La calidad del aire y el transporte son los pilares medioambientales de las tres candidatas a acoger los Juegos Olímpicos de 2020, una carrera en la que Tokio lucha contra reloj para despejar dudas en torno a la contaminación radiactiva de Fukushima.
La apuesta de Madrid se traduce en la celebración de unos Juegos neutros en emisiones de dióxido de carbono, en la medición y control en tiempo real de la calidad del aire, en una movilidad sostenible y en el uso de las renovables.
Tokio, que muestra su amor por la naturaleza con un logo formado por flores de cerezo, ha presentado un proyecto medioambiental que destaca la calidad del aire y del agua de una ciudad con una de las densidades de población más elevadas del mundo (trece millones), y coincide con Madrid en la importancia de celebrar unos juegos libres de emisiones.
La otra candidata, Estambul, antigua capital turca, ofrece como elemento estrella el transporte sostenible incluido dentro del Plan Estratégico de Transporte 2020, un conjunto de medidas tangibles de desarrollo en el que la sostenibilidad ambiental ocupa un puesto destacado. Según consta en la web de la candidatura turca, el plan pretende ser “minucioso, inteligente y bajo en emisiones de carbono”.
La calidad del cielo madrileño durante los juegos se vigilará a través del Sistema Integral de Vigilancia, Predicción e Información de la Contaminación Atmosférica (SVPICA), con 24 estaciones remotas y un modelo de predicción matemático que permite pronosticar la contaminación en superficie con 24 horas de antelación.
Además habrá dos puntos de muestreo adicionales para partículas en suspensión y una unidad móvil provista de analizadores de niveles sonoros, gases y partículas. Para las tres aspirantes, el fomento del transporte público, la utilización de bicicletas, coches híbridos y eléctricos, y la movilidad peatonal en los desplazamientos más cortos son el referente de una movilidad 100 % sostenible.
Para tal fin, el ayuntamiento madrileño pondrá a disposición de los ciudadanos un sistema de préstamo de bicicletas en la Villa sumado a la publicación de una Guía Ciclista de Madrid 2020 e información on line sobre medios de transporte. Asimismo la capital española ha suscrito el triple objetivo 20+20+20 (20 % de renovables en 2020 con un 20 % menos de CO2) y quiere potenciar el uso de energías renovables como la solar, eólica, geotérmica, aprovechamiento de infraestructuras subterráneas para intercambio de calor o generación hidroeléctrica.
Todas ellas destacan en su dossier informativo la importancia de legar un importante conjunto de infraestructuras de transporte que seguirán siendo disfrutadas por los ciudadanos después de los juegos.
En concreto, los madrileños disfrutarán de una infraestructura de transporte público que reforzará la red existente, una mejora de las redes peatonales y ciclistas y accesibilidad a todas las redes de transporte que harán de la capital una ciudad más SMART (inteligente).
La ciudad nipona, que resalta la conciencia ambiental de sus ciudadanos, afirma que tras el accidente de Fukushima el 11 de marzo de 2011 los niveles actuales de radiación se encuentran dentro del límite de seguridad recomendado por la Comisión Internacional sobre Protección Radiológica (CIPR).
Sede de los Juegos de 1964 y segunda eliminada en la votación para 2016 en la que Río ganó a Madrid, Tokio convive estos días de nuevo con las fugas radiactivas de la central de Fukushima, a unos 220 kilómetros al noreste de la ciudad, obligada a adoptar medidas urgentes ante el problema.
Por último, los japoneses aseguran que aplican las normas más estrictas de resistencia en la construcción de edificios, un aspecto de vital importancia para la organización olímpica en una ciudad de enorme inestabilidad sísmica.
Fuente:
Olimpismo verde: cielo de Madrid, dudas de Fukushima y transporte de Estambul, 06/09/13, EFEverde. Consultado 06/09/13.
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