La situación de seguridad nuclear en la central de Zaporiyia (ZNPP) de Ucrania sigue siendo extremadamente frágil con peligros potenciales “muy reales” de un accidente importante, dijo el director general Rafael Mariano Grossi de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) al Consejo de Seguridad, antes de viajar al sitio a principios del próximo mes.
Por Juan Vernieri
Al dirigirse al Consejo de Seguridad por sexta vez desde que comenzó la guerra hace casi dos años, advirtió contra la complacencia y dejó claro que la OIEA se mantendrá centrada en ayudar a prevenir un accidente nuclear potencialmente catastrófico, en la Central Zaporiyia o en cualquier otra central del país.
“Aún no ha ocurrido ningún accidente nuclear. Esto es cierto. Pero la complacencia aún podría llevarnos a la tragedia. Eso no debería suceder. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para minimizar el riesgo que esto supone”, afirmó.
Al informar a los 15 miembros del Consejo de Seguridad sobre los acontecimientos desde el establecimiento en mayo pasado de los cinco principios concretos para la protección de la mayor central nuclear de Europa, destacó la importancia de que sus expertos estacionados en el lugar obtengan el acceso que necesitan para monitorear el cumplimiento de estos principios.
Grossi anunció que cruzaría la línea del frente para viajar a la central “dentro de las próximas dos semanas”, lo que le permitiría evaluar la situación allí de primera mano unos ocho meses después de su anterior misión a la planta.
La última vez que fue al sitio en el sur de Ucrania fue poco después de la destrucción de la presa Kajovka, río abajo, que suministraba agua para el enfriamiento del reactor y otras funciones esenciales de seguridad nuclear de la central.
“Aunque la planta no ha sido bombardeada desde hace un tiempo considerable, continúan importantes actividades militares en la región y, a veces, en las proximidades de la instalación, y nuestro personal informó que cohetes sobrevolaban cerca de la planta, poniendo así en riesgo la integridad física de la planta”, afirmó.
Además, el suministro de energía externo de la planta sigue siendo “muy precario”, ya que actualmente depende solo de dos líneas eléctricas externas, en comparación con las 10 que había antes del conflicto.
“Ha habido ocho ocasiones en las que el sitio se quedó sin energía externa y tuvo que depender de generadores diésel de emergencia, la última línea de defensa contra un accidente nuclear, para proporcionar el enfriamiento esencial del reactor y el combustible gastado”, dijo el Director General Grossi.
Destacó que la cantidad de personal es muy reducida y está “bajo una presión psicológica sin precedentes”, así como con la situación del mantenimiento de los equipos que es deficiente y atenta contra la seguridad de la planta.
“Hay ocasiones en las que el equipo de personal de la OIEA no ha tenido acceso oportuno a algunas áreas de la planta, a veces durante muchos meses”, dijo.
La Agencia necesita tener acceso oportuno a todas las áreas de la central para supervisar que los principios concretos se respeten en todo momento.
Los expertos de la OIEA en la Central Zaporiyia fueron informados de que uno de los transformadores eléctricos de respaldo de la planta que falló la semana pasada estaba en mantenimiento y que no había indicios de daños estructurales.
El fallo demostró la continua vulnerabilidad en la disponibilidad de energía externa, que la planta necesita para enfriar sus seis reactores y para otras funciones esenciales de seguridad nuclear.
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