En la audiencia del viernes se presentó una extensa
declaración como perito de Javier Souza Casandihno. Dentro de los testimonios
estuvieron los de la propietaria y la casera del campo de Gabrielli. La
relación entre fumigación y contaminación y la afirmación de que en los campos
se sembraba soja fueron las claves de la jornada.
La quinta jornada del Juicio a las Fumigaciones comenzó con
el testimonio del Magíster en Metodología de la Investigación , ingeniero Agrónomo Javier Souza Casadinho. Pasadas las 11 de la mañana, el
testigo realizó una completa y contundente explicación de los impactos del
modelo de producción basado en agroquímicos y las alternativas a éste.
Souza Casadinho es un experto en la materia con prestigio
internacional que desde hace 20 años estudia las dinámicas del uso de
plaguicidas y su impacto en el ambiente y la salud humana.
Respaldándose en informes científicos, el testigo explicó
que “Argentina asiste a un modelo productivo de monocultivo. Se sabe que los
monocultivos son insustentables”. Afirmó que se están alterando los ciclos
biológicos a partir de insumos externos: insecticidas, pesticidas y
fertilizantes. A su vez, la dependencia del modelo productivo de estos insumos
se agudiza a causa de la pérdida de nutrientes de la tierra, explicó el
experto. “Es igual que en nuestra vida, yo no vivo pensando qué remedio voy a
tomar sino cómo hago para no necesitarlo”, declaró.
Con claridad conceptual, Souza Casadinho expuso que el glifosato -el plaguicida más usado en nuestro país- es categoría 4 para SENASA, es decir: “no ofrece peligro”. A pesar de ello, “se están viendo intoxicaciones agudas: problemas en la piel, respiratorios, enfermedades crónicas”, afirmó.
Con claridad conceptual, Souza Casadinho expuso que el glifosato -el plaguicida más usado en nuestro país- es categoría 4 para SENASA, es decir: “no ofrece peligro”. A pesar de ello, “se están viendo intoxicaciones agudas: problemas en la piel, respiratorios, enfermedades crónicas”, afirmó.
El ingeniero es parte del Convenio de Estocolmo, organismo
que nuclea a más de 120 países del mundo, en el cual se llega a consensos
respecto a cuáles químicos deben ser retirados del mercado por ser
perjudiciales para la salud y el ambiente. Explicó que el glifosato está siendo
investigado para que se lo declare C.O.P. (Contaminantes Orgánicos
Persistentes).
El endosulfan fue declarado C.O.P. el año pasado, por lo
cual estará prohibido en Argentina a partir de 2015. Tras siete años de
investigaciones, que aportaron pruebas
científicas, se demostró que “afecta al sistema nervioso, al inmunológico, la
respiración y genera dolores de cabeza”, relató el testigo.
Souza explicó que uno de los factores que complejiza aún más
la identificación temprana del impacto de los tóxicos es que “no todas las
personas tenemos la misma capacidad de detectar anomalías en nuestros cuerpos”.
Por otro lado, afirmó que “estas tecnologías se estudian en
laboratorios donde las variables están bajo control, y cuando se largan hay
otras variables: sociales, económicas, ambientales”. Dio como ejemplo el DDT,
un químico que en los años 40 era descrito como “inocuo”, hoy está prohibido en la mayoría de los países del
mundo por su toxicidad para la salud humana y el ambiente. “Por eso, hay que
ser muy precavidos cuando lanzamos las tecnologías al ambiente”, afirmó el
experto.
Además, explicó los problemas de almacenamiento y las
comercializaciones clandestinas de ciertos productos.
Con respecto a las preguntas del Tribunal sobre sus efectos,
dio una extensa introducción y señala que “en salud se parte de la
imposibilidad de ligarla a una sola causa. Las condiciones de exposición hacen
a la peligrosidad. Los agrotóxicos se analizan en laboratorio y sus condiciones
son restringidas, después se largan al campo. Ahora bien, no podemos decir una
relación causa efecto pero si ver las condiciones en cuanto se usaron”.
El especialista buscó explicar la complejidad de los casos y
las diferencias entre los estudios en laboratorio con las poblaciones y los
plaguicidas que quedan acumulados en el ambiente.
Otra agricultura
Cuando la
Fiscalía indagó sobre
otras alternativas químicas y no químicas que no causen daños. El perito
reconoció que una buena alimentación de los suelos (no con fertilizantes sino
con materia orgánica), hace que la planta esté limpia, con mejor estructura y
menos atacada por los insectos.
“Estoy planteando estrategias productivas que no hacen
necesaria la utilización de tóxicos” remarcó y explicó que “Justo en este
momento en el Senasa hay una reunión para ver la utilización de productos
biológicos. En la
Universidad de Río IV se están desarrollando investigaciones
para ver esas técnicas biológicas no agresivas. También en el convenio de
Estocolmo considera productos químicos que no sean altamente tóxicos” aclaró.
Casera y propietaria
13:50 Ingresa Orfidia Vazquez y reconoció tanto a Gabrielli
como a Parra. “Los conozco porque sembraban en el campo” afirmó la testigo y
relata “vivía en Capilla de los Remedios km 9. Ahí viví 27 años pero cuando
tuvo un accidente mi hijo me fui a la punta de Barrio Ituzaingó”.
Sobre la vivienda donde estaba, reconoció que era prestada y
que Hilda Godoy era la dueña.
En medio de las preguntas de la Fiscalía , recordó: “El
campo donde yo vivía primero lo explotaba Becquer después don Gabrielli. Hará
cinco años que estaba Gabrielli” A Parra lo conoce de ser vecinos, porque son
campos colindantes.
“Sembraba soja, papa” y declaró que sí fumigaba. Precisó:
“Hacía fumigación terrestre, con el mosquito. Conversaba con ellos porque los
conocí de que sembraban”. Acerca de los productos con los que fumigaban, negó
conocerlos. Remarcó que de los 27 años que estuvo allí nunca le pasó nada y que
“no sentía ningún olor ni nada en las fumigaciones”.
Sobre el final aparecieron las contradicciones porque en su
declaración anterior expresaba que en el campo de Gabrielli sintió un fuerte
olor. En el de Parra no, porque le quedaba lejos. También cuando después de
declarar que no veía avionetas, se la confronta con el testimonio previo, terminó reconociendo que “pasaban pero fumigaban
en otros campos”.
Después de reconocer en el mapa los dos campos, y ante la
pregunta del Tribunal reconoció que su casa quedaba dentro del campo del señor
Gabrielli.
Seguidamente, a las 14:20 hs ingresa en la sala de
audiencias de Tribunales II, Hilda Godoy, propietaria del campo que arrendaba
Gabrielli. Reconoció a Gabrielli y Parra.
Explicó: “Lo conozco porque el señor Parra era mi vecino y
Gabrielli arrendaba mi campo desde el 87 hasta diciembre del 2008” . Arrendaba el campo
sembrando cultivos. “Soja, trigo, alfalfa” aclaró.
Relató que vivió en el campo del 87 hasta el 2006 y allí vio
fumigar a Gabrielli “con máquinas mosquito, no por avioneta”. Dijo que no puede
precisar si la maquina era de él o no y que tampoco con que fumigaba.
Su campo queda a 5 km y medio de Barrio Ituzaingó. Explicó que
Parra está pegado a su campo. A Parra lo vio fumigar con máquinas mosquito.
“Nunca tuve problemas de salud ni mi familia” remarca sobre
el final. La testigo vive de las rentas del campo.
Para el lunes se prevé la inspección ocular a las 9 de la
mañana y 12 hs se renueva la sesión en Tribunales II.
Crónicas desde la
Carpa: día 5 ¡Empezó el Encuentro!
Pasadas las 11 de la mañana la carpa comienza a llenarse de
personas. Todos se acomodan como pueden desde afuera. La carpa no basta.
De distintos lugares del país provienen autoconvocadxs del
Segundo Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados. Pueblos de Córdoba, Buenos
Aires, Santa Fe, regiones del norte, un poco más al sur son testigos del modelo
del agro-negocio actual, y del impacto en sus cuerpos.
Cuando las sombras marcan que el sol se posiciona anunciando
el mediodía, un micrófono en un trípode se presenta para marcar la cancha. Cada
uno se presenta. Cuentan de donde viene, cuál es lucha. Por momentos la
tristeza frena las palabras. Sin embargo, la fuerza se encarna en aplausos para
todos.
Cinco menores se suben a una chata con una pancarta que dice:
“Paren de Fumigar - Villa Ciudad Parque Calamuchita”, y un fotógrafo se
desespera por agarrarlos in fraganti.
Finalmente, una hora antes del almuerzo, comenzó las
exposiciones.
Florencia, del Movimiento de Agricultores urbanos, comparte
la idea de “crear nuevos conocimientos desde el hábitat”. Además pone como
cuestionamiento y la duda sobre cómo se puede trabajar sobre estas temáticas
desde la ciudad. De allí, expone una catarta de posibles respuestas: “promoción
de alimentos sanos”, “poner en práctica el trabajo colectivo”, “hacer mingas”.
El debate recupera las experiencias de agroecología como una
alternativa sustentable. La compañera cierra su intervención afirmando: “el
modo de producción determina el modo de vida”.
Las chicas del Enriedo aseguran que su trabajo constan de la
siguiente manera: “producimos, creamos, amamos” y “sin patrón. Ni explotación”
para las personas y el ambiente.
Falta poco para la comida. Claudia se presenta en nombre de la UAC (Unión de Asambleas
Ciudadanas) de Córdoba. A partir de tres polémicas que conllevan la
megaminería, “contaminación, explotación
y saqueo”. Define a las asambleas como “resistencia ciudadana” ante la
corrupción de la política partidaria. Además, resalta la necesidad de
“recuperar el sentido de las asambleas de los pueblos originarios”.
El Encuentro ya comenzó …
Fuente:
Juicio a la Fumigación, 16/06/12, Crónicas desde la audiencia /// Día 5: testimonio del especialista Javier Souza Casadinho y dos testigos.
Juicio a la Fumigación, 16/06/12, Entrevista al Ing. Javier Souza, especialista en plaguicidas y su impacto en la salud humana.
Juicio a la Fumigación, 16/06/12, Crónicas desde la Carpa /// Día 5 (I): ¡Empezó el Encuentro!!.
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