19 de septiembre de 2011, unos hombres corren hacia un helicóptero que distribuye alimentos de una zona afectada por las inundaciones en Badín, en la región paquistaní de Sindh. Foto: Rehan Khan
Los campesinos afectados por las lluvias torrenciales y las inundaciones en el sur de Pakistán, necesitan con urgencia la ayuda de los donantes para hacer frente a una calamidad de mayor gravedad que la provocada por las devastadoras inundaciones del pasado año, según informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las lluvias torrenciales del monzón que comenzaron a mediados del pasado agosto destruyeron o dañaron el 73 % de los cultivos y el 67 % de las reservas de alimentos en los distritos afectados en la provincia de Sindh, matando a cerca de 78.000 cabezas de ganado. Millones de personas están en una situación de indigencia y se enfrentan a un futuro incierto.
Esta nueva catástrofe se produce antes de que las familias afectadas por las inundaciones del año pasado pudieran empezar a recuperarse, especialmente en el Sindh, que no recibió tanta ayuda como otras provincias del país en 2010. La lluvia y las inundaciones han aumentado el riesgo de perder más activos ganaderos de vital importancia, y para muchos ha significado otra oportunidad perdida de plantar trigo y otros cultivos esenciales.
Prioridad para el ganado
Una de las principales prioridades es ahora evitar más pérdidas de ganado. Al menos cinco millones de animales que han sobrevivido se encuentran en peligro ya que carecen de piensos o de cobijo y se enfrentan a un mayor riesgo de enfermedades que les debiliten y a las infestaciones de parásitos intestinales.
"Cerca del 80 % de la población en la zona afectada depende de la agricultura o la ganadería para su subsistencia", aseguró Luigi Damiani, Coordinador superior de Emergencias y Rehabilitación de la FAO. "Estos animales -añadió- representan a menudo los ahorros de toda una vida de una familia. Por ello es vital proporcionar al ganado piensos de emergencia, semillas forrajeras, vacunas y material para la desparasitación".
Restablecer la producción agrícola
Restablecer la producción agrícola es fundamental para la recuperación de los medios de subsistencia basados en la agricultura. Donde sea posible sembrar, los campesinos deben contar con activos agrícolas básicos como semillas y fertilizantes, a tiempo para la temporada de siembra de invierno 'rabi'. También es vital rehabilitar con rapidez las infraestructuras de riego y drenaje dañadas: cerca del 80 % del trigo plantado en Sindh es de regadío. Realizar estas reparaciones por medio de iniciativas de "dinero en efectivo por trabajo" creará oportunidades de obtener ingresos muy necesarias para las comunidades afectadas.
Deterioro de la situación
La destrucción de los cultivos ha eliminado la fuente presente y futura de alimentos e ingresos de los campesinos, con un deterioro vertiginoso de la situación humanitaria, a menos que llegue ayuda de forma inmediata.
Antes de las lluvias de 2011, se calculaba que las familias afectadas por las inundaciones de 2010 necesitarían entre tres y cuatro temporadas agrícolas para recuperarse. Para muchas comunidades del Pakistán meridional, el nuevo desastre ha agravado las pérdidas provocadas por las inundaciones del pasado año, que se retiraron demasiado tarde en muchas zonas del Sindh como para permitir la siembra de invierno.
"Los retrasos en las ayudas conducirán a un aumento de la inseguridad alimentaria, mayores amenazas para la salud pública, la pérdida de derechos de tenencia de la tierra debido a la incapacidad de los campesinos para pagar deudas, desplazamientos de la población y dependencia a más largo plazo de la ayuda alimentaria", advirtió Kevin Gallagher, Representante de la FAO en Pakistán. Sin embargo, puede evitarse que aumente la mortalidad del ganado y se continúen perdiendo oportunidades de siembra con la ayuda oportuna de los donantes.
Durante el pasado año, la FAO aumentó en forma notable su presencia y número de socios en Pakistán, centrándose especialmente en la preparación ante futuros vaivenes mediante planes de contingencia y la evaluación y cartografía detallada de los medios de subsistencia.
La ayuda de la FAO al país asiático durante las inundaciones del pasado año alcanzó a 7 millones de personas por medio de insumos agrícolas vitales, apoyo a la ganadería y la reparación de los sistemas de irrigación. Ello fue posible gracias a la financiación de Australia, Bélgica, Canadá, el Fondo central de respuesta a emergencias, el Departamento de ayuda humanitaria y protección civil de la Comisión Europea (ECHO), la Unión Europea , el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Italia, Suecia, Reino Unido y los Estados Unidos de América.
Fuente: FAO
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