por Fernando Colautti
Quien quiera oír, que oiga. La que envía mensajes, uno tras
otro, es la naturaleza. O el ecosistema. Los científicos -al menos la mayoría
de ellos- los vienen traduciendo. Desde hace varios años, anticipan que, de la
mano del cambio climático, las tormentas serán cada vez más severas. Hablan de
mayor frecuencia y de acentuación de “eventos extremos”, es decir tormentas con
inundaciones y sequías más severas.
Intendentes y jefes comunales no podrán decir que nadie les
avisó. Quizá este verano, o el que viene, o dentro de 10, alguna fuerte
tormenta tocará las puertas de sus localidades. ¿Qué ciudad no colapsa o se
complica cuando caen 70 o 100 milímetros en una hora?
Cada comunidad se acordará -y no precisamente bien- del
intendente que no imaginó, a tiempo, mejorar el sistema de desagües. O del que
no supo o no quiso armar esquemas de actuación ante emergencias, mediante
juntas de Defensa Civil o similares, para prevenir mejor los siniestros o ser
más eficientes con su gente si golpean la puerta.
Las reparaciones suelen ser más costosas que las obras para
prevenirlas.
En materia de obras públicas municipales, llegó el tiempo de
los desagües, antes que de seguir pavimentando calles. Es más, el asfalto es
uno de los factores por los que el suelo acumula en vez de absorber el agua.
No se trata sólo de ingeniería para contener, desviar o
canalizar aguas sobrantes. Los especialistas también vienen sugiriendo la
necesidad de que cada ciudad aumente sus espacios verdes, sobre todo en su
periferia. La forestación ayuda a retener correntadas que, si no, terminan como
embudo en calles que no dan abasto. Los campos “pelados” son pistas por las que
el agua corre, hasta dar con un pueblo y ciudad.
El viento es otra cosa: no hay modo de contenerlo ni
canalizarlo. Pero cada ciudad podría, al menos, replantear sus planes de
forestación. Lo razonó ayer, a la fuerza, el intendente de Villa General
Belgrano, al comentar que en su pueblo los árboles caídos no eran los
autóctonos sino pinos y otros exóticos.
En cada municipio, como en los ámbitos provinciales y
nacionales que debieran promover acciones y programas preventivos, no podrán
decir que no se le esté avisando.
Fuente:
Fernando Colautti, Mensajes tormentosos, 23/11/12, La Voz del Interior. Consultado 24/11/12.
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