Comodoro Rivadavia hoy sufrió nuevamente fuertes lluvias. El barrio San Cayetano es epicentro del trabajo a destajo de los vecinos que no quieren que este temporal, el peor de los últimos 60 años, acabe con sus viviendas en la “ciudad de los vientos”.
por Franco
Córdoba
Las inundaciones
que desde el miércoles último castigan a Comodoro Rivadavia, que
hoy sufrió nuevamente fuertes lluvias, tienen a un sector del barrio
San Cayetano como epicentro del trabajo a destajo de los vecinos que
no quieren que este temporal, el peor de los últimos 60 años, acabe
con sus viviendas en la “ciudad de los vientos”.
El barrio del
“Patrono del pan y trabajo” se sitúa en la zona sur oeste de
Comodoro y entre tanta agua y barro se ve cómo vecinos con palas,
barretas y baldes intentan impedir que siga subiendo el nivel del
lodo, que ya alcanzó una altura de un metro treinta centímetros y
se metió en las casas.
“Acá la única
alternativa de que esto no suceda más es con un (desagüe) pluvial
que esperemos que alguna vez llegue, pero ya no tenemos nada en
nuestras casas, lo perdimos todo”, lamentó Jorge Albornoz, uno de
los damnificados, al contar a Télam su odisea por el temporal que
azota a esta ciudad del sur chubutense.
Albornoz dijo que
hace 8 años que vive en ese barrio y que la propia gente se ha
organizado para mitigar los daños.
“Nos estamos
dando una mano desde hace días, en los que trabajamos a full”,
dijo el hombre y explicó que la casa en la que vive con su esposa
fue invadida por casi 1,40 metros de barro, sobre la calle Carlos
O´Donell.
Durante la charla
Albornoz dejó entrever que hacía dos días que no dormía, hasta
que en un momento relató que “estaba relajado” porque lo
medicaron por una afección cardíaca.
“Me agarró un
pre infarto, yo ando con pastillas. El infarto fue el viernes, más
un cuadro de hipotermia, y acá sigo trabajando”, dijo resignado y
entre risas ante la mirada de otros vecinos que preocupados le
preguntaban si estaba "loco" por lo que estaba haciendo con
su salud.
“Salí del
hospital y me vine para acá, no dormí nada, pero ¿qué voy a
hacer?. Tengo que cuidar mi casa”, se excusó, pues como algunos se
dedican a robar lo poco que les queda a los inundados armaron con su
hermano una carpa contra la pared de la vivienda que da al río de
barro.
La precaria
construcción es una bolsa de nylon negra y dos palos apoyados a 45
grados, sobre la pared y el terreno barroso. La única comodidad ahí
son dos asientos improvisados con cajones de cerveza.
“Ya es la
tercera inundación que sufrimos, uno trabaja para recomponer sus
cosas, pero así no podes, nunca te recuperás”, relató.
Mientras tanto,
las máquinas viales que trabajan sobre la avenida Polonia también
cargan colchones, bidones con agua y hasta gente para que cruce desde
un camino hacia el otro, y un grupo de personas cargadas con termos
de té, cajas con pan casero caliente y tortas fritas convidaba a los
damnificados, que paleaban con el agua hasta las rodillas.
“Estamos hace
cuatro días haciendo el mismo trabajo, con esto no se puede dormir.
No me entró ni agua en mi casa, pero yo salgo porque soy
comodorense. No somos gente de ningún partido, tengo amigos y
compañeros que perdieron todo, esto lo hacemos porque somos de la
ciudad”, afirmó José Luis Ferreyra a Télam.
Por si no quedaba
claro, agregó: “Acá no hay bandera política, ni un carajo.
Tenemos que luchar entre todos porque somos de Comodoro. No tengo
necesidad de salir a mojarme, pero lo hago por nuestra gente”.
En el barrio San
Cayetano hay fisuras y zanjas en las calles, destrozos a granel y
muchos pies fríos por trabajar en medio del barro, pero la unión de
los vecinos y el calor humano para afrontar la adversidad es una
muestra de solidaridad y un ejemplo, en medio de tanto desastre y
desesperanza.
Fuente:
Franco Córdoba, Temporal en Comodoro Rivadavia: el dolor de los que perdieron todo y buscan recuperarse, 02/04/17, Télam.
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