Este
es un artículo de opinión de Andrea Becerra, consultora para El
Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) y quien se
enfoca en temas de gestión del agua urbana y rural en América
Latina.
por
Andrea Becerra
SANTIAGO,
11 sep 2019 (IPS) - Desde excesos a insuficiencias, el agua presenta
desafíos únicos en la Región Metropolitana (RM) de Chile, el
centro de la vibrante capital donde reside casi la mitad de su
población.
Un
informe reciente del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales
(NRDC, en inglés) destaca las soluciones de gestión del agua que
abordan las inundaciones y las sequías, dos problemas aparentemente
contrarios que ya afectan a las comunidades de la región.
La
sequía en Chile no da signos de concluir. La región ha sufrido la
década más seca en la historia registrada, y la RM es una de las
áreas más afectadas. La pérdida de lluvia, agravada por la alta
demanda de agua, ha llevado a una declaración de emergencia agrícola
en 17 comunas (municipios) en la RM solo este año.
Parte
del problema es que los acuíferos de la región se están agotando a
un ritmo más rápido de lo que se recargan. Y mientras las reservas
subterráneas se sobreexplotan, las ricas reservas glaciales de Chile
que decoran la cordillera de los Andes en blanco están cada vez más amenazadas por el aumento de las temperaturas asociadas con el cambio
climático y la actividad humana, incluida la minería.
Los
científicos predicen que para el 2070, la cuenca del Maipo
alimentada por glaciares, que suministra el 80 por ciento del agua
potable de la región, sufrirá una reducción del 40 por ciento de
su balance hídrico debido a la pérdida de precipitaciones y el
deshielo de los glaciares.
La
precipitación en las montañas de los Andes de la RM ha disminuido 3 cm cada 10 años, según el Instituto Antártico Chileno. Esto ha
contribuido a 8,54 a 15,14 gigatoneladas de retroceso glaciar, esto
habría sido suficiente para satisfacer todas las necesidades de agua
de Chile durante los próximos 14 años.
Al
suroeste de Santiago, la desaparición de la Laguna de Aculeo se ha
convertido en un símbolo de la sequía aparentemente interminable de
la región. Las marcas de agua aún se pueden calcar en la gran
extensión de tierra seca, donde hace menos de cinco años una laguna
expansiva y prístina atrajo a turistas que se escapaban de la
metrópoli ocupada para acampar y nadar en el agua clara.
Los
efectos en la comunidad no se han documentado, aunque la industria
del turismo sin duda ha sido devastada.
Como
anécdota, en las conversaciones de NRDC con varias personas que
trabajan en el sector de turismo y han vivido en la región durante
décadas, ha habido una reducción del 50-70 por ciento en el tráfico
hacia la región de la laguna los fines de semana y días festivos y
más de 5.000 personas han perdido sus empleos.
El
cambio climático, el desarrollo inmobiliario y el consumo excesivo de la industria agrícola han sido acusados en diferentes grados por
diferentes expertos. Es difícil no ver este fenómeno como una
ventana a las futuras pruebas de la región con el agua.
Mientras
tanto, las inundaciones siguen siendo un riesgo creciente
Irónicamente,
a medida que la región enfrenta un futuro con escasez de agua, se
espera que Santiago vea más inundaciones cada año.
La
urbanización junto con la pérdida de vegetación y las temperaturas
superiores al promedio debido al cambio climático dejan a la RM cada
vez más expuesta a las inundaciones.
Apenas
5 mm de lluvia en las afueras de Santiago en 2017 causó aluviones catastróficos que implicaron cortes de agua para más de seis
millones de personas en la RM y la obstrucción de cuatro puentes que
dejo a más 1.000 personas aisladas. Según el Servicio Geológico de
los Estados Unidos, 5 mm de lluvia se considera una lluvia moderada.
Entonces,
¿por qué los aluviones fueron tan catastróficos?
Por
un lado, los incendios que habían devastado la región en semanas
anteriores causaron una deforestación desenfrenada, matando grandes
franjas de árboles que ayudan a retener el agua y reducir la
erosión. Y segundo, el suelo reseco de la prolongada sequía había
perdido su capacidad de absorción.
De
hecho, el suelo durante una sequía puede volverse hidrófobo y
repelar el agua, lo que significa que las sequías interrumpidas por
tormentas a menudo pueden provocar inundaciones y aluviones.
El
uso de la tierra también se ve afectado por el crecimiento
poblacional de la región. Cuarenta por ciento de la población del
país ya vive en la RM y se espera que la población de la región
aumente alrededor de un 20 por ciento para 2050, a 8,5 millones.
Para
acomodar a esta creciente población, los límites geográficos de
Santiago se han expandido, reemplazando los paisajes naturales y las
tierras agrícolas con caminos pavimentados, edificios residenciales
y centros comerciales.
Existe
un vínculo directo entre la pérdida de espacios verdes y un aumento en la escorrentía de aguas superficiales y los eventos de inundación
en la RM. Cuando una lluvia torrencial cae sobre las calles
impermeables de una ciudad, no hay forma de evacuar las aguas lluvia.
Los
científicos del Centro Helmholtz de Investigación del Medio Ambiente pronostican que, si la tasa de urbanización y el tipo de
edificación actuales de Santiago continúa sin ningún cambio, las
inundaciones serán cada vez más severas tanto en el área cubierta
como en la profundidad.
Los
impactos empeorarán si nada cambia
Si
bien la imagen parece sombría, nos alientan las numerosas soluciones
que se están implementando en todo el mundo. En colaboración con
Adapt Chile, NRDC lanzó recientemente el informe “Gestión de Sequías y Lluvias en la Región Metropolitana de Santiago: Recomendaciones para un Nuevo Rumbo”, que profundiza los desafíos
de la sequía y las inundaciones mencionados aquí.
El
informe también presenta soluciones claves que ya han sido probadas
en otras partes del mundo que enfrentan desafíos similares, como
Australia, China, partes de Europa y los Estados Unidos.
Existen
soluciones de infraestructura verde que no solo ahorran dinero, sino
que también aumentan la humedad del suelo, la filtración de agua y
reducen el riesgo de inundación, técnicas agrícolas innovadoras
como los cultivos de cobertura y la siembra directa que han resultado
en mejores rendimientos en regiones propensas a la sequía, y
ejemplos de colaboración a través de varios países que demuestran
que la coordinación a lo largo de la cuenca del Maipo es posible.
Chile
está bien posicionado para implementar nuevas estrategias de gestión
del agua y abogar por el cambio y un nuevo camino a seguir.
Como
anfitrión de la próxima COP25 (Conferencia de las Partes de la
Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático), hogar de
la mayor flota de autobuses eléctricos en América Latina, y con una
expresidenta (Michelle Bachelet) que fue nombrada Campeona de la
Tierra de la ONU, el país está lleno de soluciones ambientales.
La
resolución de actuar está ahí, el agua es simplemente una nueva
frontera.
RV:
EG
Fuente:
Andrea Becerra, La crisis del agua en Chile: amenazas y acciones necesarias, 11 septiembre 2019, Inter Press Service. Consultado 14 septiembre 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario