sábado, 7 de octubre de 2017

El desmonte y la Sociedad Rural

por Marina Aizen

El desmonte y la Rural Los bosques están siendo arrasados para producir alimentos que acaban en nuestro plato y también en la basura: aceite de palma, soja, carne y cacao. Y, con ello, no sólo desaparecen ecosistemas enteros, sino que también se producen gases que calientan el clima. En nuestro país, la destrucción de bosques emite tanto como todo el sistema eléctrico junto. Por eso, es vital que las grandes empresas eliminen de su cadena de valor a los productos que provienen de la deforestación. A nivel global, ya lo están haciendo: hay 447 compañías de renombre que se comprometieron voluntariamente a la deforestación cero, entre ellas McDonald’s y Unilever. ¿Y por casa cómo andamos? La que debería tomar la posta en este asunto no es otra que la Sociedad Rural Argentina (SRA), cuyo presidente, Luis Etchevere, apareció en 2015 en la conferencia de París para vender las bondades de la siembra directa como forma de capturar carbono (no dijo ni mu del paquete de agroquímicos que la acompaña). Pero cuando se le preguntó por un compromiso para detener el avance de la frontera agrícola sobre el monte, respondió con perfectas evasivas. ¿De dónde va a salir la lluvia si no hay árboles? ¿No es algo que le concierne caramente a los ruralistas?

Predicando con hechos
Siguiendo las enseñanzas de la encíclica papal Laudato Si, organizaciones católicas de todo el mundo decidieron vender sus activos en energías fósiles para cerrar “El mes de la creación”. En la nómina, figura la Diócesis de Asís y la Conferencia Episcopal Belga. En Argentina, desinvirtió -por ejemplo- la Red Argentina de Ambiente y Desarrollo. Silvia Alonso, su coordinadora, dice que no les costó dar este paso. “¿Internalizamos los costos ambientales, o no?”, se preguntó. Así se predica: con la palabra y con los hechos.

Fuente:
Marina Aizen, El desmonte y la Sociedad Rural, 06/10/17, Clarín. Consultado 07/10/17.

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