lunes, 1 de julio de 2019

Los viejos y nuevos temores que avivó la explosión en Bahía Blanca

Incidente en el polo petroquímico. En los vecinos, volvió el recuerdo de los graves escapes de 2000. Y en las redes sociales, hubo alusiones a la tragedia de Chernobyl.

por Gabriel Bermúdez

Agosto de 2000 marcó un antes y un después en la relación entre el polo petroquímico de Bahía Blanca y la población que lo rodea, cerca del puerto de Ingeniero White. Dos escapes en apenas una semana, uno de cloro y otro de amoníaco, generaron protestas callejeras y demandas que derivaron en herramientas legales y mecanismos para evitar el pánico, ordenar la emergencia y consolidar la convivencia entre la industria y la gente. Casi 19 años después de que el viento llevara los gases hacia el mar, otro incidente, menor comparado con aquellos, pero con potencia suficiente para alarmar a gran parte de la ciudad, tensó de nuevo los vínculos, separados, en algunos casos, apenas por una calle.

Decenas de vecinos en las calles mirándose entre sí, sin saber lo que acababa de pasar. Fue la imagen posterior a la explosión que a las 00:20 del viernes los sacó de sus casas. La mayoría, ya dormía. Algunos miraban televisión o leían.

“Fue como una bomba, nunca escuché algo tan fuerte”, dijo Irma, vecina del barrio 26 de Setiembre, al que sólo el ancho de la avenida San Martín separa del polo petroquímico. “Salté de la cama por el ruido. Tembló todo y parecía que era algo que pasaba sobre la casa”, contó Lidia, que vive en la zona más urbana de la localidad portuaria. “Pasamos un susto tremendo. Eran las 4 de la mañana y todavía no podíamos dormir”, reflejó Rodrigo, desde el bulevar Juan B. Justo, a más de 10 cuadras del sector industrial. “Nos llamó la atención que no sonara la sirena comunitaria”, coincidieron los tres.

La explicación llegó desde el Comité Técnico Ejecutivo, uno de los organismos de control que surgió de aquellos días agitados de 2000 en los que sólo hubo algunos heridos. “La sirena se acciona cuando hay riesgo para la población externa al predio y en este caso no lo hubo”, dijo a Clarín el ingeniero César Pérez, coordinador del CTE. Explicó que el sentido de esa advertencia sonora es que se tomen medidas de autoprotección, innecesarias esta vez. “Recorrimos el lugar con los operadores de la planta y no hubo reportes de heridos. Sólo daños en algunas cañerías e instrumentos adyacentes”, detalló Pérez, quien dijo que la emergencia fue levantada sobre las 3 de la mañana y sin ninguna infracción para la empresa Dow, responsable del incidente.

El funcionario municipal negó cualquier fuga de gas o la presencia de fuego, dos factores que habían sido azuzados, junto a comentarios y fotos falsas, durante la hora casi en la que hubo ausencia absoluta de información oficial. Mientras tanto, las menciones a supuestas cifras de muertos y heridos y las alusiones a Chernobyl, al calor del éxito de la serie de televisión, se viralizaron en una seguidilla incontrolable que desparramó por la ciudad una sensación de terror alejada de la realidad, hasta ese momento desconocida.

Recién sobre la 1.30 la empresa dio la primera versión de lo ocurrido en su planta LHC 2 (Cracker de Etileno). Más tarde informó al Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) que durante las maniobras para la rehabilitación de la planta, que había salido de circulación tras el apagón del domingo 16, “se produjo una explosión en el equipo V 907 de vapor, que generó un ruido que se escuchó en los barrios cercanos”. Sin embargo, hubo reportes de que la deflagración se oyó en sectores ubicados a más de 15 kilómetros del polo, el más grande del país y uno de los más importantes de Sudamérica. Y hasta en Punta Alta y Cabildo, a 50 kilómetros de Bahía Blanca, aseguran que llegó el ruido.

Este viernes a la tarde, Dow emitió un segundo comunicado en el que reitera que el incidente fue contenido por el grupo operativo de la compañía sin registrar heridos ni consecuencias para el medio ambiente. “La planta se encuentra parada en condición segura”, explica la empresa estadounidense que, si bien asegura que continuará trabajando en la investigación de lo sucedido, adelantó una primera aproximación a por qué sucedió.

Se trató de un acontecimiento sonoro sin presencia de fuego provocado por una sobrepresión y ruptura en un recipiente que contiene vapor y condensado sin presencia de productos inflamables”, explicó Dow Argentina, que tiene en sus planes duplicar su capacidad de producción en Bahía Blanca, para aumentar la potencialidad de Vaca Muerta. El gas es el insumo principal que alimenta al polo petroquímico bahiense y la compañía una de las primeras que se instaló en el yacimiento neuquino con una asociación con YPF en la zona conocida como El Orejano.

Ya de madrugada, el comité de crisis se había reunido y concluido que no hubo riesgo fuera de la planta. Pero no fue suficiente para llevar calma. “Debían haber avisado antes y no esperar tanto, porque todo lo que veíamos era trucho”, se quejó Sandra, pobladora del barrio 26 de Setiembre. Otros vecinos dijeron que apenas oyeron la explosión llamaron al 107, número local para emergencias y les tomaron los datos, pero nunca les devolvieron el llamado para explicarles lo sucedido. Regularmente, el CTE debe enviarles un mensaje de texto a sus teléfonos para probar el funcionamiento del sistema. “Desde marzo que no recibimos nada”, revelaron quienes están incorporados al sistema de aviso por SMS.

Otro organismo creado en aquel 2000, la comisión de control y monitoreo, en la que hay varios representantes vecinales, pasó de reunirse cada 15 días a realizar encuentros mensuales. La última acta de reunión publicada en el sitio web del municipio data de 2016. Y la comisión asesora de medio ambiente, de la que participan el gobierno local, expertos, universidades, fuerzas armadas y de seguridad, entre otros representantes de decenas de entidades, no se reúne desde mitad de 2018. Antes, lo hacía todos los meses.

AS

Fuente:
Gabriel Bermúdez, Los viejos y nuevos temores que avivó la explosión en Bahía Blanca, 28 junio 2019, Clarín. Consultado 1 julio 2019.

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