¿Quién hace las investigaciones que cita el IPCC? ¿Quién escribe sus informes? ¿Alguien los revisa? ¿Hay una mano negra de los gobiernos que elimina o suaviza partes? Eloy Sanz, revisor experto del IPCC, responde a estas y otras dudas sobre los informes de este organismo.
por Eloy Sanz
Imagina un menú especial en el mejor restaurante de la ciudad. No dejan de salir platos, cada uno más elaborado y delicioso que el anterior. Seguramente no sabrías preparar ninguno de ellos y en muchos se mezclan ingredientes que te cuesta reconocer, pero aprecias el resultado final y te maravillan el sabor, el olor y hasta la presentación.
Algo similar sucede con los informes del IPCC: la mayoría de quienes han hojeado o leído alguna de sus partes reconocen la gran calidad del trabajo que tienen entre manos, pero no saben bien cómo se ha cocinado. Afortunadamente, aquí no hay recetas secretas y todo el proceso es transparente. Es una de las grandes virtudes de estos informes, como una cocina con grandes cristaleras donde se quiere que todo esté a la vista.
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático, más conocido por sus siglas IPCC, es una organización de la ONU. Su Primer Informe se publicó en 1990 y dio pie a las famosas Conferencias de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP), también denominadas Cumbres del Clima. Gracias a las conclusiones del Primer Informe, durante la COP3 de Kioto (1997) se consiguió la firma del famoso Protocolo de Kioto, el primer acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ahora se publica la primera parte del Sexto Informe, más extenso que el primero y que expone un conocimiento mucho más profundo del cambio climático, su origen antropogénico (causado por el ser humano) y sus múltiples consecuencias.
La forma en que se redactan y revisan estos informes es poco conocida por el público general, pero es uno de los procesos más públicos y transparentes de la ciencia.
En primer lugar, se eligen los autores y editores de revisión, científicas y científicos de reconocido prestigio en cada tema tratado. La selección de los autores tiene como objetivo formar un grupo con diversos enfoques y conocimientos, provenientes de países en diferentes grados de desarrollo, combinando expertos con y sin experiencia previa en el IPCC y con equilibrio de género.
Actualmente, los autores están divididos en tres Grupos de Trabajo, que estudian diversos aspectos del cambio climático: la base científica (Grupo I), sus impactos, adaptación y vulnerabilidad (Grupo II) y las estrategias de mitigación (Grupo III).
El grupo de autores no realiza investigaciones para el IPCC, sino que revisa las publicaciones científicas existentes y redacta el primer borrador del informe. La transparencia del proceso comienza en este punto, ya que en esta etapa cualquier experto puede aportar trabajos para que sean considerados, incluyendo investigaciones cuyos resultados consideran relevantes pero que todavía no se han publicado.
El primer borrador del informe se somete a una revisión externa de manera similar al proceso de publicación de un artículo científico pero a gran escala. En este punto, se invita a revisores expertos que hayan demostrado su experiencia en los temas tratados en el informe. Sus comentarios se responden uno por uno, incluyendo en el informe las modificaciones propuestas o bien justificando debidamente por qué no se han hecho.
Para dar una idea de la magnitud de esta tarea basta decir que en el Quinto Informe del IPCC se recibieron más de 140.000 comentarios de revisores. De nuevo, la transparencia del proceso es exquisita y el IPCC publica todos los comentarios de quienes revisan y las respuestas a los mismos. Además, las autoras y autores tienen entre sus cometidos señalar claramente las opiniones discordantes que cuenten con un apoyo científico y técnico importante tanto en la redacción como en la revisión del informe.
Con toda esta información, los autores redactan un segundo borrador del informe, que de nuevo se somete a un proceso de revisión. En esta segunda revisión pueden emitir comentarios tanto los expertos en los temas tratados como los gobiernos que forman parte de la ONU. Tras responder a los comentarios e incluir sus modificaciones, los autores preparan la versión final del informe, que debe ser aprobado.
Este proceso tan largo y laborioso se repite tres veces, una por cada uno de los Grupos de Trabajo. En el restaurante del IPCC no se sirve un menú degustación de los de plato grande y poca chicha. Son tres platos contundentes, con numerosos capítulos en su interior que en conjunto presentan todo el conocimiento existente sobre un tema tan relevante como el cambio climático. Además, son informes que buscan maximizar su objetividad, tanto por la selección de los autores que se ha comentado previamente como por la manera en la que se redacta cada afirmación o conclusión.
Normalmente, un trabajo de este estilo se limita a incluir las referencias consultadas, pero en el caso de los informes del IPCC, se da un paso más y en cada afirmación que se hace se incluye un comentario sobre el número de trabajos que apoyan lo expuesto (evidencia) y el consenso existente entre los mismos.
Finalmente, se redacta un resumen ejecutivo (30-50 páginas) y otro dirigido a responsables de políticas (SPM, Summary for Policymakers), de menor extensión (5-10 páginas). El SPM es el resumen más conocido y está dirigido a quienes toman decisiones, por lo que se debe redactar en un lenguaje sencillo, evitando tecnicismos y dejando claras las conclusiones del trabajo realizado. La tarea en ambos casos es titánica, ya que se debe condensar en este breve espacio el contenido de miles de páginas del informe.
El proceso de aprobación del documento SPM da una vuelta de tuerca más: las delegadas y delegados de los gobiernos analizan cada una de las frases (sí, cada frase) y las someten a votación. Para aceptar una frase se necesita una aprobación unánime. Si no es así, los delegados no pueden hacer modificaciones sin más, sino que sus propuestas son revisadas en detalle por los autores, quienes confirman que se sigue respetando el conocimiento científico. Como en las revisiones anteriores, todos los cambios son públicos.
La participación de los gobiernos en este punto, lejos de suponer un aspecto negativo, facilita que todos ellos acepten el conocimiento científico sobre el cambio climático, el contenido del SPM y las conclusiones plasmadas sobre la necesidad de actuaciones, facilitando los acuerdos posteriores.
En resumen, estamos ante una verdadera joya científica. Retomando el símil culinario inicial, espero que disfrutes aún más los próximos platos del menú IPCC, ahora que conoces los entresijos de su cocina.
Eloy Sanz es investigador y Profesor de Tecnologías Energéticas y Energías Renovables en la Universidad Rey Juan Carlos, Doctor en Ingeniería Química y revisor experto del IPCC.
Fuente:
Eloy Sanz, En la cocina del IPCC, 9 agosto 2021, La Marea.
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