Como
parte de su campaña por la protección del Mar Argentino, desde el
Agujero Azul en el Atlántico Sur, Greenpeace expone una vez más el
descontrol de la industria pesquera en aguas internacionales, al
límite de la zona económica exclusiva (ZEE) argentina.
En
esta ocasión la organización ambientalista se encontró cara a cara
con un buque tanque de hidrocarburos transportista y proveedor de
gasoil. Este tipo de buques representan un engranaje clave para la
actividad pesquera de los más de 400 buques que cada año saquean el
hogar de decenas de especies marinas en peligro. En su gran mayoría,
los pesqueros dependen de estos monstruosas “cisternas” flotantes
para operar continuamente durante el año sin regresar a puerto.
“La
falta de regulación de las aguas internacionales le da impunidad a
estas estaciones de servicio flotantes de 144 metros de eslora y con
una capacidad de combustible de 17 millones de litros de gasoil, para
operar sin las regulaciones de acuerdo a las medidas de prevención
para la contaminación por hidrocarburos”, detalló Luisina Vuesso,
coordinadora de océanos para Greenpeace Andino.
“Los
océanos necesitan ser protegidos con urgencia. La falta de control y
regulación de las aguas internacionales le permite a las pesqueras
saquear y vulnerar el Atlántico Sur, dejando al océano al borde del
colapso. Es por esto que desde Greenpeace exponemos una problemática
invisible para muchos; para generar toda la presión pública posible
y que los gobiernos del mundo acuerden en la ONU un tratado global
por los océanos para proteger a la vida marina a través de la
creación de una red de santuarios”, señaló Luisina Vueso,
coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace Andino.
Más
de 400 buques pesqueros al año se instalan el Agujero Azul, una de
las dos regiones de alta mar en el mundo que cuenta con
características oceanográficas únicas. Aproximadamente a 500
kilómetros del Golfo de San Jorge en la Patagonia Argentina este
lugar cuenta con una plataforma continental que se extiende más allá
de la zona económica exclusiva (ZEE), lo que la convierte en una de
las regiones más codiciadas por las pesqueras.
Según
un reciente informe de Greenpeace, las pesqueras en esta región con
frecuencia incurren en prácticas ilegales y desreguladas; realizan
actividades en contravención de leyes nacionales, regionales e
internacionales, como cuando entran en la ZEE de forma ilegal; no
reportan o informan todas sus actividades u operaciones y capturas en
alta mar; realizan pesca con embarcaciones sin bandera. Además, sus
técnicas son devastadoras, sumamente dañinas y nocivas para el
ambiente.
El
interés de los buques en esta región es la pesca comercial de
merluza, merluza negra y el calamar. Algunos buques pueden llegar a
medir hasta 95 metros de eslora (casi el tamaño de una cancha de
fútbol).
“Solo
el 1 % de los océanos del mundo está protegido. A principios del
2020 los gobiernos tienen en la ONU la oportunidad de proteger al
menos el 30 % de los océanos para 2030 de la amenaza de las
industrias, entre estas, la pesquera”, finalizó Vueso
Fuente:
Greenpeace expone una monstruosa estación de servicio flotante en alta mar, 15 noviembre 2019, Greenpeace Argentina. Consultado 20 noviembre 2019.
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