En el marco de la
cuarta versión del FINCA se realizó una mesa de debate con eje en
la protección de glaciares y la ley que el Gobierno nacional busca
modificar para favorecer la megaminería.
por Laura Borse
Bajo la consigna
“Agitar las aguas”, se realizó el 4° Festival Internacional de
Cine Ambiental de Buenos Aires (FINCA), en donde, además de la
proyección de films, se organizaron debates en reivindicación del
agua como un bien común. En las proyecciones y mesas de discusión
se dio voz a las comunidades afectadas por los proyectos extractivos
y la desidia estatal. El 4 de junio en el centro cultural Paco Urondo
se realizó una mesa debate sobre la temática con la Ley de
Glaciares como eje.
“Seguiremos
gritando retruco con un cuatro bajo la manga al mismo rey de la
trampa”, cerraba su intervención en la mesa Antonio Jofré, de la
Asamblea de Jáchal. El encuentro tuvo lugar bajo el título
“Proteger nuestros glaciares” y contó con la presencia de
Cristina Martín, coordinadora de la Campaña Los Glaciares no se
tocan y miembro de la ONG Conciencia Solidaria, Guillermo Folguera,
biólogo y filósofo, docente de la UBA e investigador del Conicet,
Maristella Svampa, socióloga, escritora e investigadora del Conicet
y docente en la UNLP, y Domingo Jofré, de la Asamblea Jáchal no se
toca.
Los panelistas
recorrieron diversos temas, centrándose especialmente en rescatar la
historia del proceso que culminó en la sanción de la ley, el rol de
los científicos y su responsabilidad en las luchas colectivas por la
protección de los bienes comunes y el futuro cercano que se cierne
sobre las comunidades bajo el gobierno de Macri y su alianza con las
corporaciones extractivistas.
Diez años de
lucha por la protección legal de los glaciares
Haciendo un poco
de memoria sobre los debates que dieron lugar a la sanción de la ley
26639 (“Régimen de presupuestos mínimos para la preservación de
los glaciares y ambiente periglaciar”), sancionada el 30 de
septiembre de 2010, Maristella Svampa recordó que en su momento “la
ley fue aprobada sin apoyo del FPV ni del PRO”, y aun así se logró
su sanción en el marco de una “feroz campaña de los gobernadores
porque ‘atropellaba el derecho de las provincias a desarrollarse’”.
La diputada Marta
Maffei había presentado un proyecto de ley de protección de
glaciares que tuvo aprobación en la cámara de diputados en el año
2008, pero que rápidamente vetó la entonces presidenta Cristina
Fernández de Kirchner. Cristina Martín recuerda ese momento como el
“veto Barrick Gold”, ya que según relató, cuando las mineras
entendieron lo que proponía esa ley advirtieron a los gobernadores
que “están votando una ley que nos limita”.
En 2010, Miguel
Bonasso presentó un proyecto, calcado del anterior, mientras el
oficialista Daniel Filmus presentaba otro que según Martín, era
mucho menos protector. Finalmente, Filmus comprendió que debía
retirarlo y apoyar el proyecto de Bonasso, que fue el aprobado por el
Congreso.
Según Martín la
ley se logró gracias a un “gran grupo que vio en esto la
posibilidad de defender el agua y poner un freno al avance desastroso
de la megaminería”, por esta razón “es una de las leyes más
atacadas”, y agregó que en este sentido “el ambiente periglaciar
es el más cuestionado por los proyectos megamineros y fue clave para
recuperar la ley”. Justamente, en el último tiempo bajo el
gobierno de Macri, se insiste en flexibilizar esta ley para facilitar
la llegada de más emprendimientos mineros. “Ahora vienen con otra
cosa nueva, que es la interpretación de la ley”, sintetizó
Martín.
El eje central de
la discusión es la definición de los cuerpos de hielo que deben ser
considerados. El instituto a cargo de realizar el inventario de
cuerpos de hielo, el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología
y Ciencias Ambientales (IANIGLA), decidió utilizar un criterio que
definieron como “normas internacionales” y así descartaron
cuerpos de hielo menores a una hectárea del inventario. Sin embargo,
la ley no estipula ningún tamaño mínimo de exclusión.
El inventario
final fue presentado el mes pasado y al respecto, Cristina Martín
señaló que “presentaron un inventario atrasado y mal hecho”, y
que la discusión sobre el tamaño mínimo que deben tener los
cuerpos de agua para ser inventariados “les da pie para operar en
la reforma de la ley”. Domingo Jofré agregó que esto es una
“manipulación del inventario de glaciares a pedido de las
mineras”. Por su parte, Svampa concluyó que en este momento
estamos en un retroceso, ya que “la Corte Suprema de Justicia falló
a favor de la ley en 2012, pero quedó pendiente la aplicación, y
sentimos que hoy hubo un retroceso, no sólo por incompleto sino
porque vuelve a un debate ya dado en el senado sobre la ley más
protectora”.
¿Qué modelo de
ciencia queremos?
La exposición de
Guillermo Folguera se centró en reflexionar sobre la relación entre
la ciencia, la tecnología y los problemas sociales y ambientales que
vivimos. En esa línea, postuló que “la ciencia no es una cuestión
única”, sino que es diversa, incluso dentro de una misma
disciplina y que es necesario entender el modo en el cual la ciencia
y la técnica son retomadas para aportar a la comprensión de las
problemáticas sociales.
Folguera insistió
en que debemos reflexionar sobre qué lugar le damos a científicos y
tecnólogos para discutir cómo queremos vivir. También advirtió
que se está llegando a un punto en el que las propias comunidades
requieren de un experto que legitime su propio saber olvidando que
las intervenciones de tecnólogos y científicos deberían estar
supeditadas a la pregunta principal: ¿cómo queremos vivir?,
pregunta que responde a una cuestión ética y política, y no
técnica.
El debate sobre
el rol de la ciencia y su vínculo con las comunidades afectadas por
las actividades extractivas cobra especial relevancia por el
procesamiento legal del extitular del IANIGLIA y tres exfuncionarios
del Estado por incumplimiento de sus deberes y vulneración de la Ley
de Glaciares.
Es en este punto
donde hace mella la cuestión de la definición de los cuerpos de
hielo a ser protegidos y el debate por las “normas internacionales”
adoptadas por el instituto responsable de inventariar los glaciares.
En este aspecto, Maristella Svampa fue concisa en que “no hay una
sola manera de definir los glaciares. Las definiciones son
contextuales, la ciencia es dinámica y se construye en la discusión
social. En el horizonte están planteadas las herramientas y la lucha
para que se plantee el diálogo”. Además, alertó que entramos en
un momento de extractivismo con flexibilización de las leyes
ambientales y con deriva hacia las energías extremas como el
fracking, acompañados por una fase represiva fuerte, con disputas
por el territorio. En el horizonte nos espera más lucha y hace falta
mayor articulación de saberes.
“Los corderos
se volverán pumas”
Así definió
Domingo Jofré a las luchas que están dando las comunidades para
proteger sus territorios. “El ambiente somos nosotros”, señaló.
Jofré es miembro de la Asamblea de Jáchal, que ha sido
recientemente acusada de atacar a “la ciencia” por llevar
adelante acciones en contra de la minera Barrick Gold, que contaminó
con varios derrames de sustancias tóxicas al río Jáchal, en San
Juan. Pese a esto, Jofré fue contundente “nosotros no atacamos a
nadie, nos defendemos”. Los asambleístas de Jáchal luchan por que
se reconozca que la minera sigue produciendo derrames y contaminación
que ni siquiera informan. Jofré fue conciso: “Hemos visto al
monstruo y sabemos que es enorme e impiadoso, pero también sabemos
que va a caer, y cuando caiga vamos a estar allí y vamos a celebrar
que libramos al territorio del mal”. Sobre la lucha de la comunidad
para que cierren la mina Veladero expresó: “Sabemos que no es en
vano, en cada esfuerzo sumamos hermanos”.
Glaciares en
retroceso
Entre abril de
2011 y marzo de 2017 el deshielo de los glaciares patagónicos se
aceleró notablemente, según un estudio publicado recientemente por
investigadores europeos en Science. Los glaciares perdieron masa un
70 % más rápido que entre el año 2000 y el 2010, lo que equivale a
21 gigatones al año o una elevación del nivel del mar de 0,06
milímetros.
Tan drástica es
la situación de los glaciares patagónicos, que ya varios gigantes
de hielo están retrocediendo a tal punto que algunas empresas de
turismo que realizan visitas a los glaciares tuvieron que dar fin a
sus operaciones. El caso del glaciar Viedma es testigo, ya que la
operadora que realizaba caminatas sobre el glaciar tuvo que cesar con
sus actividades debido al repentino e impredecible retroceso del
hielo.
Otra actividad
que tuvo que ser interrumpida fueron las excursiones en káyak por el
canal Upsala, en el Lago Argentino, por el riesgo de derrumbes debido
a los desprendimientos de los glaciares. Al gravísimo impacto del
cambio climático, hay que sumar la insistencia del Estado argentino
en continuar el proyecto de construcción de dos megarrepresas sobre
el río Santa Cruz, desoyendo todas las advertencias en contra.
Pero no todas son
malas noticias en el futuro de los hielos patagónicos. La jueza
Macarena Marra Giménez, del juzgado 12 en lo Contencioso
Administrativo, decidió agregar los pronunciamientos de numerosos
expertos en la materia que advierten sobre el impacto que las
represas tendrían en los glaciares, a pesar de que el Gobierno se
opuso a que las cartas de los glaciólogos fueran incorporadas al
expediente. Ahora se espera que se expida sobre el planteo de nulidad
de la evaluación de impacto ambiental presentado por la ONG Banco de
Bosques.
Fuente:
Laura Borse, Proteger los glaciares: la lucha de las comunidades cordilleranas por el agua como bien común, 11/06/18, La Izquierda Diario.
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