miércoles, 18 de mayo de 2016

El legado tóxico de Monsanto: Roundup

Hace más de 100 años que la empresa Monsanto opera en los Estados Unidos. Sin embargo solo recientemente ha salido a la luz el legado de tantos años de nefastas acciones del gigante químico y de semillas genéticamente modificadas con base en Saint Louis.

En un esfuerzo por documentar el legado tóxico de Monsanto, el fotógrafo Mathieu Asselin pasó tres años viajando por todo Estados Unidos capturando imágenes de las personas cuyas vidas han sido más profundamente afectadas, y en algunos casos destruidas, por la monstruosa empresa química que pasó a controlar gran parte de nuestro suministro de alimentos.


El glifosato
En la década de 1970, Monsanto presentó el glifosato bajo el nombre comercial Roundup. Con su uso intensivo en la agricultura, la resistencia de las malezas al glifosato es un problema creciente. Mientras que el glifosato y sus formulaciones como el Roundup, fueron aprobados por los organismos reguladores de todo el mundo y se utilizan ampliamente, persisten preocupaciones acerca de sus efectos sobre los seres humanos y el medio ambiente.

En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer y la OMS (Organización Mundial de la Salud) clasificó al glifosato, el ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto, como probable carcinógeno para los seres humanos. También dijo que había evidencia limitada de que el glifosato fue carcinogénico en seres humanos para el linfoma no Hodgkin.

El siguiente texto pertenece al libro "El Mundo según Monsanto" de Marie-Monique Robin:

"En este sentido, la historia de Monsanto constituye un paradigma de las aberraciones en las que se ha involucrado la sociedad industrial, obligada a gestionar como puede -es decir, obligatoriamente mal- la proliferación de sustancias químicas tóxicas que han invadido el planeta desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La solución razonable sería prohibir pura y simplemente toda molécula que presente algún problema para el hombre y el medio ambiente. Pero, en vez de ello, para satisfacer los intereses de los grandes grupos químicos -y algunos dirán de los consumidores de la vida moderna-, se afanan en reglamentar sustancias peligrosas para limitar sus daños más aparentes. Fuera de eso, después de nosotros, ¡el diluvio!

"La historia de los pesticidas es una ilustración perfecta de este mecanismo muy retorcido cuyo funcionamiento hay que tratar de comprender, aun a riesgo de entrar en detalles un tanto áridos, para cuantificar mejor su absurdo. Como subraya Julie Marc en una tesis doctoral de biología defendida en 2004 en la Universidad de Rennes, "el empleo de pesticidas se remonta a la Antigüedad", pero hasta mitad del siglo XX los "asesinos de pestes" eran de origen natural: los campesinos y jardineros utilizaban los derivados naturales, como el cobre del tradicional "caldo bordolés", para tratar las plantas afectadas por determinadas enfermedades o parásitos. El desarrollo de la agricultura industrial fue acompañado del uso masivo de pesticidas químicos que, como hemos visto, pertenecen a la familia de los organoclorados, el primero de los cuales fue el DDT. Bautizados como "productos fitosanitarios" (bella proeza retótica que sustituye la noción de "asesino" por la eufemística de "medicamento"), recubren tres categorías los fungicidas (para luchar contra hongos), los insecticidas (para acabar con los parásitos) y los herbicidas (para eliminar a los competidores herbáceos de los cultivos).

Cada pesticida está constituido de una "materia activa" -el glifosato en caso del Roundup- y de muchos coadyuvantes todavía llamados "sustancias inertes", como los disolventes, dispersantes, emuladores y surfactantes, cuyo objetivo es mejorar las propiedades fisicoquímicas y la eficacia biológica de las materias activas y que no tienen actividad pesticida propia".

Mathieu Asselin
Mi interés por Monsanto comenzó hace cinco años a raíz de unas conversaciones con mi padre. Comencé una investigación meticulosa, investigando materiales de archivo, recolectando recuerdos de Monsanto y estableciendo contactos con varios investigadores que trabajan en áreas relacionadas.

Este proyecto es una ventana hacia el pasado y el presente para entender mejor el futuro de esta multinacional. Quiero exponer las actividades irresponsables y perjudiciales de Monsanto. Muchas son apenas conocidas por el público. Mi intención es sensibilizar a la población en un momento en que estamos decidiendo el futuro de quién y cómo tendrá el control de los alimentos, y de qué manera nosotros, como consumidores, vamos a relacionarnos con ellos.

Mi proyecto fotográfico investiga hitos clave en más de 100 años de historia de Monsanto, documentando las comunidades donde las vidas fueron afectadas drásticamente por las políticas inescrupulosas de esta corporación.


Durante los últimos tres años he viajado extensamente alrededor de los Estados Unidos. Fui a Alabama, West Virginia y Missouri para documentar las comunidades ubicadas en las zonas contaminadas por Monsanto. Los residentes de estas áreas padecen una mayor incidencia de cáncer.

En Pennsylvania y Ohio, fotografié hijos de veteranos estadounidenses de la Guerra de Vietnam, cuya salud se ha visto afectado por la exposición de sus padres al Agente Naranja.

Me reuní con familias de agricultores de Maine e Indiana: sus negocios estaban en peligro por las leyes de patente de Monsanto sobre las semillas transgénicas.

El proyecto combina retratos ambientales, paisajes y materiales de archivo.

¿Qué se siente cuando Monsanto llama a tu puerta en la oscuridad de la noche pidiendo ver tus registros comerciales y amenazando con demandarte? Descúbrelo con este en mini-documental de Mathieu...

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