martes, 11 de noviembre de 2014

El municipio cerró Dioxitek y se complican las centrales nucleares

Con la faja puesta. Ayer por la tarde se colocaron las fajas de clausura en la planta de Dioxitek. Foto: Sergio Cejas/ La Voz

La Municipalidad dijo que es “definitivo”. Hay provisión de combustible para dos o tres meses.

por Diego Marconetti

Tal como se había anunciado el viernes pasado, la Municipalidad de Córdoba clausuró ayer la planta de elaboración de dióxido de uranio que la empresa Dioxitek posee en el barrio Alta Córdoba, en el norte de la ciudad.

Según la Secretaría de Fiscalización y Control municipal, se trató de una “clausura definitiva” y sólo se permitirá el ingreso a las instalaciones de calle Rodríguez Peña al 3200 para “mantenimiento y guarda” del lugar.

El proceso de cierre se inició ayer a las 15, cuando un grupo de funcionarios municipales se hizo presente en el lugar y, una hora después, colocó la faja de clausura en el portón de acceso principal.

Así finalizó una historia que comenzó en septiembre de 2012, cuando el municipio clausuró la planta por violar la ordenanza 8.133 de uso de suelo, que 
prohíbe esas industrias en la ciudad.

El 7 de noviembre de 2012, la Municipalidad firmó un convenio con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Dioxitek por el que la planta de procesamiento de dióxido de uranio de Alta Córdoba debía trasladarse en 18 meses, con posibilidad de seis meses de prórroga. El acuerdo implicaba el saneamiento del predio en el que se encuentran enterradas 57.600 toneladas de colas de uranio.

Un mes después, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se reunió con el intendente Ramón Mestre, y de allí surgió un acuerdo que establecía un plazo de 18 meses para la relocalización y traslado de la planta, con una prórroga por seis meses en caso de que se evaluara necesaria.

En principio, el destino final iba a ser la provincia de La Rioja, pero finalmente será Formosa, donde aún no se comenzaron a construir las nuevas instalaciones.

El plazo se cumplió el sábado pasado, y ayer se clausuró la planta. El secretario de Fiscalización y Control municipal, José Fernández, aseguró que la decisión no tuvo que ver con la explosión del depósito de químicos que se produjo a pocas cuadras de Dioxitek el jueves por la noche: “Esto no es consecuencia de lo que pasó. Si el plazo se vencía antes de la explosión se clausuraba igual”.

“Es una clausura definitiva. Significa que nosotros sólo le permitimos ingresar para la mantención y la guarda de la planta”, manifestó el funcionario, al tiempo que sostuvo que la ordenanza 8.133 “es imposible de apelar en la Justicia de Faltas municipal”, porque “es una planta a la que ya en 1985 se le dieron 10 años de plazo para que se reubicara”.

Centrales complicadas
Fuentes de Dioxitek informaron a este diario que la clausura complica el funcionamiento de las tres centrales nucleares del país: Atucha I y II y Embalse, que generan el 10 por ciento de la energía eléctrica del país.

Según la fuente, hay reservas para “dos o tres meses”, y el dióxido de uranio que se elabora en Alta Córdoba es muy difícil de importar.

Además, hay preocupación entre los 500 trabajadores que dependen directa e indirectamente de la planta.

Sobre la nueva fábrica que se instalará en Formosa, recién la semana pasada Dioxitek obtuvo la licencia ambiental por parte del Gobierno formoseño para comenzar la construcción, que demandaría al menos dos años.

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¿Será este un cierre definitivo?

Dioxitek es una empresa propiedad en un 99 por ciento de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) y el uno por ciento restante es de la Provincia de Mendoza.

por Diego Marconetti

Las tácticas puestas en marcha desde inicios de octubre por el tándem Kicillof-Vanoli dieron ayer su mejor y más esperado resultado: la fuerte baja del dólar paralelo. ¿Es el inicio de un círculo virtuoso o una carrera más hacia adelante?

Dioxitek es una empresa propiedad en un 99 por ciento de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) y el uno por ciento restante es de la Provincia de Mendoza.

Sin embargo, es difícil imaginar que por una clausura municipal se ponga en riesgo el funcionamiento de las tres centrales nucleares del país. Esas generadoras necesitan sí o sí del dióxido de uranio para que en otra fábrica, ubicada en la localidad bonaerense de Ezeiza, se elabore el combustible que aquellas necesitan para funcionar y abastecer el 10 por ciento de la energía del país. Más aún si se revisan los antecedentes: desde 1994, se sucedieron las clausuras y los anuncios sobre la relocalización de la planta.

En 1995, el municipio y la Nación acuerdan el traslado. Se menciona Falda de Carmen como destino probable. En 1997, se anuncia que la planta se trasladará en 1999, esta vez a Despeñaderos.

En 2004, se intenta un traslado a San Rafael (Mendoza), también fallido. En 2012, el destino elegido fue La Rioja.

Todos los anuncios fueron hasta ahora incumplidos.

En el horizonte, aparece Formosa, donde hubo más demoras y resistencias que las que se esperaban. Recién el 3 de noviembre, el gobierno del hiperkirchnerista Gildo Insfrán otorgó a Dioxitek la licencia ambiental para la construcción de la nueva planta.

La nueva procesadora de dióxido de uranio se radicará en el Polo Científico Tecnológico e Innovación, un conjunto de edificios que la Nación construirá a 16 kilómetros de la capital formoseña.

De esas instalaciones, sólo están las maquetas. La construcción demandaría al menos dos años, por lo que quedarían finalizadas en el último trimestre de 2016.

Mientras tanto, las centrales nucleares deben seguir funcionando. La importación de dióxido de uranio no es un trámite sencillo, ya que casi no hay producción en otros lugares del mundo, porque las generadoras atómicas argentinas usan uranio natural en lugar de uranio enriquecido.

En este contexto, y con todos los antecedentes expuestos, cabe entonces preguntarse si se trata realmente de una clausura definitiva.

Sin respuesta a la prórroga

El titular de Dioxitek reconoció que habían pedido más plazo antes de la explosión de la planta química, pero dijo que nunca obtuvieron respuesta.

El presidente de Dioxitek, Gustavo Navarro, señaló ayer que cumplirán con la decisión municipal de clausurar la planta de Alta Córdoba. “Si hay clausura, la cumpliremos”, indicó Navarro.

Navarro señaló que hicieron un pedido de prórroga formal al Municipio, “anterior a los acontecimientos de la semana pasada”, en relación a la explosión registrada en una planta de productos químicos, a pocas cuadras de la sede de la empresa que produce combustible para las centrales nucleares.

Sobre ese punto, La Voz del Interior no tuvo respuesta alguna de los organismos del Gobierno nacional sobre cómo cubrirán el faltante para las dos centrales de Atucha y Embalse. Tampoco sobre el tiempo en que podría estar lista una planta igual en Formosa.

La Corresponsalía de este diario en Buenos Aires se comunicó con las oficinas de prensa del Ministerio de Planificación Federal y de la Comisión Nacional de Energía Atómica, pero en ninguno de los casos obtuvo comentario alguno sobre el tema.

Mientras, en declaraciones a Cadena 3, el titular de Dioxitek, reconoció: “Teníamos un convenio tripartito que firmamos el 7 de noviembre de 2012, entre la Municipalidad, Dioxitek y la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) que vencía el 7 de noviembre de 2014 (viernes pasado)”, agregó.

Sobre el pedido de prórroga, señaló que “al no haber respuesta oficial el convenio se venció”, indicó.

Navarro explicó que ayer los trabajadores concurrieron a la planta porque “una cosa es la actividad y otra los trabajos en la planta”. “Tenemos una serie de cosas que hacer, no podemos dejar la planta sola”, indicó.

Explicó además que pidieron la prórroga en virtud de que el predio que la Cnea adquirió en Formosa no está operativo aún: “Ahora tenemos la licencia ambiental, pero las autorizaciones se demoraban”.

Cómo conseguirlo
Navarro señaló que es un tema muy complejo “cerrar una planta y abrir otra”, al tiempo que advirtió que habrá un bache en la provisión de dióxido de uranio durante ese proceso.

Además explicó que cada planta funciona con dióxido de uranio de determinadas características. “Canadá lo fabrica, pero tendría que desarrollar el producto que nosotros consumimos y no es fácil suplirlo”, agregó.

Navarro señaló que desde 1999 han hecho ingentes esfuerzos para que Dioxitek tenga un lugar definitivo: “Somos una actividad legal y legítima, pero a veces los poderes políticos son más permeables que la verdad científica”.

Ambientalistas
Organizaciones que integran Córdoba No Nuclear. Manifestaron su satisfacción ante el accionar del gobierno municipal del dar cumplimiento al acuerdo firmado para el cierre de Dioxitek. “La clausura de Dioxitek es un paso hacia el abandono de tecnologías obsoletas en la provincia, sin embargo, es importante que se cancele todo tipo de traslado o la construcción de una nueva planta en cualquier otra parte del país”, señaló Luis E. Tuninetti de EcoSitio.

Diego Marconetti, El municipio cerró Dioxitek y se complican las centrales nucleares, 11/11/14, La Voz del Interior. Consultado 11/11/14.
Diego Marconetti, ¿Será este un cierre definitivo?, 11/11/14, La Voz del Interior. Consultado 11/11/14.
Sin respuesta a la prórroga, 11/11/14, La Voz del Interior. Consultado 11/11/14.

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