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Figura 1 |
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Figura 2 |
Un paneo fotográfico muestra que los 18 millones de pesos
públicos invertidos en el Vertedero Regional de Basura Calamuchita solo han logrado convertirse en un gran
basural a cielo abierto.
por Alejandro Montbrun, fotos Sebastián Gimenez
A dos meses de la puesta en marcha, el Vertedero Regional de Basura dista mucho
de ser el “mejor proyecto, único en Latinoamérica” como señalaban sus
promotores.
Legislador, intendentes y privados involucrados en el
proyecto siempre resaltaron la organización de los fardos que supuestamente
serían impermeables para contener la basura. La evidencia fotográfica muestra
como los fardos (o balas) están totalmente deterioradas (foto 1) y aún
más, se evidencia cómo la basura en la
cava se está enterrando con los fardos destrozados.
Con la basura dispersa en la cava y sin enfardar, las
lluvias convierten a ese pozo en un caldo de líquidos lixiviados (jugos de la
basura) que desagotan con un caño que
lleva su cauce fuera del predio hacia la
calle y que sigue su curso en los campos lindantes (foto 2). Un cañito para
desagotar en la calle parece muy poco para contar con tecnología española,
finlandesa y holandesa.
Algunos calamuchitanos que han visitado el lugar prefieren ampararse en el anonimato pero off
de record comentan que a veces los camiones se vuelcan directamente en la cava
sin ser enfardados y que más de una vez ingresan al predio chanchos salvajes
para comer la basura. El testimonio
parece verosímil observando el estado de la acumulación de la basura y rotura
de los fardos. Cabe preguntarse en que
difiere esto a un basural a cielo abierto.
¿Inaugurado?
Ya son varios los municipios que llevan su basura al lugar,
entre los más populosos Embalse y Villa Gral. Belgrano. En el afán por mostrar
gestión para justificar la millonaria inversión la Comunidad Regional
Calamuchita ha realizado una
inauguración con presentación a la prensa y comunicados resaltando las
virtudes del Vertedero. Esto fácticamente es una inauguración, pero sorprendió
el gobernador De la Sota
manifestando que pronto vendría a inaugurar el tan mentado proyecto. Las causas de esta colisión entre la realidad y
el discurso se basa en que el Vertedero está impedido judicialmente de
funcionar, ya que por resolución Nº 110 el Juez en lo civil y comercial de Rio
III Gustavo Massano resolvió ordenar “el
inmediato cese de actividades” hasta tanto se contrate un seguro exigido por
las leyes ambientales.
Así las cosas el Vertedero funciona plenamente pero se busca
una estrategia discursiva aludiendo a “pruebas piloto” y “puesta a punto” para burlar a la justicia.
Los más de 18 millones que supuestamente se han invertido
para erradicar los basurales a cielo abierto en el Departamento Calamuchita no
han hecho más que convertir a la Cañada Grande en un
inmenso basural a cielo abierto como demuestran las fotos. Las advertencias
sobre las irregularidades de este proyecto han sido señaladas desde hace años
por la sociedad civil a través de los Vecinos Autoconvocados, la Defensoría del Pueblo de la Nación en base al informe de la Universidad Nacional de Rosario y los
tribunales de Río Tercero. Las fotográficas ponen en evidencia el capricho político de algunas
autoridades que sin escuchar van al desastre ecológico más grande de
Calamuchita.
Fuente:
Alejandro Montbrun y Sebastián Gimenez, Vertedero descontrolado, 07/03/13, Alejandro Montbrun, Espacio personal dedicado a la ciencia política.
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