lunes, 16 de abril de 2012

Inundaciones en Paraguay: planean destruir represas

Los caminos y las presas privadas sobre los ríos Montelindo y Negro obstaculizan el escurrimiento del agua

Una gran masa de agua viene bajando desde Pozo Hondo con dirección a General Díaz, distrito de Teniente 1º Irala Fernández. Para evitar un desastre mayor en la zona, es urgente destruir las represas instaladas en los cauces de los ríos Montelindo y Negro.

por Roque González Vera

Teniente 1º Irala Fernández. La Comisión Nacional del Pilcomayo confirmó datos preocupantes sobre el nivel del río en su curso superior. En la zona de Pozo Hondo el Pilcomayo registró 6,19 metros, de acuerdo a informaciones de la estación pluviométrica de Misión La Paz (Argentina) del viernes último.

En Villa Montes (Bolivia) el río tuvo un nivel de 3.97 metros, algo completamente inusual para esta temporada del año en que el río ya comienza su período de descenso. Esa masa de agua está descendiendo hacia General Díaz, siguiendo la cañada La Madrid.

Técnicos de la comisión nacional estiman que en cinco días, el agua estará llegando a Gral. Díaz. El grave problema es que la zona está completamente inundada. El nivel del agua ya es extremo, por las lluvias y por la misma crecida del Pilcomayo, y ahora se viene un repunte absolutamente atípico.

Equipo de crisis
En la tarde ayer se formó un equipo de crisis, integrado por la ministra de la Secretaría Emergencia Nacional (SEN), Gladys Cardozo; el ministro del Ambiente, Óscar Rivas; el general. Wenceslado Vargas y el general Édgar De Mestral, comandante del Tercer Cuerpo de Ejército.

Toda la tarde de ayer se dedicó a tareas de gabinete, análisis de fotografías y verificación de fotos satelitales. La opción planteada por los técnicos es la destrucción inmediata de las represas instaladas en los río Montelindo y Negro, a fin de facilitar el escurrimiento del Pilcomayo, descomprimir General Díaz y evitar la acumulación de agua en una superficie mayor.

Negras perspectivas
Si los diques instalados en los ríos Montelindo y Negro no se destruyen, las aguas no podrán escurrirse. El resultado será la destrucción de pasturas y la inundación de un mayor número de comunidades.

Los técnicos llegaron a la conclusión de que ambos ríos pueden canalizar al Pilcomayo hacia el sur del Chaco paraguayo.

La producción ganadera se encuentra en grave crisis. Unas 160.000 cabezas de ganado están en peligro y cuanto mayor tiempo permanezca el agua en los campos, el riesgo de una mortandad masiva es mucho mayor.

Por las buenas o...
Esta mañana, un equipo de técnicos sobrevolará los cauces de los ríos Montelindo y el Negro en procura de determinar los puntos críticos de escurrimiento. La comisión del Pilcomayo recopilará datos de los puntos donde están ubicadas las represas.

Dada la gravedad de la situación, las autoridades advierten a los ganaderos de la terrible situación que enfrentarán si las represas se mantienen en pie. Si no abren los pasos de agua, los diques serán abiertos por la fuerza, sin importar los medios que deban emplearse.

Se dispone de menos de una semana para que las represas estén abiertas.

Muere una mujer
En la madrugada de ayer falleció Adriana González, de un cuadro de peritonitis aguda. Su muerte se produjo en las cercanías de la escuela agrícola Ñu Apu’a, unos 90 kilómetros al oeste de Fuerte Olimpo y a 230 kilómetros de Teniente 1º Irala Fernández.

Familiares solicitaron ayuda urgente a través de radio Pa’i Puku, el sábado. Se planificó la operación, pero el avión de la Fuerza Aérea Paraguaya no pudo partir ante la inundación de la pista de aterrizaje en la zona. Como la noche se aproximaba se resolvió partir a la madrugada, pero la paciente falleció antes.

De todos modos, una aeronave llegó al lugar para transportar el cadáver hasta Irala Fernández, donde se encuentran los familiares de la fallecida.

“Responsabilidad compartida” en inundaciones

El fiscal del Ambiente José Luis Casaccia, expresó que en las inundaciones del Chaco hay una “responsabilidad compartida”, entre las autoridades y el sector privado. Mencionó que la propia Ruta Transchaco actúa de “presa común”.

La ley 716/96, que sanciona delitos contra el Ambiente, explica en su artículo 4º que “serán sancionados con penitenciaría de tres a ocho años y multa de 500 (quinientos) a 2.000 (dos mil) jornales mínimos legales para actividades diversas no especificadas” a las personas que realicen obras hidráulicas tales como la canalización, desecación, represamiento o cualquier otra que altere el régimen natural de las fuentes o cursos de agua de los humedales, sin autorización expresa de la autoridad competente y los que atenten contra los mecanismos de control de aguas o los destruyan.

El fiscal José Luis Casaccia explicó a ABC Color que desde aproximadamente 20 años se instalaron una serie de represas, a consecuencia de las acciones adoptadas hacia el lado argentino del río Pilcomayo. Recordó que en ese entonces, el vecino país había montado desvíos que secaron el recurso hídrico compartido.

Ante esta situación, Casaccia junto al entonces jefe de la Comisión del Pilcomayo Luis Amarilla, dijo que habían destruido las represas en las zonas de las embocaduras del canal paraguayo del Pilcomayo para garantizar la provisión del líquido vital.

El fiscal explicó que las intensas lluvias se dan luego de 20 años y que la propia Ruta Transchaco actúa de “presa común” para que “el agua no pueda correr”. Dijo que la situación se podría amainar si se proceden a realizar los trabajos de desagüe en las zonas afectadas como Teniente Irala Fernández y General Díaz.

Reconoció que el cauce se alteró por parte de Argentina y Paraguay por lo que el agua no se está escurriendo normalmente. “Estuve en el Chaco recorriendo la zona… Nunca vi el Chaco con agua en la zona de Filadelfia”, manifestó el exministro del Ambiente.

“Los caminos a los accesos de las estancias hacen de barreras. Las aguas se escurren lentamente por lo que vamos a seguir teniendo este problema”, dijo el fiscal, agregando que el problema principal no tiene que ver con las represas, sino que se debe a la ausencia de aliviaderos en los caminos que actúan de represa.

“Evidentemente acá hay mucha responsabilidad compartida, tanto de los productores como del Gobierno. La SEAM autorizó el terraplenado y los caminos internos, sin prever esta situación”, dijo Casaccia, refiriéndose a los aliviaderos.

Sugirió que se verifiquen cuáles son las cotas más bajas para instalar las dragas y agregó que es el momento ideal para hacer los estudios. Expresó que el Ministerio de Obras Públicas cuenta con maquinaria para realizar los trabajos en la zona.

Fuentes:
ABC color, 16/04/12, Planean destruir represaspor Roque González Vera.
ABC color, 16/04/12, “Responsabilidad compartida” en inundaciones.

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