Una
acumulación record de nieve tras un ciclo lluvioso.
Las
áreas de cabecera de los ríos Atuel y Diamante registran la mayor
acumulación de nieve de la década. En la cuenca media y baja, las
lluvias han sido abundantes. En Mendoza prevén el fin de la
emergencia; en La Pampa, el reverdecer de los humedales.
Tras
una sucesión de más de cinco años de caudales pobres y ciclos
secos, el panorama hidrológico se muestra auspicioso para los ríos
Atuel y el Diamante. Las acumulaciones de nieve en las cabeceras son
las más abundantes de la década. Sumado a ello, un ciclo de muchas
lluvias permitió que el ingreso del Atuel a territorio pampeano no
se cortara en el verano. Con la llegada de los caudales invernales,
el verde volverá al castigado oeste pampeano. Un especialista dará
una charla esta tarde sobre los bañados del Atuel y del Salado.
“Esta
temporada ha sido bastante particular en torno a las nevadas”,
publicó ayer el periódico mendocino “Diario de San Rafael”.
Fueron tan abundantes que asombraron desde temprano a los mendocinos
y principalmente a los sureños, “quienes pudieron ver desde el mes
de abril muchas montañas nevadas”.
El
fenómeno nivológico ha generado números interesantes en la zona de
nacimiento de los ríos, y los balances del Departamento de
Hidrología marcan que en la zona de Laguna del Diamante y del Atuel
“la acumulación nívea se encuentra entre las mejores de la
década”.
En la
Laguna del Atuel hay un equivalente de 628 milímetros de agua nieve.
Solo en 2008 se registró tanta acumulación de nieve en las
nacientes del Atuel. En relación a la media histórica diaria, este
año la Laguna del Atuel está a un 378 por ciento por encima de lo
habitual, que suelen ser 166 milímetros.
Diamante
En lo
que respecta a la Laguna del Diamante, la situación también
presenta un panorama bastante particular, ya que para esta temporada
presenta una acumulación nívea de 200 milímetros. Así como sucede
en la Laguna del Atuel, en la del Diamante también se dan los
mejores promedios de la última década, apenas por debajo del 2008
pero por encima de 2005, dos de los años con mejores rendimientos de
la década.
En
relación a la media histórica, los números de las nacientes del
Diamante marcan que este año están al cuádruple, ya que para esta
época suele haber 46 milímetros, lo que significa un 405 por ciento
por encima de las marcas habituales.
El
Diamante es otro río que, al igual que el Atuel, integra la cuenca
del Desaguadero. Si bien su cauce no llega a nuestra provincia, sus
aguas descargan en el cauce del río Salado - Chadileuvú e
ingresan a La Pampa a través del límite entre Mendoza y San Luis.
“Con
estos números no es descabellado pensar que esta temporada finaliza
la crisis hídrica”, elucubró el diario sanrafaelino.
Bañados
El
Atuel y también el Salado alimentan una sucesión de humedales en el
centro oeste pampeano conocidos como “Bañados del Atual” y
“Bañados del Salado”, respectivamente. Los últimos años han
sido duros para esta zona debido a los escasos escurrimientos de
ambos cursos y al “fuerte control antrópico”, que se ejerce en
provincias como Mendoza y San Juan, explicó el investigador Pablo
Dornes, que esta tarde brindará una charla sobre estos ecosistemas.
Para
los bañados del Atuel el panorama es más auspicioso en esta
oportunidad que en años anteriores a raíz de las abundantes
precipitaciones que ocurrieron en su cuenca -tanto en Mendoza como en
La Pampa-, al punto que este verano el ingreso del río a territorio
pampeano no se cortó. “Si bien fueron caudales atenuados, del
orden de 2 a 4 metros cúbicos por segundo, entraron durante todo el
verano, algo que hacía mucho que no ocurría”, relató Dornes en
una entrevista con “El Faro, un programa de ciencia”.
“Ahora
que al parecer van a entrar los escurrimientos invernales quizá se
activen un poco más los humedales respecto a lo que estábamos
teniendo en los últimos 5 ó 6 años”, vaticinó.
En
cambio en el Salado- Chadileuvú, la situación es “alarmante,
muy preocupante”, indicó Dornes. Sus caudales son tan bajos que
los tenores salinos exceden largamente los de las aguas marinas y los
hacen totalmente incompatibles para cualquier tipo de actividad
productiva e incluso para parte de la vegetación. “Están en el
orden de 60 gramos por litro, es decir, inservibles para cualquier
uso”, remarcó.
Fuente:
Un año alentador para el río Atuel, 26/05/16, La Arena.
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