jueves, 16 de octubre de 2014

La prensa corporativa estadounidense ignora el aumento de radiactividad en el agua de Fukushima

Central nuclear de Diablo Canyon, en California. ¿Puede convertirse en el Fukushima norteamericano? Foto: Nuclear Regulatory Commission

por Mark Karlin

Hay que remitirse a The Japan Times para saber que esta semana el tifón Vongfong causó un aumento significativo de la contaminación radiactiva de las aguas subterráneas de Fukushima:
Los problemas del agua radiactiva en la dañada central nuclear de Fukushima Nº 1, empeoraron durante el fin de semana después de que la concentración de tritio en una muestra de agua subterránea aumentara más de diez veces este mes.
Un portavoz de Tokyo Electric Power Co. (TEPCO) dijo este sábado que las fuertes lluvias causadas por el tifón Vongfong probablemente afectaron las aguas subterráneas, después de que la tormenta azotara Japón la semana pasada.
Unos 150.000 bequerelios por litro de tritio se midieron en una muestra de agua subterránea tomada el jueves bien al este del reactor Nº 2. La cifra es un récord para el pozo y más de 10 veces el nivel medido la semana anterior.
De acuerdo con The Japan Times, la noticia empeora: "Además, los materiales que emiten rayos beta, tales como el estroncio-90, que causa cáncer de hueso, también rompieron los registros con una lectura de 1,2 millones de bequerelios", dijo la empresa sobre la muestra.

Buscando noticias en Google, este escritor no pudo encontrar ningún tipo de cobertura en los medios estadounidenses (u otros medios de comunicación occidentales, para el caso) de estas angustiantes revelaciones. Irónicamente, el 15 de octubre, The Wall Street Journal publicó un artículo titulado, "Japan could use Fukushima to develop safer nuclear technology" (Japón podría usar Fukushima para desarrollar tecnología nuclear más segura). El Journal informó:
Japón está tratando de poner la energía nuclear de nuevo en línea a principios del año próximo, con la reanudación prevista de dos reactores en el sur del país. Estos serían los primeros de 48 reactores parados de Japón, que reanudarían las operaciones, en virtud de las nuevas normas de seguridad más estrictas, introducidas después del accidente de 2011 en Fukushima Daiichi.
El informe del Wall Street Journal refleja el apoyo de la comunidad empresarial, la Casa Blanca y el Congreso para promover la energía nuclear. En lugar de ver Fukushima como un ejemplo permanente que representa el peligro de la energía nuclear, el Journal y otros defensores nucleares argumentan que Fukushima ha dado una buena lección de cómo mejorar la energía atómica como fuente de energía.

Por supuesto, los refuerzos con los que se beneficiaría la energía nuclear no mencionan otros desastres, como el de Chernobyl, o más cercanos, como Three Mile Island. Esto es así, porque no hay una estrategia libre de riesgo en la política de energía nuclear seguida. La única prevención cierta de un evento catastrófico en una central nuclear es no construirla en un primer lugar -y cerrar las que estén operando actualmente.

El comentarista Jackie Marcus escribió recientemente acerca de los peligrosos reactores de Diablo Canyon en la costa de California:
La central nuclear de Diablo Canyon es una copia al carbón de Fukushima, ubicada frente a los acantilados de Avila Beach. Dados los desastres del cambio climático, el aumento del nivel del mar, y una tierra que se calienta, que tienen el potencial de producir más tsunamis y terremotos catastróficos 9.0 Richter, que nadie podría haber predicho en el momento que Diablo fue construida, no debe haber ninguna duda acerca de apagarla. Pero los "poderes fácticos" van a empujar con fuerza la energía nuclear. Los ecologistas no deben ceder. De hecho, después de Fukushima, es una locura aceptar la energía nuclear como una alternativa "limpia y segura" a los combustibles fósiles.
Además, los reactores Diablo se encuentran a tan sólo 45 kilómetros de la falla de San Andrés, y se sitúan peligrosamente cerca de otras fallas secundarias. ¿Qué otra lección podría dar Fukushima para una central nuclear situada en una zona sísmica que no sea apagarla lo antes posible?

Mientras que la prensa corporativa estadounidense está cubriendo el Ébola en los Estados Unidos, se ha convertido en el protagonista de casi todos los ciclos de noticias (aunque no muchas historias se centran en el oeste de África, donde el virus está teniendo un impacto devastador), cuestiones de interés fundamental, como la energía nuclear, se ignoran en gran medida.

¿Será necesario que ocurra algo parecido a Fukushima en los Estados Unidos para obligar a la industria nuclear al examen profundo que se merece?

Si usted tiene confianza en que el desastre de Fukushima ayudará a construir "mejores" instalaciones nucleares, considere esta frase del artículo de Japan Times:
TEPCO ha estado midiendo periódicamente la concentración de material radiactivo en el agua subterránea en 34 puntos al este de los reactores 1 a 4.
Las lecturas tocaron máximos en tres puntos después de las fuertes lluvias causadas por el tifón, pero la empresa dijo que no sabe por qué.
Cuando la empresa privada que opera Fukushima no sabe por qué los niveles de radiactividad en el agua de la central se dispararon a nuevos máximos, la única lección que debemos aprender es que las centrales nucleares son un peligro para todos.

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