El 1 de febrero último Nucleoeléctrica Argentina SA, la empresa generadora de energía eléctrica que opera las centrales nucleares de Embalse y Atucha I y II, propiedad del Estado Nacional, suscribió finalmente con China el contrato definitivo que venía tramitándose desde el 2006, por el cual se compra llave en mano, un reactor de tecnología china, Hualong One de más de 1.000 MW a instalar en Lima, que se denominará Atucha III. El convenio quedó supeditado a que los bancos chinos proporcionaran la financiación y que china otorgara la tecnología para la producción del combustible.
Por Juan Vernieri
China se encuentra en medio de una crisis más grave de lo que se supone. Las razones de esta crisis son varias: Falta de verdadera protección contra la pandemia, por ello debe acudir a la paralización como medida de protección, con consecuencias económicas nada despreciables. El desplome del sector inmobiliario, con empresas en quiebra y compradores de viviendas que no pagan las hipotecas de los apartamentos inacabados. La sequía, que también embarga al país, con apagones eléctricos y factorías que han reducido y hasta detenido su producción. Hay aumento del desempleo y recortes salariales. A todo esto, se suma la falta de pago de créditos otorgados a otras naciones, como Argentina con el crédito para las presas de Santa Cruz. Un verdadero huracán financiero.
Sin entrar a considerar lo inconveniente de la compra del Hualong One, frente a esta crisis china sucintamente descrita y a la debilidad financiera argentina, se impone este interrogante:
Los bancos chinos, ¿financiarán Atucha III?
El 19 de setiembre último, Bloomberg divulgó la noticia que el acuerdo con China por la compra del reactor Hualong One fue suspendido. Según esta, el Gobierno argentino insistió en su deseo de que se pueda elaborar en el país el combustible para el reactor a construir en Lima. No ha sido confirmada esta noticia, tampoco desmentida por Nucleoeléctrica Argentina SA, la empresa que suscribió el contrato.
La razón esgrimida, que no se cumple con la condición exigida por Argentina, tal vez no sea la verdadera. Quizás fue la condición impuesta por China, o sea que sus bancos no otorgan el crédito requerido. Cabe aquí aclarar que, según el contrato del 1 de febrero, los bancos financiarían el 85 % de la inversión con taza razonable y plazo de gracia. Argentina, luego de la firma, inició trámites para que los bancos se hicieran cargo del 100% de la financiación, lo que pone en evidencia la precariedad económico/financiera del país.
Prestadores con dificultades, prestataria insolvente.
Recordemos que el presidente de Nucleoeléctrica Argentina SA, firmante del contrato con China por la compra del reactor, ingeniero Antúnez recientemente dijo: "Nos falta cerrar el financiamiento del proyecto en medio de esta tempestad financiera que estamos viviendo, cosa que es, más o menos equivalente a tratar de pintar el barco en medio de un huracán" También dijo: “Nuestra impresión es que, o se cierra el financiamiento completo con China (100 %) como es el caso de las represas del sur, o es mejor esperar a mejores tiempos”.
Entonces, si no es firme que el acuerdo se suspendió, lo cierto es que no se ha conseguido aún el financiamiento del proyecto.
Falta apenas un mes y algo para que se cumpla el plazo establecido en el contrato para cerrar las condiciones de financiamiento y la provisión de tecnología para la fabricación del combustible por parte de nuestro país.
En estos casi ocho meses no se han divulgado novedades respecto a las dos condiciones para que pueda iniciarse de obra.
Parece que no se puede pintar el barco en medio de un huracán. Atucha III está lejos.
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