El conflicto en
Irak ha dejado una huella tóxica de destrucción que podría tener
consecuencias severas en la salud de sus ciudadanos y en los
esfuerzos de reconstrucción, señaló hoy Naciones Unidas en el
marco de su Asamblea medioambiental UNEA-3 que se celebra en Nairobi.
Según un nuevo
informe de la organización holandesa de paz PAX, “Vivir bajo un
cielo negro”, los meses de quema de pozos de petróleo dejaron un
paisaje ennegrecido y los grandes derrames de petróleo contaminaron
tierras agrícolas y ríos.
Contaminación
por petróleo
El informe,
presentado esta mañana en Nairobi durante la segunda jornada de la
UNEA-3, mostró también un peligroso aumento de la refinación de
petróleo artesanal, con más de 1.600 pequeñas refinerías en 20
localidades en el norte de Irak.
La investigación
incluye el testimonio de civiles de Al Qayyarah, una ciudad petrolera
cerca de Mosul, donde los pozos de petróleo fueron incendiados por
combatientes retirados de la organización terrorista Estado Islámico
(EI), algunos de los cuales ardieron durante más de ocho meses.
La población
local reclamó apoyo para limpiar la contaminación por petróleo y
un seguimiento de su salud, ya que vive bajo una nube nociva que
afecta a su entorno de vida, suelo, fuentes de agua y ganado.
“Nuestros
hallazgos demuestran la necesidad de proporcionar un apoyo sostenido
a las comunidades afectadas por restos tóxicos de guerra, y tomar
estas preocupaciones en serio”, dijo el líder del proyecto de PAX
y autor del informe, Wim Zwijnenburg.
“Los riesgos de
la salud ambiental tienden a subestimarse, y pasarse por alto en el
trabajo humanitario y la reconstrucción, pero tienen el potencial de
crear riesgos agudos y crónicos para la salud de los civiles”,
denunció Zwijnenburg.
Huella tóxica
del conflicto
Los daños en las
áreas urbanas, incluido Mosul, generaron millones de toneladas de
escombros, a menudo mezclados con materiales peligrosos, mientras que
infraestructura crítica como centrales eléctricas y sistemas de
alcantarillado pueden añadir riesgos perjudiciales, denunció la ONU
en un comunicado.
Los ataques del
EI contra las instalaciones petroleras en torno a Kirkuk y Baiji
también provocaron derrames de petróleo en el río Tigris y se
extendieron por grandes extensiones de terreno agrícola.
El medio
ambiente, víctima silenciosa del conflicto
“El medio
ambiente es una víctima silenciosa en cualquier conflicto, pero
sabemos que la recuperación a largo plazo y la consolidación de la
paz también depende de tomar medidas claras para reparar el daño
ambiental”, alertó el director ejecutivo de ONU Medioambiente,
Erik Solheim.
El informe se
presentó ante líderes políticos y de la sociedad civil llegados de
todo el mundo, que se reúnen hasta mañana en Nairobi con el fin de
alcanzar un acuerdo hacia una “contaminación cero” y prevenir
así un daño que aún es reparable pero que necesita de acciones
“urgentes”.
Fuente:
Preocupación en la población iraquí por la huella tóxica del conflicto, 05/12/17, Efeverde. Consultado 05/12/17.
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