Las autoridades japonesas pretenden construir este año un
muro helado alrededor de la central nuclear para impermeabilizarla.
El ministro de Economía, Comercio e
Industria de Japón, Toshimitsu Motegi, ha revelado este lunes que el Gobierno
podría usar los fondos reservados de este año para atajar el problema de las
fugas de agua radiactiva desde la central nuclear de Fukushima-1 al subsuelo y
al océano Pacífico.
En la rueda de prensa que ha ofrecido tras visitar
Fukushima-1, ha
explicado que el Gobierno consultará con las autoridades fiscales la
posibilidad de usar los fondos reservados presupuestados para este año para
construir un muro helado alrededor de la central nuclear, según ha informado la
televisión pública NHK. No es la primera vez que las autoridades japonesas se
plantean construir un muro helado.
El pasado mes de mayo ya propusieron rodear el subsuelo de
Fukushima-1 con una red de tuberías congeladas para impermeabilizarlo, pero lo
descartaron por el alto coste del proyecto.
Además, Motegi ha subrayado que, aunque hasta ahora el
Gobierno ha dado plena libertad a la Compañía Eléctrica
de Tokio (TEPCO) para gestionar los problemas que han ido surgiendo en
Fukushima-1, a
partir de este momento se ocupará personalmente de ellos. El Gobierno se
coordinará con la fuerza especial que TEPCO pretende crear para encargarse de
los vertidos contaminantes.
Estará formada por 12 equipos, ocho de los cuales operarán
desde Tokio y cuatro desde Fukushima, cuyos miembros serán expertos de
distintos departamentos.
Fugas radiactivas
El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e
Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000
toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen
sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.
Con el fin de frenar las fugas, TEPCO inyectó un cóctel de
agentes químicos para endurecer el subsuelo y crear un muro subterráneo
alrededor de los reactores nucleares uno y dos e instaló una red de tuberías
para extraer las toneladas de agua radiactiva acumuladas.
El pasado 16 de agosto, la compañía eléctrica comenzó a
bombear el agua radiactiva desde el subsuelo hasta la superficie, a un ritmo de
60 toneladas diarias, para almacenarla en los tanques que ha construido
alrededor de la central nuclear.
Sin embargo, los trabajos para la construcción de un muro
subterráneo alrededor de los reactores tres y cuatro todavía están marcha, por
lo que se calcula que diariamente siguen liberando unas 35 toneladas de agua
radiactiva.
En la última semana, TEPCO ha informado de varias fugas de
agua radiactiva -de hasta 300 toneladas diarias- desde uno de los tanques del
reactor cuatro y ha alertado de que es muy probable que el vertido contaminante
haya llegado al Pacífico.
Además, ha revelado que no detectó antes las fugas de agua
radiactiva porque los tanques no tienen contadores y el único medio de control
eran patrullas rutinarias, por lo que hasta que no se han formado charcos
superficiales no han saltado las alarmas.
Advertencias de las autoridades
En este contexto, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha
ordenado al Ministerio de Economía, Comercio e Industria que se implique
directamente en la solución al problema de los vertidos radiactivos y no ha
descartado la utilización de fondos públicos. Además, la Autoridad Reguladora
de la Energía Nuclear
(NRA) de Japón ha decidido elevar del uno -que indica una
"anomalía"- al tres -que indica un "grave incidente"- el
nivel de alerta por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1. La Agencia Internacional
de la Energía Atómica
(AIEA), por su parte, ha expresado su preocupación por las fugas de agua
radiactiva desde Fukushima-1 y ha ofrecido al Gobierno de Japón su ayuda para
resolver este problema.
Accidente nuclear
Los problemas en Fukushima-1 se deben
al terremoto y el tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la
prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia,
junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania. Fukushima-1 estaba preparada
para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un
tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno
que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran
parcialmente.
Fuente:
Japón sopesa usar fondos reservados para detener las fugas radiactivas de Fukushima, 27/08/13, El Mundo.
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