En
el embalse de Punilla reinstalan máquinas para oxigenar, al menos,
un sector crítico a la altura de Villa Carlos Paz. La presencia de
las cianobacterias se repite desde hace años. Ambos diques son los
más afectados.
Ya
se hizo una postal habitual y nada indica que no se repita también
hacia fines de este verano: la presencia de las algas
(cianobacterias) en los embalses San Roque y Los Molinos. Las
primeras evidencias de su reaparición ya están a la vista por estos
días.
Ambos
diques tienen un alto uso recreativo, son una postal turística de
las Sierras y, además, la fuente de provisión de agua potable de la
ciudad de Córdoba, que nuclea al 40 por ciento de la población
provincial.
En
el San Roque, sobre el área urbana de Villa Carlos Paz, se
instalaron esta semana dos bombas en la desembocadura del río San
Antonio, cuya finalidad es oxigenar el agua en ese sector, donde se
estanca. Trabajan desde afuera del lago, ocho horas por día, y se
pueden trasladar a diferentes sectores. Extraen agua en sectores
críticos y la regresan al dique.
En
2017 se dio un muy preocupante pico de algas en el San Roque, que
obligó a desagotar buena parte del agua contaminada y estancada en
la desembocadura del río San Antonio, sobre el centro de Villa
Carlos Paz.
Además
de la pésima imagen del embalse tapizado de verde, el profundo olor
similar al gamexane se percibe ante de la aparición masiva de algas,
cuando se descomponen en el marco del proceso de eutroficación que
padece el lago. Ese proceso está marcado por el deterioro de la
calidad del agua a partir de la falta de oxígeno, causado por la
excesiva proliferación de las cianobacterias.
La
principal causa del deterioro, según se apunta desde hace décadas,
es el insuficiente tratamiento de líquidos cloacales en toda la
cuenca hídrica.
Esta
semana, se detectaron algas en el arroyo Los Chorrillos y en la zona
de El Diquecito. Es la primera señal. Es habitual que hacia fines de
febrero o en marzo esa presencia crezca.
A
partir de un convenio, desde este mes se realizan monitoreos en
distintos sectores del lago con profesionales del municipio de Carlos
Paz, de la Administración Provincial de Recursos Hídricos (Aprhi),
del Instituto Nacional del Agua (INA) y de la Facultad de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.
Según
informó el municipio, se realizó una inspección visual, se
determinaron parámetros físicos de calidad de agua y se tomaron
muestras para analizar en laboratorio. A la vez, se resolvió reponer
las bombas de oxigenación y se profundizó la estrategia de colocar
plantas acuáticas (como azollas y camalotes) que actúan como
biorremediadoras naturales para mitigar la proliferación de las
algas.
Mónica
Martínez, directora de Ambiente del municipio local, sostuvo que se
trata del inicio de “una nueva etapa de mitigación” del mal
estado del lago. “Tenemos activo el sistema de monitoreo, y
constantemente tomamos muestras en diferentes puntos”, remarcó
Martínez.
La
Provincia anunció el año pasado varias obras de extensión de redes
cloacales en el sur de Punilla, región que tiene muy escasa
cobertura de ese servicio. Pero aún no se ha puesto en marcha esa
infraestructura.
La
mala calidad del agua del San Roque ha hecho que se deba recomendar
hace ya varios años su no uso a los bañistas, cuando se observe la
presencia de algas.
Emilio
Iosa, médico, exfuncionario municipal del área ambiental y
referente de la agrupación Carlos Paz Despierta, cuestionó las
medidas: “Los vecinos no deben sorprenderse ni dejarse engañar: un
gobierno escenográfico hace un saneamiento escenográfico”, dijo
respecto de las bombas oxigenadoras. Según advirtió, “durante
largos períodos del año los niveles de coliformes fecales y de
cianobacterias se encuentran por encima de los valores permitidos por
las directrices del Ministerio de Salud de la Nación para uso seguro
de aguas recreativas”.
Los
Molinos
El
dique Los Molinos puede mirarse en el espejo del San Roque: desde
hace años, es el embalse cordobés con mayor deterioro ambiental
después del de Punilla.
En
2017, tras una muy aguda proliferación de algas que generó
inquietud en esa región que comparten los valles de Paravachasca y
Calamuchita, desde el Gobierno provincial se anunció un plan de
construcción de plantas cloacales en varias de las localidades
costeras, que en los últimos años han registrado un notable
crecimiento inmobiliario. Ninguna de ellas tiene sistemas de
tratamiento de líquidos cloacales. Pero desde entonces, no se avanzó
en esas obras de saneamiento.
En
los últimos días, vecinos y usuarios de ese lago marcaron la
aparición de algas, otra vez, en varios sectores. Del régimen de
lluvias y de las condiciones climáticas dependerá su evolución.
El
segundo lago con más deterioro
Los
Molinos lleva años mostrando signos de alerta.
Hace
tres años se creó la Mesa Perilago Los Molinos, integrada por
organismos del Estado provincial, comunas costeras, entidades
ambientalistas y vecinos. Debatió medidas de saneamiento y hasta un
plan de obras de cloacas en varias localidades. Pero no se avanzó en
su concreción. La Provincia, la empresa Aguas Cordobesas y un equipo
de la UNC realizan controles, más frecuentes desde una alarma por
exceso de algas en 2017.
Fuente:
Reaparecen las algas en el San Roque y en Los Molinos, 30 enero 2020, La Voz del Interior. Consultado 31 enero 2020.
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