Argentina
se encuentra entre las diez naciones que más han erradicado el monte
natural en el mundo con unas 300.000 hectáreas anuales.
El
año pasado volvió a aumentar la deforestación ilegal en la
Argentina con respecto a los valores de 2016, un ilícito perpetrado
con el fin de ampliar la frontera agropecuaria, principalmente en las
provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa. Son
128.217 hectáreas de bosques talados y el 42 % en reservas naturales
protegidas.
En
estas cuatro provincias se concentra el 80 % del desmonte ilegal, más
la zona pampeana, donde se localiza el resto de la depredación verde
-según muestran imágenes satelitales-, se han desarrollado
emprendimientos de soja transgénica y ganadería intensiva. También
se produjeron incendios intencionales para eliminar malezas, de
acuerdo a las denuncias de la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación y la ambientalista Greenpeace.
La
tala furtiva en el país es un problema que viene de décadas y si
bien ha disminuido en los últimos años, las soluciones no parecen
ser las apropiadas para frenar los planes de las poderosas
multinacionales que lucran en el marco de una emergencia forestal.
El
Gobierno Nacional ha puesto en marcha el plan de reforestación más
importante de los últimos 50 años, el llamado Programa Nacional de
Restauración de Bosques Nativos Degradados, que lleva plantados unos
81.800 ejemplares. Pero es una tarea ecológica a largo plazo que va
a demandar muchos años, mientras por otro lado las topadoras arrasan
alevosamente en minutos las zonas vedadas.
La
impunidad está en la legislación. Si bien existe la ley nacional
26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los
Bosques Nativos, sancionada en 2007, la norma se limita a aplicar
apercibimientos y multas de montos irrisorios, según los criterios
de los organismos ambientales de las provincias afectadas. En general
se trata de simples transgresiones para ser evaluadas por la Justicia
de Faltas.
Por
eso los grandes empresarios pagan las multas como otro trámite
burocrático y continúan con las deforestaciones. Muy diferente
sería ante una figura penal del fuero federal porque se comete un
daño irreversible a la biomasa y la biodiversidad del planeta. Y
todo esto enmarcado en una emergencia forestal nacional de
repercusión mundial.
Fuente:
El desmonte ilegal continúa avanzando, 14/03/18, El Diario de Cuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario