Acción de Greenpeace en la central nuclear de Gravelines, Francia, el lunes 28 de octubre de 2024. Crédito: Barcile Barjon / Greenpeace. |
por Cristian Basualdo
CENTRAL NUCLEAR DE GRAVELINES, Francia, 28 octubre 2024.— Activistas de Greenpeace realizaron una acción para denunciar la vulnerabilidad del sitio ante un evento de crecida fluvial y marina. Carteles con el mensaje: “Aguas crecientes, energía nuclear en el agua”, barriletes con forma de medusa, y bombas de humo azules, simbolizan el agua que se eleva sobre la central nuclear, explicó Greenpeace Francia. Los activistas también extendieron pintura azul frente a las compuertas que supuestamente protegerían al sitio en caso de inundaciones.
Gravelines es una localidad del departamento de Norte, situada en el delta del río Aa, un territorio llano de tierras conquistadas progresivamente al mar, entre Calais y Dunkerque. Es en esta zona costera baja, expuesta al riesgo de inundación marina, donde se construyó la central nuclear de Gravelines, en lo que se llama un pólder, un terreno drenado artificialmente por una red muy densa de canales y protegido por un sistema de contención.
En el sitio Gravelines funcionan seis reactores nucleares antiguos. La empresa estatal Électricité de France S.A. (EDF) quiere construir dos nuevos reactores, modelo EPR2.
En un informe publicado el 3 de octubre de 2024, titulado Un castillo de arena junto al mar, Greenpeace Francia denunció este proyecto irresponsable que no tiene en cuenta la gravedad de la crisis climática. Durante las mareas más altas, la central eléctrica de Gravelines podría convertirse en una isla a merced de las olas. En esta situación extrema, el objetivo vital para la central sería garantizar la salida de la electricidad producida y el enfriamiento de los reactores nucleares, para evitar una fusión de los núcleos y la descarga de material radiactivo a la atmósfera y al agua.
EDF prevé dimensionar sus reactores nucleares para resistir los riesgos climáticos hasta 2070, mientras que su funcionamiento está previsto al menos hasta 2100, y su desmantelamiento hacia mediados del próximo siglo. Después de 2070, la empresa estatal dependerá de la posibilidad de adaptación marginal según un principio de mejora continua. EDF afirma que reevaluará y hará ajustes cada 10 años.
Greenpeace Francia considera irresponsable confiar en este método. No es posible improvisar ante los riesgos climáticos. Hay que evitar instalar reactores nucleares en una zona tan peligrosa como el pólder de Gravelines, que estará cada vez más expuesto a los riesgos de inundación con el agravamiento del cambio climático. Greenpeace publicó mapas basados en las previsiones del IPCC que muestran que, en 2100, todo el emplazamiento de la central eléctrica de Gravelines podría encontrarse temporalmente bajo el nivel del mar.
Greenpeace Francia denuncia también los vacíos en el expediente de EDF y la falta de información necesaria para el debate público. Pauline Boyer, ingeniera y encargada de campaña de Transición Energética en Greenpeace Francia, manifestó que: “mientras la población ya está siendo fuertemente afectada por las inundaciones en 2024, ¿qué pasará en 2120? Todas nuestras referencias actuales habrán cambiado debido a los impactos del cambio climático. ¡Ya no se tratará solo de elevar un metro la altura de un muro!”. Agregó que: “construir dos reactores adicionales en Gravelines haría que el territorio sea más vulnerable a lo largo del tiempo. Con este proyecto, EDF y el Estado estarían añadiendo un nuevo riesgo nuclear cuando la población ya tendrá que luchar contra las inundaciones y los riesgos de inundación agravados por el cambio climático”.
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