martes, 29 de noviembre de 2011

Yacanto, el pueblo que le ganó la pulseada a la minería

Cuando trascendió que pretendían reactivar una mina en en el Valle de Calamuchita, se organizó una pueblada; la Provincia desautorizó el proyecto por el impacto ambiental.


La fuerza de un pueblo pudo más que las intenciones de una empresa minera. Villa Yacanto de Calamuchita, un pueblo de algo más de 1500 habitantes al pie de las Sierras Grandes, cuya principal actividad económica es el turismo, logró unirse en contra de la instalación de la compañía Complejo Minero Cerro Blanco.

El empresario Jorge Warnholtz había presentado un informe de impacto ambiental para iniciar la explotación minera en el emblemático Cerro Blanco, en jurisdicción de Yacanto. Tras meses de evaluación, el intendente de esta localidad, Oscar Musumeci, muestra al medio La Nación una copia de la resolución de la Secretaría de Ambiente del gobierno de Córdoba en la que se desautoriza la explotación de esa mina. Los fundamentos explicitan que "se incumplen condiciones de factibilidad" que establece la legislación provincial y, además, contradice una ordenanza municipal, que declaró la inviabilidad de esta explotación minera por razones de "preservación, conservación, defensa y mejoramiento del ambiente".

El intendente de este apacible pueblo no oculta su alegría frente a esto que considera un logro de toda la comunidad. "Estamos muy contentos, recibimos gratamente esta noticia que no autoriza la explotación minera en nuestro pueblo", dice ni bien conoce la esperada resolución. Así, considera "cerrado" este tema que los mantuvo preocupados y ocupados en el valle. "Este es un triunfo de todos, porque nos subimos al mismo barco para lograr este objetivo".

El municipio aprobó una ordenanza que fue clave en la decisión de Provincia (decreto N° 066/2011). Allí se establece que es inviable la explotación minera en la zona porque se prioriza el cuidado del medio ambiente y la actividad turística vinculada. "Nuestra principal riqueza son los recursos naturales y la minería es incompatible con el plan de desarrollo que tenemos para nuestra población", reitera quien está al frente del ejecutivo local.

La resistencia del pueblo se había hecho sentir desde el comienzo de todo, apenas trascendió la noticia de que una empresa minera pretendía reactivar una mina en desuso desde 1942. Entonces, todos se movilizaron en una especie de pueblada: carteles, pancartas, folletos con el "no a la minería" se multiplicaron por todo el valle.

El empresario Warnholtz reniega de esta movilización que entorpece sus planes. Habla de la importancia de la creación de puestos de trabajo vinculados a la minería, asegura que su proyecto no contamina el medio ambiente, cree que el Municipio no tiene derecho a legislar en la actividad minera y confía en que la Provincia revise su decisión. "Para nosotros la cuestión no está terminada. Se están encargando mis abogados", informa en diálogo con La Nación.


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