En Europa queda
un solo río que aún fluye libremente en su cauce natural. Pero la
demanda de energía hidroeléctrica amenaza su futuro y el de toda
una región.
por Daisy
Bell y Marion Dautry
A las orillas del
río Viosa se escucha una extraña melodía, a la vez pacífica y
caótica. El ruido del agua se mezcla con el cascabeleo de las
campanas de las cabras. Y además se escuchan balidos, no sólo de
los animales, sino también del pastor Kadri.
"Las quiere
animar a cantar", bromea Eduart, otro pastor que trae sus cabras
a beber aquí todos los días. Durante cientos de años, el viento
llevó esa cacofonía calmante de una orilla del río a otra.
Kadri y Eduart
nacieron en Kutë, una aldea de siglos de antigüedad ubicada en las
colinas del valle de Viosa, en el sur de Albania. La mayoría de los
habitantes de Kutë y otros pueblos cercanos al río son agricultores
que viven de sus cultivos y de la ganadería. Pero este antiguo modo
de vida pronto podría terminar.
Flamencos y
anguilas
En las ciudades
cercanas de Kalivaç y Poçem se planean dos grandes centrales
hidroeléctricas. En caso de que se construyan, las presas inundarían
miles de hectáreas de pastos y tierras de cultivo, forzando a
cientos de familias a abandonar sus hogares.
"Tengo mucho
miedo porque no sé nada más que cuidar cabras", dice Kadri.
"La presa cambiará nuestras vidas, cambiará todo".
También
interrumpiría el último y extenso cauce que fluye libremente en
Europa, fuera del Ártico.
El Viosa recorre
unos 270 kilómetros, desde las montañas del norte de Grecia, a
través de las llanuras del sur de Albania, y desemboca en el mar
Adriático. La región es rica en cañones, islas y brazos fluviales
que le dan su nombre: "el corazón azul de Europa".
Además de ser
una fuente esencial de agua para la agricultura, es también un área
importante de biodiversidad, hogar de la anguila europea en peligro
de extinción y del flamenco mayor.
Los científicos
dicen que puede albergar una serie de otras especies endémicas.
Nunca se ha llevado a cabo un estudio biológico exhaustivo, y la
construcción de las presas impediría a los científicos estudiar el
hábitat en su forma actual.
Fiebre balcánica
por la energía hidráulica
En toda la región
de los Balcanes, se estima que se planean o ya fueron construidas
2.700 centrales hidroeléctricas. Según un informe de Bankwatch, una
red internacional de organizaciones no gubernamentales, cerca de la
mitad de estos proyectos se encuentran en áreas naturales
protegidas.
El grupo
ecológico EcoAlbania ha identificado 45 proyectos de plantas
hidroeléctricas a lo largo del Viosa, que transformarían secciones
del río en cascadas, interrumpiendo ecosistemas y forzando a miles
de personas al éxodo.
Muchos de los
proyectos se remontan a una ola de concesiones para pequeñas
centrales hidroeléctricas emitidas a principios del milenio, en
parte como respuesta al creciente interés de la Unión Europea por
las energías renovables.
La región está
plagada de corrupción. Y aunque ya se actualizaron las normas sobre
el apoyo financiero a las energías renovables en la UE, los Balcanes
Occidentales siguen estando rezagados en cuanto a la reforma.
Demanda histórica
Olsi Nika,
director ejecutivo de EcoAlbania, dice que los países europeos más
ricos se están tomando demasiadas libertades respecto a estándares
ecológicos en "países con marcos legales débiles, donde los
niveles de democracia son bajos, y la corrupción es alta".
Las
organizaciones de la sociedad civil han tenido cierto éxito
desafiando proyectos hidroeléctricos en áreas protegidas. El pasado
mes de mayo, un tribunal falló contra la construcción de la central
hidroeléctrica de Poçem, en el primer juicio ambiental de Albania.
Pero la batalla
está lejos de terminar. El Ministerio de Energía apeló la
decisión. Y pocas semanas después, lanzó una nueva convocatoria
abierta para inversores en la segunda presa, prevista en Kalivaç.
Fuente:
Daisy Bell, Marion Dautry, La lucha por el último río salvaje de Europa, 24/08/17, Deutsche Welle. Consultado 29/08/17.
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