Al menos 29
viviendas han quedado arrasadas en la céntrica región chilena de
Valparaíso, mientras decenas de damnificados buscan rescatar algunas
pertenencias que resistieron al fuego surgido por un sofocante verano
agravado por el calor de las llamas de los incendios declarados en la
zona, que busca salvaguardar los bosques de sus cerros y devolver la
vida a una tierra cubierta de cenizas.
Con palas y la
ayuda que ha ido llegando a la localidad de Limache donde los vecinos
afectados intentan volver a la normalidad y apagan los últimos
rescoldos que todavía humean entre los escombros.
Decenas de
damnificados y viviendas arrasadas
Limache ha vivido
en los dos últimos días el azote de las llamas, que arrasaron el
pasado jueves 29 viviendas y dejaron decenas de damnificados, quienes
tratan de rescatar de entre la ceniza las escasas pertenencias que
resistieron el fuego.
El incendio
próximo a la localidad, ubicada a escasos kilómetros al noreste de
la veraniega costa de Viña del Mar, descendió los cerros
circundantes y consumió las viviendas cercanas a la carretera sin
dar posibilidad de reacción.
La situación ya
no es la lucha contra el fuego en ese sector, que se encuentra
sofocado, sino la asistencia a los damnificados, que momentáneamente
se encuentra alojados en albergues a la espera de que la próxima
semana lleguen las viviendas de emergencia.
Mónica Rojas es
una de esas personas que todavía busca entre la ceniza algo que
salvar y aún dos días después recuerda con angustia el momento en
que llegaron las llamas.
“Fue así en
minutos, en segundos, no hubo tiempo. Gracias a dios la gente se dio
cuenta de lo que estaba pasando y se gritaban entre ellos mismo que
salieran. No había nada que hacer. No alcanzaron a llegar ni los
bomberos por muy rápido que hubieran venido”, explicó a Efe
Rojas.
En ese sentido,
recalcó que ya se “resignó” y asumió que tanto la casa en la
que se encontraba su hija, como la de su madre, donde estaba ella
durante el incendio, ya son cosa del pasado producto de la
devastación del incendio.
“Están sacando
todos los escombros para dejar limpio. En eso estamos, todo ya pasó
y hay que salir adelante y no pensar en lo que pasó”, afirmó.
Una sensación de
resignación y de mirar al futuro que compartía con su vecino Bruno
Otone, quien salió corriendo del trabajo cuando le avisaron del
incendió pero que nada pudo hacer cuando llegó al lugar.
“Son cuatro
días para sacar todo lo que es escombros, lo que está quemado. Y de
ahí viene ya la reconstrucción. Yo creo que será algo de material
ligero hasta que vean la situación de todos los vecinos”, explicó
a Efe.
Con el ruido de
las palas de fondo mientras continúan los trabajos de desescombro
entre la ceniza, Otone recordó los “lindos” atardeceres que se
apreciaban desde su casa en la colina de Limache, ahora teñidos de
un triste color anaranjado que se mezcla con el polvo y el humo que
no abandona el lugar, así como el olor a quemado.
Pero las cenizas
de Limache no son más que un muestra de lo que puede llegar a pasar
en Valparaíso con los incendios que todavía siguen activos, como el
que ya ha consumido en el sur de la región, cerca de la urbe de
Santo Domingo, más de 1.500 hectáreas de vegetación en general
ubicada en el interior de los cerros de las proximidades.
Aunque las llamas
no son apreciables desde la ciudad, sí lo son las inmensas columnas
de humo, después de tres días de un incendio descontrolado, que
esta mañana han conseguido contener pero que aún sigue activo.
Por ese motivo la
presencia en el lugar, situado 120 kilómetros al suroeste de
Santiago, de numerosas brigadas de bomberos, técnicos y 2
helicópteros de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) que
sobrevolaban constantemente las llamas arrojando agua sobre el
incendio.
La situación ha
obligado a las autoridades a movilizar al Ejército y a la Armada de
Chile en apoyo a las brigadas, que incluso llegaron procedentes desde
la lejana ciudad de Puerto Montt (sur).
Incendios activos
En Santo Domingo
se mantiene la alerta roja, al igual que en las localidades de
Puchuncaví y Nogales, más al norte de Limache, donde otro incendio
se mantiene activo, misma situación que registran en la vecina
región de O’Higgins.
Esto ya ha
recordado a algunas personas la tragedia de 2014 en Valparaíso
cuando un incendio de gran magnitud se registró en la parte alta de
la ciudad y asoló varios barrios, considerado el mayor siniestro
urbano en la historia de Chile.
El siniestro dejó
más de 2.900 viviendas destruidas, 12.500 personas damnificadas, 15
víctimas fatales y más de 500 heridos.
Aunque la
situación actual todavía no puede compararse con lo ocurrido cinco
años atrás, muchos ya recuerdan aquello con el miedo de que vuelva
a suceder otro acontecimiento falta de esa magnitud.
Fuente:
Decenas de damnificados y viviendas arrasadas por los incendios en el centro de Chile, 06/01/19, EFEverde. Consultado 09/01/19.
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