jueves, 20 de febrero de 2020

Experiencia en las inundaciones en Chaco: “es un panorama que aflige el alma”


por Noemí Cruz

Escribo estas líneas desde Chaco lamentando que lo que advertimos hace menos de un mes ya está sucediendo: inundaciones.

Acabo de ver un panorama que me aflige el alma, especialmente en la zona sudoeste (Pinedo, Gancedo, Charata y alrededores) donde nos encontramos documentando y dando apoyo a los parajes más aislados.

Las localidades más afectadas son 9 y las lluvias en algunos casos superaron los 400 milímetros en poco tiempo. Para tener una idea eso significa agua hasta casi la cintura.

Hay 200 personas evacuadas y cerca de 35 mil damnificados con distintos niveles de afectación. Y confirmamos que las inundaciones coinciden con las zonas más deforestadas en Chaco en los últimos 40 años.

¿Cómo es posible que, aun así, se siga desmontando? Permitir la destrucción de los bosques, el paraguas natural de la tierra, tiene consecuencias muy graves. Más deforestación es más cambio climático y más inundaciones.

Pudimos llegar por aire y bajo la lluvia al Paraje Villa El Palmar (a 30 km de Pinedo) para asistir con víveres a las familias que están aisladas en la zona más afectada por las inundaciones.

Antes habíamos intentado llegar por tierra, pero apenas cruzamos la vía, el barro lo hizo imposible, nos quedamos atascados y los pobladores de Pinedo, nos ayudaron a salir empujando el vehículo, descalzos, siendo solidarios pese a su difícil realidad, ya todo es barro en estos lugares, todo es barro por estos días.

En el trayecto, vimos desde arriba muchísimos campos con cultivos que no pudieron absorber el agua que el bosque sano hubiera logrado escurrir. El camino intransitable, que en vez de camino, parece un río de agua turbia.

También vimos casas con pobladores aislados que estaban rodeados de agua agitando sus manos, pidiendo ayuda, una situación realmente dramática, algunos caballos estaban parados en una islita de tierra.

Los bosques y las comunidades ya no resisten más destrucción. Necesitamos que ahora las autoridades que declaren la Emergencia Forestal y no autoricen más desmontes en Chaco.

Lluvias sin tregua, caminos intransitables, animales ahogados, aumento de mosquitos que pueden incrementar el dengue, temperaturas de más de 46 grados, glifosato que salió en el agua de los campos lavados a contaminar los pueblos, pérdidas materiales en lugares donde la situación ya era de pobreza, casas llenas de barro, falta de agua potable, personas sin nada seco, que muchos permanecen en sus casas llenas de agua.

Si a todo esto se le suma que se sigue destruyendo el monte (a principio de febrero detectamos siete topadoras desmontando en seis fincas) los resultados son cada vez más catastróficos.

Estamos en emergencia hídrica porque estamos en emergencia forestal. Estamos pidiendo al gobernador Capitanich que ponga un freno a los desmontes en el Chaco.

Cada uno de mis pasos serán firmes, no resbalarán, llevan compromiso y apoyo de las personas que defienden los bosques . Y eso fortalece la esperanza de que un día no haya más topadoras destruyendo nuestro hogar.

Un día el bosque ganará.
Noemí Cruz, Campaña de Bosques
Fuente:
Noemí Cruz, Experiencia en las inundaciones en Chaco: “es un panorama que aflige el alma”, Greenpeace Argentina. Consultado 19 febrero 2020.

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