Efecto inundación: en Sierras Chicas brotaron vertientes por todas partes

Luis, un vecino de Salsipuedes que tiene inutilizable el ingreso a través de su tranquera. Foto: Nicolás Bravo.

En Sierras Chicas surgieron vertientes que generan grandes complicaciones.

por Laura Giubergia

Cualquiera diría que son nuevos ríos o nuevos arroyos que alteraron el paisaje en las Sierras Chicas. En realidad son vertientes que alguna vez habían pasado por ahí, y que afloraron con la excesiva acumulación de agua en el suelo tras el temporal de febrero, abriéndose paso por calles, casas y patios.

“Está tan saturado el suelo, que ya no absorbe y han brotado vertientes por todas partes, incluso adentro de las viviendas”, admitió Sergio Cornejo, intendente de Salsipuedes. “Hemos puesto más de 150 camionadas de piedra en zonas críticas pero no alcanza, incluso hay sectores a los que ni siquiera pueden llegar los camiones porque se empantanan”, explicó.

Calles anegadas e intransitables, pozos hundidos, casas dañadas y hasta negocios arruinados, sólo algunos de los coletazos de las vertientes que, en medio de tanto desastre, parecieran un mal menor.

Tanto Cornejo como Daniel Salibi, su par de Mendiolaza, explicaron que hay que esperar que merme el flujo de agua para poder encauzar una solución. “Cuando cesen las lluvias y bajen las napas, veremos de encarar obras de reparación y proyectar alguna forma de canalizar esos cursos”, reconoció Salibi, y aseguró que dos de las vertientes ya habían aparecido con las lluvias del año 2000.

Esponja. La geóloga y divulgadora científica Graciela Argüello explicó que en zonas del suelo poroso y permeable, el agua de lluvia drena por la gravedad y se acumula debajo de la superficie. “Hubo tanta lluvia en poco tiempo que el nivel de agua ascendió mucho, hasta alcanzar cortes topográficos por los cuales fluir”, señaló.

Una alternativa para frenar una vertiente es “generar extracciones y almacenar el agua en reservorios, para bajar el nivel de agua subterránea y aprovechar el recurso”, precisó Argüello. Aunque se crea que son nuevas, seguramente en los tiempos geológicos habían existido, explicó la autora del blog Locos por la Geología (www.locosporlageologia.com.ar). “Son procesos que generalmente se repiten en ciclos”, describió.

“Canalizar las vertientes es un trabajo lento, progresivo y muy costoso”, dijo Cornejo. En el bajo de la 9 de Julio, hay vecinos que no pueden sacar el auto desde hace 55 días.

“Siempre que llovía, acá corría mucha agua, pero el 15 de febrero la correntada se llevó todo y socavó por completo la calle”, contó Luis, un vecino de Salsipuedes que tiene inutilizable el ingreso a través de su tranquera. “Con mi vecino volteamos el alambrado, para poder entrar y salir a casa por su terreno”, explicó.

Pablo es mecánico y tenía un quiosco. “A mí me arruinaron, al negocio lo cerramos porque ya nadie pasa por esta calle”, dijo resignado y agregó: “Ahora pusieron piedras, al menos se puede pasar, y para el taller hicimos un ingreso por la vuelta. Los únicos que vienen son los clientes de siempre que preguntan cómo llegar”.

Ángela se describe como “aislada”. La vertiente hizo un cauce en el ingreso de su casa, se coló a través de las paredes y hasta le levantó el piso. “Estoy esperando que alguien me ayude con algo, no he recibido nada de nada, yo pedí chapas porque se me llueve el techo”, detalló la mujer. “Ya ni el sodero pasa por acá”, se quejó.

El mal de las vertientes afecta también a Unquillo: en el camino a Cabana un curso de agua que atraviesa una quinta surcó la calle y averió las viviendas del frente; y la avenida Spilimbergo, con el pavimento levantado por el agua.

La avenida Martín Tissera, que atraviesa el Talar de Mendiolaza, está trizada por tanta agua (izquierda). Abajo, el taller Del Mastro, que tiene anegadas las fosas. “Ponemos una bomba para sacar agua, y nos las arreglamos sin fosa”, contó Roberto.

Fuente:

Laura Giubergia, Efecto inundación: en Sierras Chicas brotaron vertientes por todas partes, 11/04/15, Día a Día Córdoba. Consultado 11/04/15.