Socios del Club Náutico de Embalse denunciaron a un hermano y a un hijo del legislador provincial Carlos Alesandri por una presunta usurpación de tierras junto al lago
El descontrol de las costas de los lagos cordobeses ha permitido en los últimos años que miles de hectáreas de terrenos públicos se transformen en coto de caza para intereses privados y que cada vez sean menos las personas que pueden acceder a sus orillas con fines recreativos. Estos mismos problemas están en el fondo de una disputa que ahora tiene lugar en las costas del embalse de Río Tercero.
En el extremo este del lago, no muy lejos del centro de la ciudad de Embalse, se encuentra el Club Naútico, el más antiguo de los que funcionan a las orillas del dique. Éste es el escenario de una fuerte disputa que enfrenta a un pequeño grupo de socios, dueños de la treintena de veleros amarrados en su bahía, contra algunos miembros de la familia Alesandri.
En el extremo este del lago, no muy lejos del centro de la ciudad de Embalse, se encuentra el Club Naútico, el más antiguo de los que funcionan a las orillas del dique. Éste es el escenario de una fuerte disputa que enfrenta a un pequeño grupo de socios, dueños de la treintena de veleros amarrados en su bahía, contra algunos miembros de la familia Alesandri.
Los Alesandri más conocidos de la zona son Carlos (dirigente justicialista, ex ministro de Seguridad, ex titular de la Agencia Córdoba Turismo durante el gobierno de José Manuel de la Sota y actual legislador provincial) y su hijo Federico, el intendente justicialista de Embalse. Pero el problema no los involucra a ellos sino a otro hijo de Carlos y al hermano del ex ministro, José María.
La disputa llegó a su punto más arduo un mes atrás, cuando José María Alesandri y su sobrino habrían estado a punto de agarrarse a golpes de puño con uno de los socios más antiguos del club, el abogado de Río Tercero Carlos Ríos.
El episodio incluyó los típicos cortes de alambrados y movimientos de mojones que suelen registrarse en este tipo de enfrentamientos inmobiliarios y concluyó con la presentación de una denuncia ante la comisaría, que hizo Alesandri, y otra por usurpación, ante una Fiscalía de Instrucción, que hizo Ríos.
"No somos millonarios". En un bar de barrio Nueva Córdoba, en la capital provincial, José María Alesandri, de gran parecido físico con su hermano el actual legislador provincial, dice que la acusación de apropiarse de un sector de la costa es un invento.
"El político es mi hermano, no yo. Yo no soy testaferro de él ni soy político. Los Alesandri no tenemos plata; las que tenían dinero eran nuestras esposas", explica.
Carlos y José María Alesandri se casaron con dos hermanas, Mirtha y Ana, hijas de Américo Baldi, un fuerte empresario, ya fallecido, que producía comida termoenvasada y publicitaba su producto en los programas de Marcelo Tinelli.
En el valle de Calamuchita, las versiones sobre la presunta fortuna de la familia Alesandri corren de boca en boca desde hace años y citan diversos emprendimientos y propiedades que constituirían sus fuentes de ingresos.
"Yo estoy separado de mi mujer. Mi hermano no tiene nada que ver con el terreno junto al lago y cuando lo compré, mi sobrino no era intendente del pueblo", argumenta José María.
Temor a perder el club. El Club Náutico Embalse se encuentra en un recodo del lago protegido de los vientos. Está en una zona residencial, muy arbolada, rodeado por casas de descanso. Nació casi junto con el lago, a mediados del siglo pasado. Ocupa dos hectáreas con carácter precario e intransferible, según le reconoció el 10 de junio de 1984 una resolución de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas). El edificio de su sede está en malas condiciones y luce abandonado.
En su costado sur, hacia donde limita con una colonia de vacaciones de Vialidad Nacional, está la franja de tierras que se disputa con José María Alesandri. El hermano del legislador alambró la zona y colocó un portón que interrumpe el tránsito en lo que, según el club, es una calle de uso público.
Para el abogado Ríos, la resolución de Dipas establece que bajo ningún concepto se puede impedir el tránsito de peatones hacia el lago. Al mismo tiempo, está prohibido levantar construcción alguna en esa zona sin una autorización previa de la repartición.
Un último argumento, que sostiene el club, es que los mojones colocados por la Provincia indican que la franja de tierras que disputan con Alesandri está ubicada dentro de la poligonal de tierras que rodean el lago, que son de propiedad pública. Por lo tanto, ningún nuevo emprendimiento podría instalarse en la zona.
José María Alesandri responde que "Dipas se equivocó e instaló mal los mojones. Hizo mal los planos, porque no están de acuerdo con los planos de la Nación. Si uno se fija, hasta la ruta 5 (que pasa frente al club) quedó dentro de la poligonal. ¿Qué va a hacer Dipas? ¿Va a levantar la ruta?".
Alesandri remarca que su idea es instalar un parador, que aprovecharía la playa de arena que suele dejar en la zona la retirada del lago.
Ríos señala que al otro costado del club, también frente al lago, están ubicados una confitería y un chalé que pertenecen a la familia Alesandri. "Con esas propiedades al norte, más las tierras que quieren quitarnos por el sur, el club quedaría rodeado por propiedades de los Alesandri. Hay quienes temen que después quieran venir a quedarse con el club".
Una pelea frontal. José Alesandri observa que, junto a su socio Juan Pablo Rinaudo, compró esa fracción de tierra el 4 de febrero de 2005 a Héctor Juárez, un hombre que habitaba desde 1976 en una vivienda precaria que existe en el lugar, y que años atrás supo desempeñarse como cuidador del club. Como la propiedad no tiene escritura, Alesandri compró la posesión y comenzó el juicio de usucapión. Al mismo tiempo, también en 2005, compró un terreno adyacente a un señor de apellido Sosa, hasta hacerse de una superficie total de 7.500 metros cuadrados .
Alesandri también cuenta que a principios del mes pasado, gente del club se metió en la casa, destruyó los sanitarios, rompió las instalaciones eléctricas y las cañerías, levantó los alambrados, sacó el portón y rompió un mojón histórico. El 24 de marzo, Alesandri y su sobrino se encontraron en el lugar con el abogado Ríos y tuvieron una discusión violenta.
"El sobrino todo el tiempo parecía que me quería golpear. Fui a hacer la denuncia a la comisaría, pero cuando llegué estaba Alesandri denunciándome a mí, así que decidí ir a la Fiscalía ", expresa Ríos.
Mientras el club dice que la calle pública es la que cerró Alesandri, el hermano del legislador señala que la calle pública pasa por dentro del predio del club. "Como no les gusta que los turistas los molesten pidiéndoles permiso para pasar al lago, me echan la culpa a mí de tapar la calle".
Dipas ya se presentó en el lugar y ordenó que se quitaran los alambrados que había colocado Alesandri. Alguien los quitó después y hoy permanecen enrollados y tirados en el lugar. Un funcionario que trabaja en el control de costas de Dipas y pidió no ser identificado, defendió la ubicación de los mojones: "Si están ahí, es por algo; y mientras estén, hay que respetarlos".
Los valores de las propiedades frente al lago continúan en alza. En una inmobiliaria de Río Tercero señalaron que el terreno en disputa vale seis cifras en dólares si tiene ingreso propio y bajada al lago. Lo fundamental, la posibilidad de instalar un emprendimiento comercial en el lugar, depende de una resolución del Estado, que sigue siendo un invitado inusual en las costas de los lagos provinciales.
Denuncia por un desmonte
Un vecino del Club Náutico Embalse, denunció que el terreno que se disputan la entidad aludida y José Alesandri fue desmontado ilegalmente.
Un vecino del Club Náutico Embalse, el licenciado en Ecología Miguel Hechem, denunció que el terreno que se disputan la entidad aludida y José Alesandri fue desmontado ilegalmente por empleados que habrían sido enviados por el hermano del legislador.
"Cuando vi a los operarios desmontando con la motosierra los restos de un manchón relictual de bosque autóctono, que está protegido por ley, reclamé ante la Delegación Embalse de Recursos Hídricos, ante la Casa del Ciudadano y la Policía ", cuenta Hechem. "Vino un móvil policial, los identificó y dijeron que estaban haciendo ese trabajo por orden de Alesandri", prosiguió el vecino del Club Náutico de Embalse.
Hechem, que trabaja en el desactivado centro de piscicultura que existía en la localidad de Embalse, expresa que "así como no se puede enajenar el perilago, tampoco se puede desmontar".
Pese a su reclamo, en el terreno en disputa (de 7.500 metros cuadrados ) hoy sólo quedan yuyos y unas pocas coníferas que se mantuvieron intactas porque el encargado del club evitó que talaran.
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