La ciudad de Tartagal se ubica en el departamento San Martín, provincia de Salta, en una región del Noroeste Argentino (NOA), con inestabilidad territorial muy alta y de mayor susceptibilidad a la erosión (1). A su vez, dicha región fue afectada por la desocupación laboral subsiguiente a las privatizaciones petroleras de la década de 1990, y ámbito de un fuerte crecimiento de la agricultura extensiva al amparo del alza de los precios internacionales de los granos a partir del 2001. La expansión agraria expulsó a las comunidades indígenas de sus tierras, y los planes de ayuda sociales contribuyeron a la confluencia demográfica indígena alrededor de la ciudad (2).
La cuenca del río Tartagal posee una superficie de unas 13.650 hectáreas, desde sus nacientes hasta el final del cauce principal, donde se inicia la infiltración y se transforma en un bañado. Su morfología la caracteriza como una cuenca torrencial, con pendientes considerables entre la cuenca alta y baja, y variaciones altitudinales extremas (3). Presenta al oeste un relieve tipo serrano, seguido hacia el este por un sector de piedemonte y luego por una llanura. El ambiente serrano en su mayor parte está cubierto por un denso tapiz vegetal -la selva de yungas-, los suelos son de gran friabilidad lo que otorga inestabilidad al terreno (4) y (5).
La continuidad de altas precipitaciones desde diciembre de 2005 hasta abril de 2006 (6) y (7), desembocaron en diferentes acontecimientos críticos: aumentó el caudal de agua y barro del río Tartagal, las barrancas se desmoronaron, y con ellas varias viviendas cayeron al lecho del río. Se evidenciaron la insuficiente obra de canalización y la incorrecta localización de los sectores mas comprometidos.
La Municipalidad de Tartagal pidió entonces un diagnóstico de riesgos a la Universidad Nacional de Salta (8). El estudio concluyó que la vulnerabilidad del río Tartagal a nuevos eventos catastróficos era altamente probable que se repita. Se documentaron con fotografías situaciones que podían entrañar un peligro, y que constituyen un muestrario de negligencias.
Todos los autores coincidieron en que los procesos que afectaron a la ciudad de Tartagal en 2006, obedecieron a factores de orden natural y que algunos de estos procesos se vieron accionados o acelerados por diversas actividades antrópicas. Los autores difieren en la importancia otorgada a esto último.
En la cuenca de montaña los procesos de remoción en masa fueron disparados por la conjunción de factores geológicos, geomorfológicos y climáticos, y en forma puntual por la intervención humana. No acontece lo mismo en el caso de los importantes y generalizados procesos de erosión hídrica que afectan el entorno de la población, en donde la fuerte alteración de la cubierta vegetal natural ha sido la causa principal (9).
El estudio fue realizado en 2006 y se denominó "Análisis de la Situación Global del Municipio de Tartagal, Departamento San Martín.- Diagnóstico y Evaluación de la Cuenca del Río Tartagal y área de influencia. Municipalidad de Tartagal", cuyos autores fueron Claudio M. Cabral y Gloria Plaza, detalló las características climáticas, orográficas y de los suelos de la cuenca. Además de señalar las principales actividades antrópicas.
En la cuenca alta del río Tartagal, una de las actividades dominantes es la petrolera, el factor de mayor incidencia en la dinámica de la cuenca puede ser atribuido a la apertura de caminos, picadas y habilitación de tierras para obras. La disección de laderas no estabilizadas, sin cobertura vegetal que evite o disminuya el poder erosivo de las lluvias, se traduce en fenómenos de erosión en masa, vinculados a deslizamientos; también son reiterados los procesos erosivos que culminan con la formación de cárcavas (10). Un ejemplo de lo descrito se encontró en el acceso al pozo Altos de Yariguarenda, donde además se registró el afloramiento de oleoductos en diferentes sectores debido a la erosión y la falta de mantenimiento.
A esta situación se sumó el aprovechamiento forestal no panificado bajo pautas de manejo sustentable del bosque, donde esta actividad también presenta como uno de sus impactos más significativos la apertura de caminos y vías de saca para extracción de rollos resultantes del aprovechamiento forestal.
Asimismo, la ganadería extensiva tiene influencia directa en la disminución del sotobosque (11), y la consecuente compactación del mismo, no obstante en la cuenca alta esta actividad era reducida.
En la cuenca media del río Tartagal, las actividades antrópicas son mas intensas dada su proximidad a la ciudad. Se constató un alto nivel de fragmentación del paisaje producto de parcelas agrícolas, cultivos de citrus y forestaciones; también se observó la extracción de áridos, urbanización en ambas márgenes y erosión producto de efluentes y escorrentías derivados al río (con formación de importantes cárcavas).
A su ingreso a la ciudad -al oeste de la avenida Packham-, el curso del río Tartagal forma meandros divagantes donde ocurrieron varias situaciones de desbordes de cauces y rupturas de puentes menores. La situación posterior a las crecidas y la consecuente evacuación por el riesgo que corrían las viviendas ubicadas en las márgenes del río fue crítica, se registraron caídas de viviendas, destrucción de cañerías de agua y cloacas, ruptura del tendido de gas y caída de postes del tendido eléctrico.
Próximo al núcleo urbano se observaron dos aserraderos. La actividad maderera es significativa en Tartagal, las áreas principales de aprovechamiento forestal del departamento San Martín son las serranías ubicadas al oeste de la ruta nacional Nº 34, donde se concentran especies de alto valor comercial de las selvas de yungas (12).
Otra situación crítica registrada fue el sitio de disposición de residuos urbanos de la ciudad de Tartagal, a cielo abierto sin tratamiento, esta situación llevó a que durante la erosión de las márgenes del río, gran cantidad de residuos fueran arrastrados y transportados aguas abajo con la consecuente contaminación del mismo.
Es importante recordar la historia de la Comunidad Chorote Lapacho I, que obtuvo los títulos de posesión de las tierras donde se asienta en 1994. Posteriormente -en 1996- se construyó a unos 800 metros del lugar, la planta de tratamiento de líquidos cloacales de Tartagal, sin considerar los potenciales impactos ambientales y sociales de la obra. Las crecientes erosionaron las márgenes del río Tartagal hasta alcanzar el extremo este de las lagunas anaeróbicas, con el riesgo de derrames de efluentes cloacales directamente al río.
La cuenca baja del río Tartagal presentó como actividad dominante la agricultura a secano (13) para el cultivo de soja, maíz, poroto y maní en verano, con rotación de cultivo de invierno principalmente de trigo y cártamo. En las imágenes satelitales posteriores al evento no se observan situaciones cíticas a excepción de la inundación de algunos campos.
En el departamento salteño de San Martín (al que pertenece Tartagal), la superficie agrícola- ganadera era en 1984 de unas 70.129 hectáreas, mientras que en 2006 alcanzó las 251.277 hectáreas. Es decir, se ha registrado un aumento de unas 181.148 hectáreas durante el período indicado (14).
Los arroyos de la cuenca del río Tartagal presentaron procesos erosivos intensos con formación de cárcavas, la mayoría de las cuales terminaron siendo sitios de disposición ilegal de residuos sólidos urbanos.
El arroyo Cuña Muerta -en las márgenes norte de la ciudad de Tartagal-, es una cuenca pequeña de características torrentes. Donde se observó la erosión en los taludes del puente del ferrocarril, riesgo para la zona conocida como 40 viviendas, y carcavamiento con destrucción de gaviones.
El arroyo Zanja Honda -a 3,5 kilómetros de la ciudad de Tartagal-, también se trata de una cuenca torrente. Aguas abajo del puente sobre la ruta Nº 34 se produjo el levantamiento de las placas de la canalización dada la magnitud de la crecida del arroyo. Otra situación que potencia los procesos erosivos del lecho de los cauces es la extracción de áridos. Si bien la situación se replica en todos los arroyos, puntualmente en el Zanja Honda se constató una intensa actividad de extracción de áridos.
El arroyo Yariguarenda presentó características diferentes en cuanto al material transportado, los bloques de rocas transportadas dan una idea de la magnitud de su caudal. A la altura de la iglesia Virgen de la Peña, los lugareños improvisaron defensas dado que las crecidas ponían en una situación de riesgo crítico a la iglesia.
En el arroyo Yacuy se produjo un deslizamiento en masa intenso que provocó la obstrucción y endicamiento del arroyo, lo que aumentó el riesgo de inundación de la población de Paraje Yacuy y llevó a la evacuación de todo el poblado durante más de una semana hasta que se controló la situación.
La quebrada de la Galarza se ubica en el municipio de Mosconi, su curso continua paralelo a la ruta nacional Nº 34 para finalmente atravesarla y continuar por el núcleo agrícola del extremo este del departamento San Martín. A su paso por Campo Vespucio, presentó un curso divagante con desmoronamiento de márgenes, produciendo la ruptura de caminos pavimentados y colocando en una situación de riesgo a viviendas ubicadas en las márgenes de la quebrada.
Las conclusiones del estudio fueron que la vulnerabilidad del río Tartagal a nuevos eventos catastróficos es altamente probable de repetirse, para evitarlo no sólo eran necesarias obras civiles sino una secuencia de acciones que permitan el ordenamiento territorial, tales como: monitoreo de las actividades antrópicas del río Tartagal, estricto control de las actividades petroleras, forestal y ganadera en la cuenca alta, como así también estricto control de extracción de áridos, actividad forestal y habilitación de tierras en la cuenca media, diseño de un plan de ordenamiento territorial, reordenamiento territorial creando áreas buffer para evitar riesgos en la población e infraestructura, planificar obras correctoras en la cuenca alta para mitigar los fenómenos erosivos intensos, elaboración de un plan de gestión ambiental integral de la cuenca, establecer pautas de prevención y alerta en la población para agilizar la respuesta a eventos catastróficos, planificar acciones tendientes a reducir la vulnerabilidad de los asentamientos humanos mediante la ordenación del territorio.
Los procesos que desencadenaron el desastre en 2006 tuvieron una franca tendencia a la intensificación.
Unos años después, el 9 de febrero de 2009, Tartagal amaneció con llovizna leve, a las 8 hs se transformó en diluvio y a las 10 hs se escucharon las sirenas. El alud de tierra, agua y árboles talados, dejó 2 muertos, unos mil afectados, 900 casas destruidas y pérdidas millonarias.
Referencias:
- Novillo y Sarandón, 2002, "Estudio Regional de Riesgos Hidrogeológicos del NOA Argentino".
- Franklin Adler, "El Desastre Natural de Tartagal (Provincia de Salta, Argentina)".
- La cuenca hidrográfica con cierre en la población tiene una superficie de 75 km², con un colector principal que se origina a 1293 m.s.n.m. y luego de un recorrido de 19 km, ingresa al sector urbano de la ciudad de Tartagal a 502 m.s.n.m.
- María Laura Ríos, "El Desastre en Tartagal".
- Un suelo friable es aquel que se desmenuza fácilmente.
- Las precipitaciones vienen incrementando su intensidad en la región en más del doble desde la década de 1930 con menos de 600 mm anuales, a más de 1200 mm anuales a partir de la década de 1980 en adelante, tanto en volumen como en torrencialidad (en el año 2006 se registraron en las inmediaciones del río Tartagal 7 eventos de más de 100 mm cada uno. (Fundación ProYungas, "Tartagal: a quien le importa la verdad?").
- En diciembre de 2005 tuvieron lugar lluvias que superaron la media mensual en más de 400 mm.
- Claudio Cabral, Gloria Plaza, "Análisis de la Situación Global del Municipio de Tartagal, Departamento San Martín.- Diagnóstico y Evaluación de la Cuenca del Río Tartagal y área de influencia. Municipalidad de Tartagal".
- Osvaldo Barbeito, Pedro Contreras, "Geomorfología. Tartagal un caso predecible".
- Las cárcavas son socavones producidos en los suelos de lugares con pendiente a causa de las escorrentías de agua.
- El sotobosque es la parte del bosque situado por debajo de las principales especies arbóreas, está formado por árboles jóvenes, arbustos y hierbas.
- Cedro, quina colorada, lapacho, roble, afata, urundel, palo amarillo, palo blanco, entre otros; y hacia el extremo este del departamento en el ambiente chaqueño con especies como quebracho colorado, quebracho blanco, palo santo, palo blanco, algarrobos, guayacán, tipa colorada, entre otras especies.
- La agricultura a secano es aquella en la que el ser humano no contribuye con agua, sino que utiliza únicamente la que proviene de la lluvia.
- Las actividades productivas que fueron desplazadas por la soja tenían patrones de equidad muy diferentes. La expansión económica producto de la soja traslada los recursos generados hacia fuera de la región donde se originan. En consecuencia la calidad de vida de los habitantes del lugar no mejora significativamente y las zonas rurales se siguen despoblando (INTA 2004).
yo creo q hay q segiir luchando x este caso
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