domingo, 15 de marzo de 2015

Historias del penoso regreso a casa en Idiazábal

Los vecinos evacuados están volviendo, tras dos semanas en las que el pueblo se mantuvo bajo agua. La mayoría debe tirar casi todo lo que tenía en sus hogares.

por Andrés Ferreras

Idiazábal. Lo que se construyó en tantos años, se fue en un solo día. Así sintetizó el intendente Heriberto Favalli la sensación impregnada en cada vecino de este pueblo del sudeste cordobés que debió ser evacuado casi por completo durante la peor inundación que recuerden.

Con sus veredas llenas de barro, pero al menos ya sin agua, el sol tibio era ayer un aliciente que ayudaba a secar. Las casas quedaron arruinadas, con aberturas, muebles, colchones, electrodomésticos y ropa tiradas a la calle. Maquinaria y vehículos inutilizados. Documentos irrecuperables que se fueron con el agua.

Lo único que se mantiene en pie es el espíritu de su gente, aunque golpeada por las pérdidas y el éxodo forzado.

El regreso a casa no reconoce flaquezas. Grandes y chicos, con palas, escobas y mangueras se esfuerzan duro par recomenzar de cero.

Adrián Fedeli y Vanina Pansa se instalaron hace 10 años con sus consultorios frente a la plaza. Él es kinesiólogo y ella odontóloga. Perdieron casi todo su material de trabajo. “Se vino muy rápido el agua. Salimos tratando de ayudar a la gente a la que le llegó antes. Para cuando volvimos a casa ya era tarde”, contó Adrián. Lo único que pudieron levantar fue el sillón de odontología, pero no saben si funcionará. “Hace 15 días que no trabajamos y por lo que vemos, se va a estirar a un mes”, lamentó el profesional.

Entre quedarse o irse
Delia Martinato, de 81 años, dejó su casa con el agua a 70 centímetros de altura. Se evacuó en La Laguna y luego en Villa María. Ayer fue otra de las que volvió: quería ver cómo estaban sus cosas. Salvo la heladera, lo demás sirve de poco. Cocina, sillas, cama y un placard que tenía un mes de uso fueron sacados como basura a la calle.

Su nieta, Anahí Perige, estudia Medicina y se volvió al pueblo a colaborar con la familia. “La nona no se quiere ir del pueblo, pero la vamos a llevar a Córdoba un tiempo porque la casa está inhabitable”, dijo.

El florecimiento de hongos y la proliferación de insectos son problemas multiplicados. La recomendación es que adultos mayores y niños pequeños no se expongan a un ambiente muy cargado de humedad. “Mucha gente no vuelve por miedo a las enfermedades. Dos amigas mías que tienen hijos pequeños y alquilaban, ahora viven ya en Villa María”, comentó Anahí.

Es duro volver
“Pasamos por un momento muy duro, pero hemos vuelto a casa”, dice endureciendo la voz Oscar Cuadrado, empleado de la cooperativa local. Hace de tripas corazón para no quebrarse. “No pensábamos que iba a ocurrir algo así. Es una catástrofe, pero además de la lluvia habrá influido que no está la infraestructura para bajar el impacto”, reflexionó.

De su casa no pudo salvar nada. Ayer, junto a sus hijos, había sacado todo a la calle. La esquina parecía una feria americana, pero de desechos. “No paro de tirar cosas, pero algo tendré que rescatar”, se ilusionaba. Por su casa pasaron agentes del gobierno relevando necesidades. “Esto no se arregla mandando una cama o una heladera. Necesitamos créditos blandos, porque hace falta un buen dinero para levantar la casa como la tenía. Tienen que ver cómo devolverle la calidad de vida a la gente”, reclamó.

El corazón del pueblo
En Idiazábal, como en muchos pueblos del interior, en servicios todo depende de una cooperativa: energía eléctrica, internet, telefonía fija y móvil, televisión por cable y agua potable, son prestaciones a cargo de una misma entidad. Pero todas sus instalaciones se vieron seriamente dañadas. “Nos quedó muy poco. Tenemos afectado un 90 por ciento del instrumental electrónico”, apuntó por ejemplo Carlos Fenoglio, presidente de la cooperativa.

La energía eléctrica se va normalizando, de a poco, cuadra por cuadra. El apoyo de otras cooperativas de la región fue fundamental para salir del paso. En internet y telefonía perdieron placas importadas valuadas en dólares. Una que llegó justo una semana antes de la inundación quedó bajo el agua, como la mayoría de los módulos, atornillados a la pared o el piso, ya insalvables.

Fenoglio estimó que perdieron equipamiento por unos 240 mil dólares más impuestos.

Además, advirtió que hasta el lunes nadie debe consumir agua de red, hasta que se confirme mediante análisis de laboratorio si está potable.

En 15 días comienza la cosecha, siendo la actividad agrícola la central en materia económica y laboral. Y empezará en los campos que se hayan salvado de transformarse en lagunas. En ese marco, la cooperativa tratará de darle prioridad a la recuperación del servicio de Internet. De lo contrario -dicen-cerealeras y acopiadores no pueden operar.

Desde 1978, Idiazábal -que está en una depresión del terreno- sufrió cuatro inundaciones. La de aquel año fue parecida en el nivel del agua a la de 2015, pero desagotó en tres días. “Esta vez se quedó dos semanas y afectó de otra manera, en lo material y en lo psicológico”, concluyó Fenoglio.

Un fondo para inundados en San Francisco

Ordenanza. El Concejo Deliberante de San Francisco aprobó la creación del Fondo Municipal de Reparación y Asistencia, que se aplicará para cubrir los gastos para arreglar los daños por la reciente inundación que sufrió esta ciudad.

Monto y destino. El fondo, de cinco millones de pesos, estará conformado por recursos municipales, pero podrá ampliarse por donaciones o aportes de la Provincia o la Nación con este fin. Podrá ser utilizado para compra de alimentos o materiales de construcción para familias afectadas por el temporal, para tareas de reparación de la infraestructura urbana dañada y para cubrir los gastos por la compra de bombas “arroceras” que se usaron para expulsar el agua de los barrios anegados.

De la Sota visitó el pueblo y anunció subsidios y créditos

Vecinos e instituciones de Idiazábal necesitarán un fuerte apoyo para sostener su desafío de recuperar la normalidad.

Al pueblo cordobés más damnificado por las inundaciones quizá no todos los que se fueron como evacuados regresen, pero la gran mayoría asegura que apostará por quedarse, ayudando a la reconstrucción individual y colectiva.

Ayer, acompañando el inicio de ese regreso, visitó el pueblo el gobernador José Manuel de la Sota, y anunció que la Provincia dispondrá de subsidios y líneas de créditos para atender las cuantiosas pérdidas sufridas. Entregó un subsidio de 300 mil pesos y un camión volcador al municipio. Para la Cooperativa de Servicios Públicos, puso a disposición créditos por dos millones de pesos a tasa subsidiada, a devolver en 36 y 48 meses. Para comercios, en tanto, ofreció una línea de hasta 30.000 pesos. La misma cifra podrían recibir los vecinos más damnificados pero en concepto de subsidio no reintegrable, mientras que a otros les entregarán colchones, camas, mesas, sillas electrodomésticos y artículos de limpieza, según se anunció.

De la Sota no abandonó Idiazábal sin hacer una referencia a su aspiración presidencial. Dijo que si llega a la Casa Rosada creará un fondo de disponibilidad automática para casos de catástrofes, “para que todas las provincias puedan recibir hasta 10 millones de pesos en el día y luego rindan cuentas. La ayuda tiene que ser rápida”, reclamó.

Varios ministros lo acompañaban. Daniel Passerini, de Desarrollo Social, dijo que tras relevar el pueblo (de 1.300 habitantes) se dieron con que entre 10 y 12 viviendas deberán ser reconstruidas porque resultan ya inhabitables.

Mientras, Walter Grahovac, de Educación, apuntó que en esta localidad las clases se retomarán el miércoles o jueves próximos. Los alumnos de la única primaria se distribuirán entre el edificio del jardín de infantes y del secundario mientras se reparan las filtraciones y humedades que afectan seriamente a su sede.

En el contacto con la prensa, De la Sota admitió que la solución a las inundaciones “no pasa sólo por obras hidráulicas” y reconoció que “hay que cuidar el medio ambiente”.

En ese marco, reflotó la idea de un proyecto oficial, no aplicado hasta ahora, para forestar “los alambrados de los campos y generar pequeños bosques” en la zona agrícola.

Fuentes:
Andrés Ferreras, Historias del penoso regreso a casa en Idiazábal, 14/03/15, La Voz del Interior.
De la Sota visitó el pueblo y anunció subsidios y créditos, 14/03/15, La Voz del Interior.

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