sábado, 24 de marzo de 2018

Sembrar conciencia por el monte nativo

Vivero Nativas Jesús María es un proyecto creado hace dos meses por un grupo de jóvenes estudiantes de las carreras Biología y Guardaparque. Haciendo semillas y plantines, pretenden sensibilizar y concientizar a la sociedad sobre la importancia y los beneficios de la vegetación autóctona.

Jesús María. “El monte nos necesita”, afirma Luca Gimenez, uno de los mentores. La idea se concretizó luego de una publicación en su Facebook que tuvo gran repercusión.

La alteración del microclima, las inundaciones y la ausencia de sombra son síntomas de la falta de monte nativo, una situación que alerta a toda la provincia (posee sólo un 4 por ciento).

El ecosistema y la biodiversidad se ven amenazados por el monocultivo y el negocio inmobiliario. Jesús María no es la excepción.

En este marco, un grupo de personas creó el proyecto para poner en práctica sus conocimientos. Algarrobos blancos, Espinillos, Ceibos y Robles son algunas de las nativas que están germinando para compartir: regalarlas, reforestar, producir alimentos y compartir información sobre la falta de monte y sus consecuencias.

Sobre el Proyecto
El equipo autoconvocado se propone trabajar en el reconocimiento de especies y en la concientización de los beneficios ambientales, sociales y medicinales que ésta trae.

Poseen un fuerte acento comunitario: “Queremos repartir semillas, plantar árboles y fomentar la creación de huertas”.

Las escuelas y los centros vecinales son los principales destinatarios.

Actualmente, no poseen un espacio físico estable, pero las reuniones suceden en la casa particular de Gimenez, en calle López y Planes 115. Existe la posibilidad de utilizar el Vivero Municipal -ubicado en la ex sede de “El Principito”- pero aún
Esta iniciativa cuenta con el Parque del Oeste, ya que “contiene la esencia misma del monte” y es el escenario para conocer plantas autóctonas como Algarrobos, Tucas, Aromitos, Chañares, Espinillos y reconocer fauna nativa como liebres, zorros, serpientes, insectos y más de 110 especies de aves. Allí realizan caminatas guiadas.

El árbol que tapó el bosque
El Parque del Oeste está compuesto por 60 hectáreas de tierras fiscales reconocidas por el municipio luego de que un grupo de vecinos presentó un proyecto que en el año 2015 se convirtió en Ordenanza, aprobado por unanimidad en el Concejo Deliberante. Sin embargo, hoy en día la reserva no realiza actividades.

Marianela Piazzano -integrante de Ateneo Construcción Política, impulsora de la recuperación de ese monte nativo- manifiesta con lamento que la Municipalidad no avance en la creación de una mesa de gestión.

Sólo el cartel identifica este espacio, que carece de cuidado y atención por parte del Estado.

Asegura que no hay seguridad, porque hubo hechos delictivos, y que lo pretenden del municipio sólo recursos humanos, no económicos.

Piazzano dice que la reserva“es un logro para tener la ciudad que uno quiere”, pero asegura perder las fuerzas ante la desidia de aquellos que se olvidan de ella y sólo la consideran para actividades puntuales como una campaña de reforestación realizada con el Rotary Club.

El pulmón verde a pulmón
Ambas iniciativas autoconvocadas hacen frente a la presencia casi nula de bosque nativo en la Provincia e insinúan la necesidad de que la conciencia ambiental sea política y compromiso del Estado.

Los logros son resultado de la suma de esfuerzos individuales más que de agenda política.

Pese a que en Jesús María Proyecta se habló mucho de la incorporación de esta zona a las actividades que propongan los vecinos, tanto como zona de recreación, prácticas deportivas y vida en la naturaleza como de investigaciones y preservación de la flora y la fauna.

Inseguridad
Del mismo modo que la ciudad no está al margen de las amenazas al ecosistema y la biodiversidad, la seguridad es otra materia pendiente en la zona del Parque del Oeste.

Semanas atrás, dos de los voluntarios que producen germinaciones de especies nativas fueron atacados por tres menores de edad, que les robaron las mochilas con todas sus pertenencias -incluidos documentos- y las zapatillas.

Pese a que fue suministrada información a la Policía sobre quienes serían los autores del robo, los datos fueron desestimados porque los denunciantes pidieron no revelar la fuente. Es que en esa zona, al parecer, ya hubo situaciones similares y la Policía reveló la identidad de sus informantes, que después recibieron amenazas.

Fuente:
Sembrar conciencia por el monte nativo, 23/03/18, El Despertador.

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