El Reino Unido está construyendo su primera central nuclear en 30 años, Francia ya habla de una nueva flota de 14 reactores y, en total, se proponen 100 nuevos reactores en todo el mundo, en su gran mayoría pequeños y modulares. Pero el tema de los residuos de alta radiactividad sigue en pañales. ¡De eso no se habla!
Por Juan Vernieri
Sin dudas, las grandes empresas tecnológicas, que requieren electricidad de base confiable para abastecer sus tecnologías de inteligencia artificial y almacenamiento de datos sedientos de energía, están impulsando decididamente la energía nuclear.
Constellation Energy de Microsoft ha sugerido reabrir la planta de energía de Three Mile Island en Pensilvania, y Amazon compró recientemente un centro de datos alimentado con energía nuclear.
A diferencia de Microsoft y Amazon, Google ha accedido a comprar energía generada por una flota de pequeños reactores nucleares modulares que aún no han salido de la mesa de diseño, respaldando a la empresa emergente Kairos Power y su reactor conceptual de sales fundidas.
El principal motivo para construir pequeños reactores modulares como estos, es evitar los sobrecostos y los plazos prolongados que han plagado la construcción de grandes reactores convencionales. Pero… a juzgar por la experiencia argentina… El reactor pequeño modular CAREM se concibió en los 80, si inició a paso lento en 2011, se impulsó en 2014 con la primera colada de hormigón, y recientemente, después de haber invertido más de 600 millones de dólares, se informó que no es comercial.
No se sabe si el CAREM se continuará hasta terminarlo, pero se sabe que no se podrá vender como se planeaba.
Además, la aparición de diseños de reactores de cuarta generación, a menudo denominados “reactores modulares avanzados”, promete no solo generación de electricidad, sino también hidrógeno y calor, así como producción de isótopos médicos.
Existen más de 80 diseños novedosos de reactores modulares pequeños y reactores modulares avanzados, y algunos de ellos están siendo desarrollados por proveedores de tecnología nuclear nuevos y establecidos.
Estos diseños, algo revolucionarios, tienden a una producción de energía que va desde los 30 megavatios de electricidad hasta los 300. Los proveedores de estas tecnologías tienen grandes ambiciones, y grandes esperanzas.
Pero detrás de estas perspectivas se esconde la forma en que se gestionarán y aislarán en última instancia los residuos radiactivos generados por estos reactores.
Todos los reactores de fisión nuclear generan residuos radiactivos, algunos de los cuales serán muy peligrosos durante muchas generaciones, hasta cientos de miles de años.
Esto es cierto incluso para aquellas tecnologías de reactores que afirman utilizar residuos radiactivos como combustible. Los productos radiactivos de fisión de larga duración, permanecerán como residuos.
También hay residuos radiactivos que entran en contacto con los componentes activados por neutrones del propio reactor. En consecuencia, es probable que sean necesarios largos períodos de almacenamiento y procesamiento provisionales antes de que se pueda llevar a aislación geológica.
Un problema adicional para los nuevos reactores modulares avanzados es que los combustibles que utilizan también suelen ser nuevos, lo que significa que los desechos de combustible gastado de estos reactores son completamente desconocidos porque nunca han estado disponibles para la investigación y, por lo tanto, las soluciones para gestionarlos de manera segura a largo plazo aún están por desarrollarse.
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