDIO que estamos transitando hoy en este, nuestro único
hogar, al que pertenecemos y que nos está mirando, cual Madre a sus
Hijos, con la esperanza que reaccionemos a tiempo para que la Vida,
tal como la conocemos, siga siendo posible.
Testimonio ante
el Tribunal Internacional Monsanto del Prof. Dr. Damián Verzeñassi,
Director de Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Cs
Médicas de la Universidad Nacional de Rosario y Director de la
Carrera de Medicina de la Universidad Nacional del Chaco Austral
(Argentina).
Fuente:
Esto dijo el médico paranaense en La Haya, 18/10/16, Entre Ríos Ahora. Consultado 20/10/16.
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