Los líquidos cloacales están a metros de una de las escuela (Nicolás Bravo) |
Vecinos de Ciudad de los Cuartetos irán a la Justicia por los
permanentes desbordes cloacales. La Provincia promete una obra.
Una mujer llora, mira la cuadra donde están los colegios y
se indigna. “Nos prometieron un mejor futuro en estos barrios, nosotros vinimos
con sueños”, cuenta, con la presión en el pecho que le empuja las lágrimas.
Hace un buen tiempo que Ciudad de los Cuartos dejo de ser un barrio que
transmita la alegría del tunga tunga: la permanente “afloración” de heces de
dos plantas de tratamiento de líquidos cloacales son las que ahogan las notas
cuadradas cordobesas.
Los vecinos aseguran que hace más de cuatro años que viven
en esta situación. Incluso, las tres escuelas del barrio reducirán su actividad
en estas últimas semanas del año para que los alumnos y los docentes no estén
tanto tiempo expuestos a las aguas servidas, y las directoras harán una
presentación judicial para pedir una respuesta efectiva y definitiva al
problema.
A las “dires” les llama la atención la cantidad de niños con
enfermedades en la piel y gastroenteritis. En la denuncia, adjuntarán los certificados
médicos de los alumnos. También hay personal de las instituciones que sufre de
dolores permanentes de cabeza y de reacciones alérgicas en la piel.
“Solicitamos intervención ante el grave problema que venimos
sufriendo hace varios años: el grave riesgo de estar expuestos a los derrames
cloacales por colapsos de la planta de tratamiento entre las viviendas y la
escuela”, expondrá la comunidad en la presentación.
Acorralados. Una de las plantas está justo al frente del
Anexo Ipem 196, sobre la plaza Chancaní del barrio. En la sala de preceptores
del cole, Isabel hace cuentas. Marca cruces en una hoja por cada ausencia por
enfermedad con certificado. Contó 42 casos de niños con afecciones
respiratorias, gastroenteritis e infecciones en la piel.
Por la ventana del despacho de Gabriela se ve la planta
depuradora número 1 y la laguna fétida que impregna con su vaho a todo el
barrio. Al fondo de Ciudad de los Cuartetos, en “el otro barrio”, como lo
llaman los vecinos, hay otra planta, también con pérdidas permanentes, que hace
de afluente a la Chancaní.
“Los docentes y los alumnos se enferman. Tenemos personal
con problemas en la piel, a algunos les han salido forúnculos enormes que no
sabemos con qué tratar. Las ventanas de la escuela no se pueden abrir por el
olor que llega de afuera. Tengo una profe embarazada con carpeta médica, se
descompensó hace una semana porque le faltaba el aire y no podíamos abrir las
ventanas; después tuvo fisura de bolsa”, explicó Elsa Mascchio, “dire” del
secundario.
La comunidad de Ciudad de los Cuartetos ya no sabe a dónde
recurrir para solucionar el problema. Aseguran que han tocado todas las
puertas: las de la
Municipalidad , del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia , del
Ministerio de Educación, y hasta ahora sólo recibieron promesas de soluciones
que nunca llegan.
Así, el tema de la contaminación sobrevuela por el barrio
como un fantasma que se cuela en las canillas de cada una de las casas de los
vecinos. Uno de los temores más grandes es la posibilidad de que el agua que se
usa para consumo en el barrio esté afectada con los líquidos de las plantas.
Es que el sistema de agua de red de Ciudad de los Cuartetos
se abastece de napas y la planta que procesa el vital elemento está al lado de
la depuradora de la plaza Chancaní. “A la mañana, el agua sale con olor a
podrido de la canilla, y a la tarde es cloro puro. No la podemos tomar nunca.
Yo la hiervo y es impresionante todo el sarro que queda en la pava”, contó
Vanina Ramallo, vecina de la zona.
“Hace más de cuatro años que esto está así, filtrando y
filtrando, si reparan el problema solucionan una parte. Después está el tema de
las tierras, que quedan todas contaminadas con aguas negras. Cómo no se va a
escurrir a las napas con el tiempo que hace que está así”, presumió Elsa.
“Hay mucha gente con problemas en la piel, con prurito y
ronchas de cuestiones alérgicas; se ha dado mucho eso en el jardín, también
gastroenteritis. Nosotros suponemos que todo está relacionado con los
desbordes, por eso le estamos pidiendo a las madres que nos traigan
certificados médicos bien detallados”, explicó Alejandra, la dire del
jardincito Pablo Neruda.
Promesas vencidas. Hace rato que la Provincia viene
anunciando que va a solucionar este problema. En abril pasado, Día a Día
reflejaba la situación de este barrio y desde el Ministerio de Obras Públicas
prometían darle solución antes de fin de año. Pero la promesa se “pudrió”.
Desde la
Subsecretaría de Recursos Hídricos informaron que el 4
noviembre se firmó un contrato con la empresa Base Construcciones SRL para la
ejecución de un nexo cloacal para conectar la red del barrio con la de la
ciudad. El proyecto se encuentra en estudio en la Muni para que la contratista
reciba el OK para empezar con una tarea que demandará, por lo menos, seis meses
de trabajo una vez que arranque.
Se acerca el verano, y en el barrio saben que con los
líquidos cloacales “liberados” se viene la peor época. En Ciudad de los
Cuartetos no va a haber tema de La
Mona que levante los ánimos de los vecinos. Los mosquitos ya
florecen en las lagunas negras, y el calor vuelve más insoportables los olores.
“Nosotros nos vamos, estamos unas horas y tenemos vacaciones. El problema acá
es la gente que se queda. Son ellos los que van a tener que cargar el peso de
convivir con estas lagunas”, cerró la directora Alejandra.
por Juan Pablo Martínez
Fuente:
- Día a Día Córdoba, 06/12/2011, "Sobrevivir junto a un lago nauseabundo".
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