Patricio
Eleisegui estaba realizando una investigación en la localidad de
Arroyo Leyes cuando una “ráfaga de cargada con agrotóxicos” lo
sorprendió al ingresar a un campo. En ese momento, se le “inflamaron
los labios” y luego aparecieron “llagas” en el interior de su
boca.
El escritor de
Envenenados, junto a su equipo, estuvo en la localidad de Arroyo
Leyes para investigar el uso de agrotóxicos sobre el cultivo de
frutillas. Según contó de manera exclusiva para Aire Digital, la
idea surgió después de conocer las “presiones y amenazas que
sufren aquellos que quieren denunciar las irregularidades”. Además
hizo referencia a las condiciones precarias de trabajo que afligen a
los trabajadores.
En Aire Digital
contó que se acercaron a la zona para tener todas las voces del
problema y conocer el terreno. “Nos sorprendió mucho ver cómo los
campos de frutillas estaban al lado de las viviendas y de diferentes
instituciones como una escuela, un jardín de infantes y la comuna”.
Según expresó
vieron que había gente fulminando sin protección a la misma ruta 1.
“Había mucha gente fumigando sin controles. En ese momento
decidimos acercarnos a la tranquera de un campo y un vehículo nos
interceptó. Luego descubrimos que era el productor. Antes de que yo
pueda hablar con él, sentí una ráfaga de viento y automáticamente
se me inflamó la boca. Fue un segundo”.
“El hombre,
productor de ese campo, se acercó y me contó que la actividad no
era tan irregular como pensábamos. Intentó responsabilizar a los
trabajadores, a un supuesto propietario del campo, y a demás
personas de todas las irregularidades que veíamos en ese momento”,
aseguró.
La investigación
de los agrotóxicos permitió develar no sólo las irregularidades
relacionadas con la contaminación, sino también con condiciones
laborales muy precarias. “Veíamos que los trabajadores viven en
ranchos. Este hombre nos dijo que supuestamente no puede construir
casas para los trabajadores porque hay un dueño del campo que no lo
deja. Vimos ranchos de paja dentro de los mismos campos”.
Pero las
irregularidades no terminaron ahí. “Había chicos fumigando a cara
descubierta: uno cada dos o tres surcos. Cuando le preguntamos por
qué no tenían protección, el productor responsabilizó al mismo
trabajador”.
Por qué en
Arroyo Leyes
Patricio fue
claro en su mensaje: el principal motivo por el cual se acercó a
Arroyo Leyes fue para “darle visibilidad a una situación
cuasimafiosa de aprietes permanentes a quienes tratan de frenar esta
situación. Según lo que observamos, no hay persona que no haya
recibido amenazas. Más allá de la situación sanitaria, es muy
grave el apriete mafioso y la imposibilidad de poder contar”.
Durante la
búsqueda de información notaron “una situación muy tensa”.
Según expresó para Aire Digital, “no tuvimos libertad de poder
movernos sin recaudos. Conociendo cómo funcionan las cosas ahí y
sabiendo de la cantidad de amenazas que reciben aquellos que
denuncian, decidimos proceder con mucho cuidado”.
No fue la primera
vez que sufrió ‘aprietes’
El periodista
contó que en todos los años que lleva investigando, no es la
primera vez que sufre este tipo de aprietes. “En San Salvador,
Entre Ríos, tuvimos un apriete muy imponente incluso con personal
policial. En este caso, en Arroyo Leyes, no tuvimos contacto con la
policía, pero por recomendación de los mismos vecinos tuvimos que
tener mucho cuidado”.
“Muchas fuentes
no quisieron dar nombre o tenían miedo de opinar por temor a los que
estaba pasando. Un productor nos decía que no quería hablar de
nadie.
Lo más curioso,
según el investigador, no es que las fumigaciones estén ocultas.
“Están las personas fumigando con la mochila enfrente de la
comuna. Se ve. Lo peor de todo es que ves los cajones de frutillas
puestos a la venta libre y los automovilistas comprando a $100 el
cajón de frutilla”.
Por último, y
haciendo referencia al incidente que sufrió, dijo que ese tipo de
contaminación no le había pasado nunca. “Me asusté mucho porque
entendí lo que vive la gente que me habla del tema desde hace una
década. Hay gente que tiene estas situación todos los días de su
vida”.
Fuente:
Un periodista investigaba el uso de agrotóxicos y terminó contaminado, 22/10/18, Aire de Santa Fe. Consultado 25/10/18.
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