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El general Jean Thiry presenta la explosión de la tercera bomba atómica francesa en el campo de pruebas de Reggane, en el Sahara, en diciembre de 1960. Foto: AFP. |
Por Cristian Basualdo
El 13 de febrero se cumplieron 65 años del primer ensayo nuclear realizado por Francia en el Sahara argelino, en Reggane, en 1960. Luego se efectuaron otras tres explosiones al aire libre, que expusieron a la población a una lluvia radiactiva. “Parte de la contaminación aún permanece en la superficie del suelo, sin contar los residuos radiactivos enterrados deliberadamente bajo la arena. No se ha realizado ninguna evaluación de salud seria”, escribió Bruno Chareyron, director del laboratorio de la Comisión para la Investigación e Información independientes sobre la Radiactividad (CRIIRAD).
A partir de noviembre de 1961 se realizaron 13 detonaciones más, esta vez subterráneas, cerca de In Ekker. Aunque fueron “subterráneos”, estos ensayos también provocaron una grave contaminación del medio ambiente y de las personas. El accidente del ensayo del Beryl, el 1 de mayo de 1962, produjo importantes liberaciones de gas y polvo radiactivos y expuso a la población a la radiación a varios cientos de kilómetros de distancia.
Una misión realizada por CRIIRAD en 2009 en In Ekker mostró que todavía había residuos radiactivos que contenían plutonio al aire libre, y que se estaban llevando a cabo actividades ilegales para recuperar metales contaminados para su reciclaje. Los rieles radiactivos fuertemente contaminados con cesio-137, descubiertos en 2020 en Níger, podrían proceder de sitios de pruebas en Argelia.
De las 17 pruebas nucleares francesas en el Sahara, 11 prueba se llevaron a cabo tras los Acuerdos de Evian del 18 de marzo de 1962, por la independencia de Argelia.
En Francia, el Comité de Indemnización de Víctimas de Ensayos Nucleares (Civen) aprobó solo una indemnización para un argelino, de las 545 concedidas en total.
En 2021, los análisis de la Asociación para el Control de la Radiactividad en el Oeste (ACRO) de Francia demostraron que las nubes de polvo que sobrevuelan Europa, provenientes del desierto del Sahara, arrastran la contaminación radiactiva producida por los ensayos nucleares realizados por Francia en la década de 1960.
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