EFEverde.-
Indonesia conmemoró este jueves el 15 aniversario del tsunami que
mató a unas 227.000 personas en catorce países bañados por el
océano Índico en medio de los esfuerzos para mejorar su deteriorado
sistema de alarma temprana.
por
Ricardo Pérez-Solero y Hotli Simanjuntak
Grupos
de ciudadanos indonesios acudieron a rezar ante las fosas comunes
donde hay enterradas decenas de miles de personas en la provincia de
Aceh, la zona cero de la tragedia y donde el tsunami, provocado por
un seísmo de magnitud 9,3, mató alrededor de 167.000 personas.
La
vida transcurre con normalidad en este paraje tropical en el norte de
la isla de Sumatra, donde muchos supervivientes reconstruyeron sus
viviendas en el mismo lugar en el que fueron arrasadas por olas de
hasta treinta metros de alto.
Tras
el desastre, los países del Índico, incluidos Tailandia, Sri Lanka,
India, Yemen y Tanzania, entre otros, crearon un sistema de alerta
temprana, lo que ha aumentado su capacidad de reacción, aunque el
mantenimiento ha sido deficiente en el archipiélago indonesio.
Vandalismo
y mal mantenimiento de las boyas
En
2008, Indonesia inauguró un caro sistema de alerta con 22 boyas, que
dejaron de funcionar cuatro años más tarde debido al vandalismo y
el mal mantenimiento.
Actualmente,
el archipiélago cuenta con sismógrafos para detectar terremotos y
tsunamis, aunque su eficiencia es menor que las boyas.
Las
deficiencias del sistema quedaron patentes en septiembre del año
pasado, durante un terremoto y tsunami en la isla de Célebes, donde
murieron 4.300 personas.
Como
solución, la Agencia de Evaluación y Aplicación de la Tecnología
(BPPT), que se encarga de la instalación de las boyas y mareógrafos,
comenzó a instalar este año las primeras cuatro boyas de una nueva
red que contará con 12 dispositivos operativos para 2021.
Las
autoridades también instalarán dos cables sumergidos de fibra
óptica para la trasmisión en tiempo real de las mediciones de los
sensores.
Cada
boya cuesta más de 5.000 millones de rupias (unos 355.000 dólares ó
320.000 euros), incluido el mantenimiento, mientras que los 1.000
kilómetros de fibra óptica planeados pueden llegar a tener un valor
de más de un billón de rupias (unos 71 millones de dólares ó 65
millones de euros).
“¿Por
qué más boyas ahora? Es un montón de dinero para nada”, denunció
a EFE el geofísico del Instituto Indonesio de Ciencias (LIPI) Danny
Hilman Natawidjaja, en conversación telefónica.
El
experto consideró que hay otras alternativas menos caras como los
dispositivos de medición del nivel del mar (IDSL, en inglés),
desarrollados por el Centro Común de Investigación de la Comisión
Europea.
Falta
de preparación en zonas de riesgo
Además,
algunos residentes de Aceh siguen sintiéndose inseguros ante la
escasez de programas de concienciación y simulacros realizados por
las autoridades en uno de lugares más propensos del mundo a sufrir
seísmos, tsunamis y erupciones volcánicas.
“Las
comunidades, especialmente en las zonas urbanas, deberían haber
recibido formación para afrontar desastres naturales dentro de los
programas de mitigación, no solo la gente de la costa”, dijo a EFE
Fitri, una residente de Banda Aceh, la capital de la provincia.
La
indonesia afirmó además que la mayoría de las veces los simulacros
y la formación en respuesta a desastres naturales se imparten solo
en los centros educativos sin tener en cuenta al resto de la
comunidad.
Lo
mismo opina Nazli Ismail, profesor de Geofísica de la Universidad
Syiah Kuala de Aceh, quien criticó la falta de normas específicas
en los planes de evacuación del Gobierno y la escasa preparación de
la población ante el riesgo ante un eventual tsunami.
Monumentos
de la tragedia
El
recuerdo de la devastadora ola que arrasó aldeas enteras sigue vivo
en Indonesia, donde aún se puede visitar algunos barcos que fueron
arrastrados hasta cuatro kilómetros tierra adentro que han sido
convertidos en museos.
En
Banda Aceh, más de medio centenar de personas salvaron su vida aquel
26 de diciembre de 2004 al subirse a uno de estos barcos que quedó
encallado sobre una vivienda.
Un
museo y algunos vestigios de ruinas conservadas también recuerdan el
tsunami en la provincia, que sufrió un conflicto separatista durante
décadas que se resolvió tras la tragedia.
Después
de Indonesia, los países con más víctimas fueron Sri Lanka, con
más de 35.000 muertos, India (16.000) y Tailandia (unos 8.000),
seguidos de Somalia (289), las Maldivas (108) y Malasia (75), entre
otros.
Fuente:
Ricardo Pérez-Solero, Hotli Simanjuntak, Indonesia busca mejorar su sistema de alarma en el 15 aniversario del tsunami, 26 diciembre 2019, EFEverde. Consultado 27 diciembre 2019.
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