Críticos temen
que la adquisición de Monsanto, por parte Bayer, favorezca los
cultivos transgénicos en países de la Unión Europea. Asimismo
preocupa la concentración del mercado de semillas y pesticidas.
por Dave Keating
Este año,
ambientalistas en todo el mundo volvieron a marchar contra Monsanto,
el productor de organismos genéticamente modificados (OMG) más
odiado. La compañía es tan exitosa que Bayer, una de las mayores
empresas alemanas, gastará 66 mil millones de dólares en su compra.
Esta es la mayor
oferta jamás realizada por una empresa alemana para la adquisición
de una empresa extranjera. Ambas compañías producen pesticidas y
juntas controlarían el 28 % del mercado mundial. La fusión debe ser
aún aprobada por las autoridades vigilantes de la competencia y
reguladoras de mercado. Su posición dominante en el campo
agroquímico hace también saltar las alarmas por razones
ambientales.
¿Acabará Bayer
con la marca Monsanto?
La reacción al
anuncio de la compra ha sido particularmente fuerte en Alemania,
donde la población rechaza mayoritariamente los alimentos
transgénicos. La estadounidense Monsanto se retiró del mercado
europeo hace unos años, debido a la moratoria que la Unión Europea
(UE) impuso al cultivo de organismos modificados genéticamente. Pero
la compañía todavía exporta OMGs a la UE.
Muchos analistas
esperan que Bayer entierre la marca Monsanto. Al respecto, Werner
Baumann, presidente de Bayer, le dijo al diario alemán Frankfurter
Allgemeine Zeitung que "basta recordar que Bayer goza de una
excelente reputación global y debemos aprovechar esa ventaja”.
A pesar de que
Bayer desarrolla, produce y vende productos similares, no genera una
percepción pública negativa en Europa, a diferencia de su
contraparte estadounidense. Jan Pehrke, de la ONG alemana “Coalición
contra los peligros de Bayer”, dice que es más difícil dar a
conocer las actividades de Bayer en la producción de pesticidas
debido a que la compañía está involucrada en muchas más áreas
que Monsanto, que básicamente vende semillas y transgénicos.
"Tratamos de informar a la opinión pública que, aparte de
Monsanto, hay muchas otras multinacionales agroquímicas enormes, que
también producen sustancias peligrosas," dice Pehrke a DW.
Katherine Paul,
directora de la Organización de Consumidores de Orgánicos, que
lidera el movimiento “Millones contra Monsanto”, dice que un
cambio de nombre no logrará desorientar a los activistas
anti-transgénicos. "Podemos rebautizar nuestra campaña
“Millones contra Monsanto en Miles de millones contra Bayer",
advierte. Pehrke también asegura que su coalición se concentrará
entonces en una "Marcha contra Bayer”.
El control del
mercado de semillas
Por otra parte,
ChemChina compró este año Syngenta, asumiendo el primer lugar en el
mercado de los productos químicos agrícolas. Las empresas
estadounidenses Dow y DuPont han anunciado una fusión de 13 mil
millones de dólares en 2017, para crear el mega-consorcio DowDuPont,
que controlará el 40 % de las semillas de maíz y soja en el mercado
estadounidense.
Sven Giegold,
diputado alemán del Parlamento Europeo por el Partido Verde, trabajó
en una petición en línea contra la fusión Bayer-Monsanto. Giegold
dice que las fusiones de las grandes empresas de la industria
agroquímica están fuera de control y ponen en riesgo el futuro de
la agricultura. "El Partido Verde apoya la idea de que en una
economía de mercado tiene que haber una ferrea competencia",
agrega Giegold a DW y advierte que "ya hay un fuerte monopolio
en la industria de semillas y plaguicidas, así que no es deseable
una mayor concentración del mercado". Giegold concluye que “si
hay sólo unos pocos competidores en el mercado de las semillas, los
agricultores se verán obligados a comprarlas, a menudo en
combinación con pesticidas”.
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Bayer firmó un acuerdo de fusión con Monsanto
Fuente:
Dave Keating, ¿Quién le teme a la fusión Bayer-Monsanto?, 15/09/16, Deutsche Welle. Consultado 19/09/16.
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