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| El papa Francisco y Simón Peres plantan un árbol en Jerusalén. Amir Cohen/ EFE |
Otro fragmento de la nueva encíclica del papa Francisco describe el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir.
por Elisabetta Piqué
Roma. Se nota la huella porteña de Francisco en su encíclica "Laudato si", la primera de su puño y letra, ya que la anterior, "Lumen Fidei", había sido escrita a cuatro manos junto a Benedicto XVI.
Se advierte cuando, en su introducción, describe el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir, "debido no solamente a la contaminación originada por las emisiones tóxicas, sino también al caos urbano, a los problemas del transporte y a la contaminación visual y acústica". "Muchas ciudades son grandes estructuras ineficientes que gastan energía y agua en exceso. Hay barrios que, aunque hayan sido construidos recientemente, están congestionados y desordenados, sin espacios verdes suficientes. No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza", indica.
Aunque no utiliza la palabra "barrios cerrados" -una realidad que ha ido creciendo en la Argentina en forma desmedida en los últimos años-, alude a ellos al constatar que "en algunos lugares, rurales y urbanos, la privatización de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas de particular belleza se vuelva difícil". "En otros, se crean urbanizaciones «ecológicas» sólo al servicio de unos pocos, donde se procura evitar que otros entren a molestar una tranquilidad artificial. Suele encontrarse una ciudad bella y llena de espacios verdes bien cuidados en algunas áreas "seguras", pero no tanto en zonas menos visibles, donde viven los descartables de la sociedad", agrega.
Fuente:
Elisabetta Piqué, Laudato si: en contra del caos urbano y de los barrios cerrados, 18/06/15, La Nación.
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