Crisis hídrica. Antes de pensar en un canal desde el Paraná,
la Provincia
analiza exprimir al máximo los recursos propios. Una posibilidad es un dique en
el río Anisacate.
por Pablo Petovel
La grave sequía que padeció la región en 2009 encendió la
luz de alarma en el Ejecutivo provincial. Es que el crecimiento demográfico y
las largas décadas sin inversiones de magnitud en la generación de nuevas
fuentes de agua conformaron un cóctel que, cada año que hay bajas
precipitaciones, promete explotar en las manos del gobierno de turno.
En la
Subsecretaría de Recursos Hídricos (ex Dipas), por estos
días, todos los cañones apuntan a que Córdoba -como hasta ahora- se siga
autoabasteciendo del vital elemento. Descartando, de esta forma, las faraónicas
ideas de traer agua desde el Paraná o la cuenca del Salí-Dulce.
El razonamiento que hacen los especialistas de la
repartición es simple: hay una gran diferencia de alturas que obliga a un gasto
energético enorme para impulsar el agua y una colosal inversión monetaria que
difícilmente pueda materializarse en un plazo razonable. Además, se suman las
múltiples complicaciones relacionadas con acuerdos interprovinciales por la
jurisdicción del origen y el destino del recurso.
La intención sería, entonces, desempolvar los viejos
proyectos de almacenamiento y provisión de agua que se hicieron en el pasado,
para considerar si hoy son factibles material y económicamente.
Agua subterránea. Además de la ya anunciada obra de
refuncionalización del canal que conduce agua desde el dique Los Molinos, hay
otros proyectos flotando en la cabeza de los técnicos del Ministerio de Obras y
Servicios Públicos. Una de las apuestas es algo que, en la última década,
parecía descartado: las napas del subsuelo. “Abunda el agua debajo de Córdoba,
estamos convencidos. Hay numerosos pozos que tienen unos 70 años en la ciudad.
Hay que volver a estudiarlos y, fundamentalmente, hacer nuevas perforaciones”,
indicó una fuente del organismo.
Siempre en el subsuelo, otro plan es aprovechar lo que se
considera una gran reserva hídrica debajo del río Carnero, que baja desde las
Sierras Chicas y pasa cerca de Jesús María. Se forma por la unión de los ríos
San Cristóbal (Agua de Oro) y La
Granja. “Hay un importante caudal subterráneo que podría ser
tenido en cuenta”, razonó la fuente.
Dique. Sin embargo, el proyecto menos conocido, pero que
podría ser recuperado para sumar vitales metros cúbicos a la sed de la capital
de Córdoba es un dique que interrumpa el cauce del río Anisacate. La idea nació en la década de 1980 en la entonces Agua y Energía de la Nación , pero nunca se
convirtió en prioridad porque con el San Roque primero, y con Los Molinos
después, fue suficiente.
Aunque la propuesta es vieja, de la mano de la escasez del
recurso, ha vuelto a la vida en la última década. Por ejemplo, un proyecto de
ley presentado en el Congreso de la
Nación en noviembre pasado por el ex diputado Alberto
Cantero, lo reflotó. El expediente, aún en comisiones, apunta a consensuar
políticas de Estado en materia de infraestructura. En el párrafo relacionado
con Córdoba consigna la necesidad de la “construcción del dique de Anisacate
para generación de energía hidroeléctrica y abastecimiento de agua potable”.
Años atrás, durante el gobierno de De la Sota , la idea figuró en dos
ejecuciones presupuestarias de Córdoba en la categoría “Presas y obras de
cabecera”. Fue en los presupuestos de 2003 y 2005. En este último, la Provincia estimó un costo
de 34,5 millones de pesos.
Antes de fin de año, cambian de canal
La propuesta que Schiaretti lanzó en plena emergencia
hídrica de reparar el canal que transporta agua desde el dique Los Molinos está
en la agenda del Ejecutivo para el último trimestre de 2010. “La intención es
que antes de fin de año, el Gobernador pueda dar el anuncio de los alcances de
la obra”, indicó esta semana una fuente del Gobierno.
“Es posible que se haga en etapas, priorizando el arreglo
del último tramo -de unos 26 km-, que es el más dañado”, precisó. El origen de
los fondos está siendo estudiado por técnicos del Consejo Federal de
Inversiones (CFI).
Una presa en el río Anisacate
Estaría ubicada a 10 km aguas arribas de La Bolsa. “Se trata de una
presa de hormigón en una garganta natural rocosa con excelentes condiciones de
fundación”, dice el proyecto. Demandaría un murallón de más de 75 metros de altura para
formar un embalse de 100 hm³. Se complementaría con un dique nivelador en las
cercanías de La Bolsa ,
del que partiría un canal hacia el Gran Córdoba con 4,8 m ³ de agua, la mitad del
caudal del Suquía.
Como sucede con la refuncionalización del canal desde Los
Molinos, también demandaría ampliar la planta potabilizadora que Aguas
Cordobesas tiene en el sur de la capital. Según ex empleados de la ex Dipas,
“con unos pocos cambios, el proyecto está formulado, editado en varios
volúmenes y listo para licitar”.
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