por Carlos Del Frade
Frente Social y
Popular
Las siempre
nombradas transparencia e independencia de los poderes deben tener
existencia real en la vida cotidiana de las santafesinas y los
santafesinos. Si no es así, la república se convierte en una
palabra que solamente existe en el diccionario y la democracia sufre
anorexia irreversible. Una de las principales funciones de los
diputados provinciales controlar lo que se hace y lo que se dice
desde los otros poderes, tanto el Ejecutivo como el Judicial.
Mientras
empujamos el tratamiento de la Ley Provincial de Educación y otra
que prohiba las fumigaciones aéreas y no permita la aspersión de
veneno a no menos de mil quinientos metros de los cascos urbanos como
sucede en la provincia de San Luis; es imprescindible que el Poder
Ejecutivo responda los pedidos de informes que se presentan,
formalmente, con el nombre técnico de Proyectos de Comunicación.
En relación a la
salud y el medio ambiente, luego de un trabajo de investigación
serio y profundo, llegamos a la conclusión que además del glifosato
aparecen cientos de fórmulas de agroquímicos que son iguales o
peores por sus efectos sobre los seres vivos.
El expediente
34.615 le pedía al Ejecutivo que explique qué tipos de controles
están garantizados sobre la comercialización de 1.497 productos
calificados como herbicidas, insecticidas y fungicidas. De los
cuales, según el SENASA, hay 819 productos más peligrosos que el
Roundup de Monsanto y 678 están calificados con la misma toxicidad.
Según la Cámara
de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA) y
las propias empresas productoras de agroquímicos, en el país se
comercializan al menos 1.497 productos comerciales de herbicidas,
insecticidas y fungicidas.
De esa cantidad,
12 son clasificados con la categoría Ia, 38 son con la categoría
Ib, 393 con la categoría II y 376 con la categoría III por lo que
819 tienen toxicidad más peligrosa que el Roundup de Monsanto.
Por eso es
fundamental saber si los ministerios de Medio Ambiente, Salud,
Producción y Trabajo de Santa Fe tienen estadísticas oficiales
sobre la cantidad de agroquímicos que se comercializan y usan en
nuestra provincia año a año en cada campaña agrícola y sus
efectos en el entorno existencial.
En tanto, en el
ámbito educativo, las denuncias de decenas y decenas de docentes en
los diecinueve departamentos santafesinos, alertaron sobre una serie
de cursos pagos denominados “la cajita feliz”. Preguntamos a
través del expediente 34.817 si el Ministerio de Educación tiene
conocimiento de los cursos pagos ofrecidos por la Universidad de
Lomas de Zamora, la Universidad FASTA (Fraternidad de Agrupaciones de
Santo Tomás de Aquino) y la Universidad Abierta Interamericana,
entre otras, a cambio de garantizar decenas de puntos en los
concursos docentes, especialmente, en educación media y para
adultos. Y si la cartera educativa recibió denuncias de docentes en
relación a este tema que deja de lado la experiencia de muchas y
muchos trabajadores de la educación que resultan damnificados por
esta práctica de mercantilización de la educación.
De allí que las
respuestas a los pedidos de informes no son una pérdida de tiempo
sino un insumo básico para una democracia real y concreta que genere
una mejor existencia para los que son más en estos arrabales del
mundo.
Fuente:
Fuente:
Carlos Del Frade, Agrotóxicos y “cajita feliz”, 23/06/18, El Litoral.
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